Cómo se hace el casting de un reality: miles de candidatos, psicólogos e improvisaciones con un sujetador

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Filas interminables, miles de personas ansiosas, unos hablando para sí mismos, otros sudando en silencio y los de más allá hablando compulsivamente con la gente que tiene delante y detrás en la cola para apaciguar su impaciencia. 

Es duro presentarse a un casting, debes mostrar todo tu potencial y talento, por qué debes ser elegido entre cientos de personas, demostrar lo que te hace especial en apenas unos segundos. Encima vigilar tu nivel de estrés para no ser traicionado por los nervios y el cansancio hasta llegar al casting. Es realmente agotador.

¿Pero qué hay del otro lado, de los que te ponen a prueba? La realidad es que realizar un casting para un programa de televisión es un esfuerzo titánico: requiere organizar cientos de personas, jornadas de más de 12 horas casi sin descanso y, al igual que los aspirantes, no ser traicionado por el cansacio para no perder a la próxima estrella que eleverá las audiencias hasta la estratosfera. 

Un día de casting puede ser igual, o hasta más duro, para quienes lo realizan que para quien se presenta.

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Gran Hermano: un equipo de hasta cuatro psicólogos para poner a prueba a los aspirantes

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GH es el reality show por excelencia y su casting es uno de los más elaborados con diferencia. No es el más intenso, pero sí el más extenso. El proceso de selección se realiza a lo largo de meses, con distintas pruebas, con cada uno de los aspirantes.

Desde su primera edición en el año 2000, la productora Zeppelin TV ha sido la encargada año tras año de buscar las pepitas de oro que hagan brillar al programa. Pepa Álvaro y Marta Moure, directoras de casting de la productora, nos explicaron que en estos procesos intervienen unos 50 profesionales, albergando técnicos, imagen, contenidos, psicólogos, entre otros.

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Antes de hacer el casting presencial se hace un trabajo previo para que esos días salga todo a la perfección: «Los castings se planifican con unos 6 meses de antelación«,  nos explican las directoras de casting, «después en Gran Hermano la etapa de ejecución suele durar unos tres meses y dos en el caso de Fama a bailar», otro de los programas que gestionan desde la productora.

Cámara

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Y esa preparación no es para menos, en los casting presenciales pueden llegar a ver a 300 personas por día en cada ciudad y cuando se trata de castings abiertos, hasta 2.500 personas al día. Una buena organización es primordial para que el casting no acabe por sumirse en un caos.

«Es importante para nosotros saber que el concurso no va a sobrepasar a nadie, se efectúan pruebas tanto psicológicas como psiquiátricas para velar por el buen estado y cuidado de los concursantes»

¿Y cómo se consigue vislumbrar a la próxima estrella en este mar de aspirantes? Tanto Pepa como Marta aclaran que «siempre hay una parte de subjetividad en la selección de concursantes», no hay una fórmula secreta. Para ellas el equipo de casting es un “ser vivo” formado por personas con muy diferentes puntos de vista: «Cuanto más variado sea este equipo, más variado será el tipo de concursantes. Buscamos redactores que amen el formato, que tengan mucha ilusión y que estén dotados de olfato televisivo».

Después de 18 temporadas sus procesos han ido evolucionando: si antes para acceder al casting bastaba con llamar a un teléfono que daban en pantalla, ahora de forma previa se realiza un cuestionario con más de 200 preguntas, que se puede tardar en rellenar una hora, además de adjuntar un vídeo de presentación. En otras ediciones se hacía una llamada de teléfono extensa preguntando a fondo sobre la vida personal de la persona. Así se realizaba una primera criba de concursantes.

Tanto en esa primera fase como durante la cola del casting presencial en esos cuestionarios se piden datos de contacto, además de otros como los teléfonos de familiares, amigos, pareja o tu expareja, y explicar brevemente cómo es la relación con cada uno de ellos.

Raquel

Raquel

Después llega el momento tan ansiado: el casting presencial. Raquel Morillas, concursante de GH de 2002, la tercera edición, recuerda algunas de las pruebas que tuvo que hacer: «La primera fue contar algo durante dos minutos, daba igual si era verdad o no, pero que tuviera que ver con hombres. Les conté una media pajilla y la única que le había hecho a un novio que tuve. No sabía que contar y fue lo primero que me vino a la cabeza. En la segunda sala me hicieron algunas preguntas, como por qué me presentaba, cosas de mi vida… Y de golpe y porrazo me dijeron que me pusiera a cantar«.

