¿Con qué sueña tu bebé?

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Se acaba de quedar dormidito. Está tan tranquilo, se le ve tan sereno… Y entonces empieza a sonreír, incluso suelta alguna carcajada. Imposible no mirarle (y quererle), imposible no preguntarse… ¿con qué estará soñando mi bebé?

Observar a tu bebé dormir es uno de los mayores placeres de la vida (tanto por la placidez que transmiten como por el respirito que nos dan, no vamos a negarlo, ¿verdad?). Pero además de amor da un poco de risa, porque el repertorio de expresiones faciales que muestran es mayor que el desplegado por Jim Carrey en cualquiera de sus primeras películas: ahora se ríe, ahora hace un puchero, ahora frunce el ceño…

Es inevitable intentar adivinar qué ocurre dentro de esa pequeña y preciosa cabecita cuando aparecen esas risas. Entonces, ¿sueñan los bebés?

Las fases del sueño de los bebés

Hasta los 4 meses los bebés presentan dos fases del sueño*:

  • Fase REM (o MOR, movimientos oculares rápidos): podemos saber cuándo están en esta fase porque al mirarles se nota perfectamente cómo mueven sus ojitos aunque estén cerrados.
  • Fase no REM: en esta fase digamos que los peques lo que hacen es recargar las pilas que han gastado durante los periodos en los que han estado despiertos.

A partir de los 4 meses su sueño pasa a tener una configuración similar a la de los adultos, incluyendo desde este momento una fase de sueño ligero.

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La llegada de esta nueva fase explicaría que bebés que desde su nacimiento han dormido la noche casi del tirón (los hay, o eso cuenta la leyenda) empiecen a tener varios despertares (para desesperación de sus padres): esta fase es algo similar al duermevela, de manera que cualquier ruido, un golpe o un movimiento brusco propio puede despertarles.

(*Hablamos de términos generales, ya sabéis que todo lo que respecta al desarrollo de los niños presenta un arco temporal, no hay fechas concretas porque hay mucha variación entre un niño y otro)

¿Sueñan los bebés?

Tenemos la certeza de que los bebés tienen esa fase REM en la que los adultos sí que soñamos, pero no hay acuerdo en cuanto a si realmente en esa fase ellos sueñan o no.

Por un lado tenemos aproximaciones como la del doctor Charles P. Pollack, director del Center for Sleep Medicine de Nueva York, quien afirma que la constatación de que esa fase se produce es indicativo de que efectivamente sueñan. De hecho algunos estudios indican que efectivamente el cerebro del bebé entra en estadios en los que es factible el sueño, incluso antes de nacer, dentro del vientre materno.

Y si sueñan, ¿con qué lo hacen? Según Pollack no sería posible saber el contenido, de la misma manera que no podemos saber con qué sueñan nuestras mascotas, los perritos y los gatitos, porque no tienen lenguaje para explicarlo.

(Nota: hace ya unos cuantos años se hizo un experimento en el que desinhibieron «la desactivación» motora que se produce durante el sueño en unos cuantos gatos y perros, y lo que se observó es que durante el sueño realizaban movimientos referentes a «cosas de perretes y gatitos»: excavar en la tierra, dar vueltas, correr, saltar… Esto se interpretó como que efectivamente en sueños los animales reproducen escenas del día a día… canino o felino.)

Sin embargo las aproximaciones neurocientíficas más relevantes realizadas en los últimos años, como el trabajo de David Foulkes (Harvard) parecen señalar que a pesar de que existan esas fases en las que es posible soñar, en el caso de los bebés no se producen sueños. Y que no será hasta los 3 años que los niños empiecen a soñar (tal y como entendemos los adultos los sueños).

La observación de los pequeños cerebros de los bebés durante el sueño indica que efectivamente hay sueño REM, como afirma Pollack, de hecho se pasan la mayor parte del tiempo en esa fase, pero esto no significa que tengan sueños.

