La
generación
del
baby
boom
es
la
nacida
entre
1946
y
1964.
En
España,
la
explosión
de
natalidad
llegó
algo
más
tarde
que
en
otros
países: «entre
1957
y
1977
fueron
los
años
de
más
nacimientos
en
España,
con
una
media
anual
de
unos
668.000
bebés,
más
del
doble
que
hoy
en
día»,
según
la
Fundación
Alternativas.
Dentro
de
las
empresas
son
las
personas
de
mayor
de
edad,
muchas
de
ellas
son
los
jefes
y
grandes
directivos
y
también
muchas
personas
se
están
jubilando.
Como
recuerda
Weareseeders,
los
Baby
Boomers
crecieron
en
una
época
de
estabilidad
y
abundancia
y
esto
a
veces
es
motivo
de
disputa
intergeneracional.
Muchas
personas
mayores
se
quejan
de
los
jóvenes,
mientras
la
generación
Z
les
recuerda
las
diferencias
del
entorno
global
y
económico
actual
frente
a
lo
que
ellos
vivieron
en
sus
primeros
años
de
la
edad
adulta
y
es
que
la
subida
actual
de
los
precios
de
la
vivienda
y
de
la
vida
en
general
marcan
mucho
las
frustraciones
de
los
profesionales
jóvenes.
Cierto
que
los
boomers
españoles
nacieron
en
época
de
posguerra
y
les
tocó
vivir
en
una
dictadura
muchos
años
donde
los
derechos
laborales
necesitaron
conquistarse
con
huelgas
y
con
otras
acciones
muchas
veces
complejas.
Muchos
de
los
que
ahora
son
padres
de
millennials
y
abuelos
de
la
generación
Z
o
Alfa
comenzaron
a
trabajar
con
13
años
en
condiciones
de
explotación
laboral
infantil.
Pero
los
vientos
globales
ayudaron
a
que
la
situación
fuera
mejorando
con
el
paso
de
los
años
hasta
llegar
a
un
punto
en
el
que
trabajaba
duro
podía
traducirse
en
lograr
prosperidad
económica.
Sacando
provecho
de
la
bonanza
Tanto
que
hace
unos
días
un
estudio
de
Instituto
de
la
Juventud
de
España
que,
tras
40
años
analizando
la
juventud
en
España
ha
podido
ver
que,
mientras
la
gente
joven
ha
ido
perdiendo
en
poder
adquisitivo,
la
gente
mayor
lo
ha
ido
ganando
y
una
de
las
claves
es
la
vivienda.
Pisos
o
casas
que
los
boomers
compraron
hace
décadas
a
precios
asequibles
están
ahora
en
venta
o
alquiler
a
precios
desorbitados.
Concretamente,
decía
el
estudio
que
recogimos
en
Genbeta,
la
dinámica
de
las
dos
últimas
décadas
muestra
una
clara
tendencia
hacia
un
aumento
de
la
desigualdad
económica
generacional,
especialmente
tras
la
crisis
financiera
de
2008,
siendo
la
infancia
y
la
juventud
(los
menores
de
35
años)
las
cohortes
más
perjudicadas
en
este
proceso,
que
contrasta
con
el
aumento
relativo
de
los
ingresos
de
las
personas
mayores
de
75
años.
Hay
aspectos
muy
llamativos
en
cuanto
a
la
generación
de
los ‘boomers’
o
del
Baby
Boom
(llamada
así
porque
eran
épocas
donde
las
parejas
tenían
muchos
más
hijos
y
nació
mucha
gente)
y
más
si
comparamos
con
los
retos
de
los
millennials
cuando
arrancaron
en
la
vida
laboral
y
de
la
generación
Z
actual,
lo
que
es
una
fuente
de
constantes
quejas
y
gran
frustración.
Padres
que
vivían
la
recompensa
por
el
trabajo
duro
En
mi
caso,
yo
millennials,
tanto
mi
padre
como
mi
madre
venían
de
familias
muy
humildes
y
trabajadoras
que
se
vieron
obligados
a
trabajar
desde
los
13
años
de
formas
precarias,
siendo
abusados
por
gente
con
más
recursos,
en
horas
interminables,
salarios
ridículos
y
sin
opción
a
quejarse.
Pero
la
situación
comenzó
a
mejorar
en
los
90,
de
la
mano
de
los
vientos
internacionales
y
del
cambio
político
en
España
y
fueron
testigos
directos
de
cómo
el
esfuerzo
compensaba
gratamente.