LoveYoli, Ale, Adara… Varias han sido las personas que han compartido su experiencia en los castings de Gran Hermano con un vídeo en Youtube, y en cada una de las ediciones fue distinto. A unos les pidieron que hablaran sobre por qué eran la revolución de GH, o por qué se querían presentar, o qué es lo que les hacía diferente de los demás. Después de una breve reunión de uno o dos minutos con un redactor y una prueba de cámaras, solo quedaba irse a casa a esperar una llamada.

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En esa primera toma de contacto se echa un primer vistazo a lo que podría ser interesante para el programa: personalidades fuertes, que den juego, ver si unos perfiles encajan (o al contario, echan fuego) entre ellos.

«Hicimos muchos tests diferentes y después entré en una sala. Me dieron a escoger entre un sujetador o un cactus, tenía que escoger uno de los dos y decir qué cosas podía hacer con eso».

En caso de que te llamaran, el siguiente casting era en Madrid. Raquel se acuerda de esa segunda llamada después de semanas del anterior casting. Cuando se presentó allí había más personas aparte de ella: «Hicimos muchos tests diferentes y después entré en una sala. Me dieron a escoger entre un sujetador o un cactus, tenía que escoger uno de los dos y decir qué cosas podía hacer con eso. Después entré en otra sala con otra persona y nos taparon los ojos. Yo le tenía que hacer una pregunta y viceversa. Le dije que se describiese y ella me preguntó qué opinaba de Pakistán. Mi contestación fue un cuadro, oía como se reía la redactora».

En el proceso de selección, Zeppelin TV trabaja con un equipo de cuatro psicólogos, fundamental para conocer en detalle el perfil de los concursantes preelegidos. Pero no se limita a eso, con su ayuda se aseguran de saber si el formato no acabaría siendo perjudicial para el aspirante: «Es importante para nosotros saber que el concurso no va a sobrepasar a nadie, se efectúan pruebas tanto psicológicas como psiquiátricas para velar por el buen estado y cuidado de los concursantes antes, durante y, quizás más importante, después del programa».

A los meses volvieron a llamar a Raquel para reunirla de nuevo con los psicólogos y hablar con los directivos de GH. Según otros ex aspirantes esta reunión puede ser de horas. Según la propia Pepa Álvaro, todo este proceso tan largo se hace también para comprobar en profundidad que todo lo que han dicho los aspirantes sea verdad. Tan solo una semana antes se les comunica si van a entrar en la casa o no.

Todo este trabajo a la sombra es lo que hace que finalmente el programa tenga tanto éxito: seleccionar a los concursantes de forma muy meditada para cada una de las ediciones.

Operación Triunfo: cantar bien no es suficiente

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Otro de los reality mezclado con concurso de canto más popular del momento es OT. Durante los procesos de casting muchas veces se podía leer en las redes sociales una queja generalizada sobre que unos merecen más que otros entrar al programa. Pero Operación Triunfo, al igual que otros realities, no solo busca el talento, también una personalidad cautivadora.

El casting de OT no tiene mucho misterio, todo el proceso es grabado para luego ser subido como material extra para su canal de Youtube: simplemente basta con presentarse los días anunciados, hacer la primera fase donde se canta unos segundos (después de una cola interminable al sol), y si consigues la pegatina se te indica hora y lugar del casting al día siguiente.

casting ot

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Una de las ex aspirantes para OT 2018, Mara, cuenta en su vídeo que a esta fase dos, al menos en su audición, de las 1.200 personas que se presentaron, llegaron 42. En una sala cerrada en grupos de 10 a 11 personas se realiza un casting más en profundidad con 3 canciones por aspirante. Si uno pasa esa fase no significa que esté en el programa definitivamente.

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Deben rellenar un cuestionario sobre ellos mismos y una redactora les indica que deben pasar «ciertos filtros». Se trata de hacer un revisionado de todos sus vídeos, ver su perfil y personalidad antes de decidir definitivamente que llegan al casting de Barcelona (la fase final).

Mara nos cuenta para Espinof que cuando realizan la llamada para indicarles la negativa de entrar en el programa «no dan explicaciones, simplemente dan la noticia». Por lo que no podemos saber cuáles son esos filtros exactamente para allá de lo dicho anteriormente, aunque nos aclara que en esta fase el cuestionario «no es un test de personalidad ni nada parecido». 

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«Dar razones concretas a cada uno de nosotros sería imposible, estoy segura de que en muchos casos no hay razón concreta, simplemente somos muchos, necesitan a 18 y tienen que descartar, pero eso sí, son muy amables en todo momento», concluye la antigua aspirante.