Según Foulkes y sus colaboradores la fase REM en los niños tendría una función diferente a que desempeña en adultos: en su caso serviría para establecer conexiones neuronales (caminos) en los primeros estadios del desarrollo y más adelante también para ayudar en el desarrollo del lenguaje.

A su vez, un estudio realizado en 2010 parece indicar que los bebés aprenden mientras duermen.

bebe durmiendo en manta

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Qué hace falta para soñar

En la construcción de los sueños entra en juego también precisamente esto, el lenguaje y una capacidad que no desarrollamos hasta pasados los dos o tres años: la imaginación.

Los niños van desarrollando poco a poco su capacidad de percibir el mundo, con el lenguaje comienzan a poner orden en esas ideas acerca de los que les rodea, pero necesitan un poco más de tiempo y de capacidad para poder construir ideas y estructuras al respecto.

Y es que podemos explicar las cosas porque tenemos lenguaje, podemos recordar con detalle porque pensamos, y el pensamiento tiene como soporte… eso es, el lenguaje, de manera que parece lógico que hasta que éste no se ha desarrollado no puedan darse esas ensoñaciones cargadas de contenidos.

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Además de lenguaje e imaginación, para hablar de sueños como los que tenemos los adultos, también necesitamos del desarrollo de la percepción del espacio, entre otras cosas. De hecho, la investigación llevada a cabo por estos autores indica que, por ejemplo, a los 4 o 5 años, edad en la que el desarrollo del lenguaje ya permite que los peques hablen de sus sueños, éstos son planos, sin argumento ni personajes.

En cuanto a esas expresiones faciales y esos movimientos que vemos en los peques mientras duermen, parecen ser producto de la inmadurez del cerebro que, digamos, aún no controla los botones de “on” y “off” del cuerpo durante el sueño y «se le escapan» movimientos.

¿Podrían soñar con sensaciones y emociones? Es quizá la postura común entre los especialistas, que a pesar de no tener sueños «tipo película» sí que experimentan sensaciones como seguridad (la de estar en brazos, ¿verdad?) o temor (¿pero dónde está mamá?). De hecho Foulkes indica en su trabajo que a los 4 años esos sueños “planos” en cuanto a visualización y sin “trama” sí que pueden tener contenido emocional. Quizá esas caritas que tanto nos enternecen se deban, por tanto, a que están quizá no soñando, pero sí sintiendo.

En resumen

Parece ser que los bebés no sueñan como lo hacemos los adultos, con escenas e imágenes vívidas, pero sí que podrían «tener sensaciones». Lo que sí que tienen es la misma fase REM que los adultos, pero en lugar de servir para elaborar sueños complejos les sirve para aprender y madurar su cerebro.

Para elaborar un sueño como tal es necesario tener cierto desarrollo del lenguaje, capacidad para imaginar, para percibir y elaborar contenidos acerca del mundo que nos rodea, así como tener la visión espacial desarrollada. Y eso es mucho pedirle a nuestros peques cuando son bebés.

Habrá que esperar a los 3 años para que su cerebro empiece a alcanzar determinados estadios del desarrollo que le permitan “empezar a soñar”, y un poco más de tiempo, hacia los 4 o 5 años, para que comiencen a compartir con nosotros lo que sus pequeñas cabecitas elaboran mientras están en los brazos de Morfeo.

En cualquier caso, y diga lo que diga la ciencia la verdad es que es inevitable pensar que esa sonrisa que se dibuja en su carita se debe a que está soñando con nosotras, ¿verdad? Bueno, con nosotras o con un enorme pechete repleto de leche rica y calentita o con unos enormes y cómodos brazos en los que poder hundirse y descansar.

Parece claro entonces que los bebés, al menos hasta los 3 o 4 años, no tienen sueños elaborados, con historia y escenarios complejos. Los que sí que lo hacemos somos los papis: soñamos con poder dormir una noche del tirón.

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Fotos: Pixabay.com

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