Con
26
y
21
años
respectivamente
ya
estaban
con
un
piso
y
siguieron
trabajando
para,
4
años
más
tarde,
mientras
además
criaban
a
una
hija
(yo)
se
compraron
un
coche
y
nos
pudimos
ir
de
vacaciones
al
Mediterráneo.
Con
el
tiempo,
la
economía
familiar
iba
mejorando.
Con
muchísimo
esfuerzo,
eso
sí,
mucho
y
de
ambos
en
años
donde
ni
lo
colegios
facilitaban
la
conciliación.
Pasamos
de
no
tener
ni
muebles
en
el
salón
cuando
yo
era
pequeña,
ni
siquiera
dinero
para
tener
una
cámara
de
fotos
(así
no
tengo
fotos
de
bebé)
a
poder
salir
a
comer
fuera
de
casa
y
a,
en
algún
punto
de
nuestra
vida,
poder
vivir
holgadamente
sin
pensar
en
llegar
a
fin
de
mes
ahogados
y
haciendo
vacaciones
en
lugares
costeros
que
unos
años
atrás
estaba
reservado
para
unos
pocos,
pero
donde
la
que
la
clase
obrera
comenzaba
a
encajar
y
permitirse
en
esos
años
90.
Con
el
tiempo
incluso
llegaron
a
ahorrar
bien
de
dinero
para
pagar
los
estudios
de
sus
hijas
y
vivir
muy
cómodamente.
Mucha
gente
en
aquel
momento
se
compraba
segundas
viviendas
cerca
de
la
costa.
No
eran
las
grandes
cosas,
pero
iba
siendo
una
constante
recompensa
por
el
trabajo
duro,
mientras
la
situación
iba
mejorando
y
había
una
estabilidad
de
tener
una
casa
sin
gran
estrés.
Así
estaba
en
Estados
Unidos
y
ese
país
dicta
mucho
de
la
marcha
del
mundo,
por
todo
su
peso,
hasta
que
su
crisis
inmobiliaria
y
económica
de
2008
cayó
sobre
Europa
como
un
ladrillo
(nunca
mejor
dicho).
Esto
que
cuento
es
viniendo
de
una
familia
totalmente
humilde.
La
gente
que
ya
venía
de
base
de
familias
pudientes
y
que
habían
podido
estudiar,
partían
de
una
base
de
una
comodidad
y
gran
estabilidad
(contratos
fijos,
trabajos
en
la
administración
pública,
sueldos
equiparados
con
el
costo
de
vida…)
que
los
llevaba
a
tener
una
vida
de
propiedades,
incluso
segundas
viviendas
y
vacaciones
anuales
y
criando
hijos,
todo
al
mismo
tiempo
y
desde
muy
jóvenes.
Yo
recuerdo
a
muchas
amistades
en
esa
situación.
Como
publicaba
hace
años
la
BBC,
el
alto
número
de
familias
nuevas
desató
una
bonanza
impulsada
por
el
consumo
a
nivel
global.
Se
vivió
un
auge
de
la
construcción
de
vivienda
suburbana,
con
un
aumento
asociado
en
el
número
de
propietarios
de
automóviles
y
otros
bienes
de
consumo
duradero
como
aparatos
de
televisión.
La
educación
también
se
expandió,
primero
en
la
educación
básica
y
luego
en
la
secundaria
y
a
nivel
universitario.
El
bajo
desempleo
y
los
salarios
crecientes
trajeron
consigo
la
promesa
de
la
prosperidad.
Contraste
con
la
vida
de
millennials
y
generación
Z
Esa
generación
se
empeñó
en
que
sus
hijas
e
hijos
pudieran
estudiar
para
que
llegaran
a
llevar
esa
vida
cómoda
de
los
segundos…
y
ahí
aparecemos
los
millennials.
En
muchos
casos,
acabamos
la
carrera
en
plena
crisis
económica
de
2008
o
en
los
años
de
mega
recortes
de
después,
de
tasas
de
desempleo
altísimas
en
general
y
más
entre
la
juventud
y
todo
ese
discurso
de
que
si
te
esfuerzas
lo
logras
se
traducía
a
que
si
te
esfuerzas
logras
trabajar.
Mucha
gente
de
mi
generación,
muchas
de
mis
amistades,
de
hecho,
se
vieron
obligadas
a
emigrar
al
norte
de
Europa
o
América
como
ya
hicieran
los
padres
y
abuelos
de
los ‘boomers’.
Sobre
todo
la
gente
que
había
estudiado.
