Aunque para personas con sobrepeso hay actividades que pueden ser menos agresivas para las articulaciones y músculos, muchos eligen el running por ser la actividad más sencilla y en la que lo único que necesitamos son un par de zapatillas. Para correr no hace falta apuntarse a un gimnasio ni hacer grandes desembolsos en un principio, pero sí hay que tener en cuenta algunos consejos si tienes sobrepeso.
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Tampoco conviene hacer sesiones de carrera muy largas, sobre todo al principio. Mejor hacer cuatro sesiones semanales de media hora que solo dos sesiones de una hora. Poco a poco, como hemos dicho al inicio, iremos aumentando el tiempo y nuestro cuerpo se acostumbrará.
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Las personas con peso extra rompen a sudar antes y en mayor cantidad, por tanto la hidratación aquí es primordial. Olvídate del mito de que sudar adelgaza, de que es mejor no beber para bajar de peso o de que usar ropa de abrigo te ayudará a adelgazar. Hidrátate antes, durante y después para evitar calambres o problemas prematuros de fatiga.
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El sobrepeso puede provocar que se produzcan rozaduras con facilidad. Utiliza vaselina para las zonas más conflictivas: axilas e ingles. Los primeros días de carrera sabrás con facilidad donde echar la vaselina, ya que al acabar de correr esas zonas estarán más enrojecidas.
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Por supuesto el calentamiento y vuelta a la calma serán fundamentales, tanto para iniciar la sesión de manera progresiva y sin peligro de sufrir lesiones como para acabar poco a poco sin brusquedad y evitar mareos.
Este artículo fue originalmente publicado por Juan Lara en febrero de 2011 y ha sido revisado para su republicación.
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