Al preguntarle a Noemí Galera, directora de casting en Gestmusic, sobre esta fase en concreto aclara para Espinof que «todo suma, no hay ningún punto concreto que sea definitivo, es más una cuestión global». Aparte de las pruebas de canto, solo se les hace un reconocimiento médico antes de acceder al programa.

En comparación con GH, la organización del casting de OT es menos exigente: con un mes de antelación y entre 35 y 40 personas implicadas (dependiendo de la ciudad). Según nos cuentan desde la productora que se encarga de realizarlo, Gestmusic, ese es el equipo que se vale para organizar un casting al que se presentaron 16.769 personas (datos 2018), casi el doble que el año pasado (9.833 aspirantes).

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¿Pero cómo de agotador puede ser comprobar uno por uno en busca del candidato perfecto entre esas 16.769 personas?  «Cada dos o tres horas hacemos pequeños parones para refrescar un poco la cabeza. Personalmente, es la fase del programa que más me gusta, de modo que la disfruto muchísimo», contesta Noemí.

El proceso de selección es mucho más rápido y ligero que en otros realities. No hay psicólogos ni capas y capas de filtro, todo se resume a la intuición de los directores del programa para elegir a los perfiles que serán las siguientes Amaia o Aitana: «Hay una parte intuitiva que es muy importante. De todas maneras, no es una ciencia exacta y también nos equivocamos en nuestras selecciones».

Got Talent: la historia detrás de cada concursante es fundamental

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Got Talent es un caso radicalmente diferente a los anteriores realities. Mientras que en GH es trabajo de trastienda y en OT solo una fase de contenido extra, en Got Talent el entretenimiento está precisamente en el casting

Desde Fremantle España, la productora encargada de darle vida al programa, nos invitaron a ver en primera persona cómo son los casting de Got Talent destrás de las cámaras. Y, efectivamente, el despliegue de medios poco tiene que ver con los anteriores.

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Depende de qué programa, las colas suelen ser muy diferentes: en GH las filas es gente extravagante y ruidosa (o «freaks» como dicen en los propios vídeos), en OT adolescentes y jóvenes nerviosos, y en Got Talent la variedad se dispara. Hay muchos grupos de niños, algún que otro anciano y gente con todo tipo de atuendos, preparados para realizar su número.

Personal de GT se pasea con altavoces, haciendo llamamientos a la gente de la cola. Les animan a bailar, cantar o mostrar el número que harán en su audición. Uno saca la caja, el de al lado palmea y una niña se pone a bailar flamenco. Todos alrededor aplauden y el hombre del altavoz les vitorea. A pleno sol abrasador de verano la cola del casting se convierte en una auténtica fiesta, pero no parece importarles. 

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«Es para que la gente esté animada durante la cola», nos cuenta Tony López, Jefe de Comunicación de Fremantle España, «entendemos que la espera puede ser muy tediosa y tenemos a gente que se dedica a animar a los concursantes durante la cola, les ayuda a mantener la moral alta para cuando llegue su turno».

Tony es la persona que se encarga de hacernos pasear por dentro de todos los entresijos que supone un casting de estas dimensiones. Aquí los aspirantes no disponen de solo unos pocos segundos para demostrar su talento, sino que las pruebas se realizan en salas cerradas desde un primer momento con una atención total por parte del jurado, rondando los dos o tres minutos por participante. Deben mirar el número completo para saber si vale la pena o no.

Pero antes de llegar allí se deben realizar ciertos procesos. La cola pasa por tres registros: primero se entrega toda la documentación que se debe traer, sobre todo los que es referente a los menores de edad, en el segundo se introduce toda la información de los concursantes en la base de datos, y solo después, en el tercer registro, se pone la pegatina de participación.  

Los nervios, la emoción y la historia detrás de los participantes es fundamental. A lo largo de toda la zona hay siete equipos de grabación que están a la caza del próximo momento emocional que cautivará a la audiencia, corriendo de un lado a otro. Cada equipo cuenta con un cámara, un encargado del sonido y un guionista. Otros varios cámaras se dedican a grabar planos recurso y planos «bonitos», como abrazos, lágrimas de temor y saltos de excitación, para el montaje final del programa. Aparte, dos realizadores coordinan a todos esos equipos para que nada quede sin grabar. Grabar todo el suspense del casting previo al programa es primordial.

got talent

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De camino a la «Sala de los espejos» nos encontramos a Daniel Grande, director de Got Talent. Para entender la envergadura del casting, nos cuenta que en los tres meses previos de trabajo antes de realizar los dos días de casting «pueden llegar a estar implicadas hasta 280 personas, entre administración, comunicación, negocio, cámaras, etc». En este tiempo previo se dedican «a filtrar toda la gente que se apunta al casting, pedirles vídeos de lo que van a hacer, con quién van a venir y sobre todo garantizarles que las condiciones en las que van a realizar el casting van a ser buenas«. 