Y
resulta
que
eso
de
esforzarse
e
ir
logrando
cosas
no
se
acaba
con
el
paso
del
tiempo,
persisten
los
salarios
demasiado
precarios
para
la
vida.
Tengo
muchas
amistades
que
tras
años
trabajando
en
empresas
muy
potentes,
gestionando
proyectos
gigantes
en
países
varios
y
ver
que
siguen
estancados
en
salarios
que
no
dan
para
tanto
en
comparación
con
el
coste
de
una
hipoteca,
y
que
están
haciendo
másteres
para
opositar
como
profesores
de
secundaria,
por
ejemplo
para
encontrar
estabilidad
a
los
40
años.
La
generación
Z,
criada
entre
más
bonanza,
en
general
por
la
generación
X
que
también
vivió
años
de
crecimiento,
ahora
se
enfrenta
a
sus
primeros
años
en
entornos
profesionales
que
ellos
no
han
definido.
Y
vemos
constantemente
estudios
de
ansiedad
y
depresión
entre
profesionales
jóvenes
y
que
los
expertos
dicen
que
está
totalmente
justificado.
Han
descubierto
que
la
meritocracia
es
una
falacia
(hay
estudios
que
también
lo
demuestran
claramente)
y
además
ven
que
el
esfuerzo
paga
un
salario
mínimo
que
ahora
mismo
no
da
ni
para
pagar
un
alquiler
mensual,
comer
y
vivir.
Mientras
que
muchos
análisis
sociales
afirman
rotundamente
que
los ‘boomers’
son
la
generación
que
menos
ingresos
ha
dedicado
a
pagar
hipoteca
o
alquiler.
Cómo
definen
a
los
boomers
los
estudios
Esta
generación,
nacida
a
partir
de
mediados
de
los
40
y
hasta
mediados
de
los
60,
es
la
respuesta
a
las
ganas
globales
de
prosperar
y
formar
una
familia.
Como
revela
este
artículo
de
Forbes,
“los
Baby
Boomer
son,
hasta
la
fecha,
el
grupo
generacional
más
numeroso
de
Estados
Unidos”.
Una
historia
que
se
repite
en
el
resto
del
mundo,
especialmente
en
China
y
Europa.
Se
les
conoce
por
tener
una
ética
de
trabajo
sólida,
basada
en
la
lealtad
y
en
mantenerse
siempre
o
muchos
años
con
una
sola
organización.
Buscan
seguridad
laboral,
reconocimiento
formal
y
estabilidad
y
la
idea
de
cambiar
de
camino
en
medio
de
su
carera
laboral
puedes
parecerles
arriesgada.
De
acuerdo
con
Equipos
y
Talento,
la
generación
más
antigua
que
conforma
las
plantillas
actuales
se
caracteriza
principalmente
por
su
lealtad.
Se
trata
de
una
generación
que
se
identifica
con
valores
como
la
seriedad,
la
responsabilidad
y
la
eficacia,
con
un
gran
sentido
del
compromiso
hacia
el
trabajo
y
la
estabilidad
en
el
mismo.
De
hecho,
son
los
que
muestran
un
mayor
grado
de
satisfacción
con
su
trabajo
actual:
un
31%
frente
al,
por
ejemplo,
14%
de
los
millennials.
Como
recuerda
Caixa
Bank,
la
jubilación
de
una
generación
tan
amplia
como
la
de
los
baby
boomers
va
a
implicar
un
mayor
peso
de
la
población
sénior
en
las
próximas
décadas
que
tendrá
efectos
de
calado
en
la
configuración
de
nuestras
sociedades
y
de
nuestras
economías.
Muchas
personas
de
esta
generación
ya
se
han
jubilado
y
otras
lo
harán
en
los
próximos
años.
Además,
el
hecho
de
que
sea
una
generación
tan
amplia
y
con
mayor
poder
adquisitivo
lleva
a
que
dictan
mucho
los
patrones
de
consumo.
Un
informe
publicado
en
Bussines
Insider
recuerda
que «la
generación
más
numerosa
de
la
historia
se
ha
hecho
con
los
mandos
de
patrones
de
consumo
y
modas,
tendencias
socioeconómicas
y
culturales
y
políticas
públicas».
César
García,
profesor
de
ESIC
University
explicaba
en
este
análisis
que «una
generación
mayoritaria
impone
sus
referencias
culturales,
y
también
tiene
mayor
poder
económico,
con
lo
cual
se
erigen
en
el
target
natural
de
multitud
de
empresas».
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