«Hay gente que repite año tras año el proceso del casting, siempre vuelven porque para ellos es como una fiesta, y a nosotros nos importa que vuelvan, por eso cuidamos mucho que el proceso sea lo más ameno y divertido posible»

Es importante que los aspirantes estén a gusto y atendidos a lo largo del casting, «sino fuera así, no volverían» nos explica Tony. «Hay gente que repite año tras año el proceso del casting, siempre vuelven porque para ellos es como una fiesta, y a nosotros nos importa que vuelvan, por eso cuidamos mucho que el proceso sea lo más ameno y divertido posible». 

«A lo largo del fin de semana pasarán unas 3.000 personas por el casting, no es que haya 3.000 números distintos, pero muchas veces son grupos. Los jueces al final conseguirán ver a entre 200 y 300 talentos al día cada uno», nos cuenta el director de Got Talent.

«Es un trabajo desde las siente de la mañana hasta las doce de la noche, pero es nuestro trabajo, nos gusta. No es un proceso duro porque en la fase del casting es donde realmente vemos toda la energía de la gente».

sala de espejos

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«Sala de espejos», lugar de espera previo a la audición

Una vez que la gente tiene su número, se le asigna una hora para su audición mientras esperan tranquilos en la «Sala de los espejos». Hay entre siete y ocho salas abiertas y en cada una «un coach» especializado en ramas concretas: canto, baile, acrobacias, magia… Los «coaches» no deben estar solo pendientes de que el aspirante tenga talento o realice su número de forma intachable, sino que además ofrezca un extra

«Debemos buscar momentos que lleguen al público», nos explica Daniel Zueras, redactor y «coach» vocal en Got Talent, «básicamente es mostrar el talento, pero sobre todo lo que pretendemos encontrar es emociones, que es lo difícil, es muy importante lo que trasmiten». 

«Estamos quizás 12-13 horas seguidas, el cansancio es un enemigo tremendo al final del día, es muy intenso. Tenemos que estar con los oídos y los ojos muy abiertos, no se nos puede escapar un posible protagonista del programa»

El gesto, la forma de hablar, de actuar, el aspecto… Todo ello es clave para el casting de Got Talent. Y estar atento a absolutamente todo puede llegar a ser complicado: «Estamos quizás 12-13 horas seguidas, el cansancio es un enemigo tremendo al final del día, es muy intenso. Tenemos que estar con los oídos y los ojos muy abiertos, no se nos puede escapar un posible protagonista del programa», afirma el ex concursante de OT.

De todas las personas que se presentan, unas 350 personas llegan a las audiciones del programa, que pueden llegar a ser 15 días de grabaciones según nos confirman desde la productora. 

¿Y cómo se selecciona el contenido que aparece en el programa final de dos horas y media? En las salas de los castings hay una webcam que graba todas y cada unas de las actuaciones de las salas donde están los «coaches». Esos vídeos se suben a una base de datos para el equipo de dirección para que haga un revisionado y una selección.

Sala de vídeo de Got Talent, donde quedan grabadas todas las audiciones

Sala de vídeo de Got Talent, donde quedan grabadas todas las audiciones

Sala de vídeo de Got Talent, donde quedan grabadas todas las audiciones

Una vez revisadas todas las actuaciones se comunica por escrito a los aspirantes que pasan a la siguiente fase. Posteriormente, se realiza la edición de vídeo, que oscila entre dos días y medio por concursante e historia (un ritmo cuanto menos frenético), y se selecciona en el montaje para el ritmo que más convenga, porque «no puedes tirarte un programa riéndote, ni llorando todo el rato, se debe incorporar también el aliciente del pase de oro», indica Tony. Por lo que para tener el primer programa pueden tardar alrededor de dos meses. 

Si algo tienen en común los tres realities es que en todos el casting es una parte fundamental del programa, más de lo que pueda parecer, sea un trabajo detrás o delante de cámaras. La gracia de los realities es que quizás se pueda guiar de cierta manera los programas una vez en marcha, pero el centro al que todo gira en torno es la espontaneidad y originalidad de los participantes. Elegir bien la materia prima puede ser la diferencia entre el éxito y o el fracaso.