Las
gambas
-al
igual
que
los
gambones,
langostinos,
etc.-
son
crustáceos
llenos
de
posibilidades,
que
podemos
preparar
de
muchas
maneras.
Por
ejemplo,
podemos
preparar
los
clásicos
gambones
al
horno,
pero
también
recurrir
a
recetas
muy
propias
de
la
cocina
española
como
pasaría
con
las
icónicas
gambas
al
ajillo.
Maneras
todas
todas
ellas
estupendas
para
disfrutarlos,
pero
hoy
quiero
explicaros
cómo
hacer
unas
gambas
a
la
plancha
perfectas,
y
además
contaros
el
truco
para
no
manchar
nada
en
el
proceso,
ni
siquiera
la
propia
plancha.
El
objetivo
es
conseguir
unas
gambas
bien
cocinadas
y
doradas
por
fuera,
y
a
la
vez
muy
jugosas
por
dentro,
de
las
que
se
pelan
fácilmente
para
disfrute
de
todos
los
que
tienen
el
placer
de
compartirlas
en
eventos
y
reuniones
familiares
o
de
amigos.
Y
pueden
salir
igual
de
bien
con
gambas
congeladas
sin
descongelarlas
antes.
Con
el
truco
que
os
explicamos,
ese
placer
será
también
para
quien
organiza
la
reunión,
que
no
terminará
rascando
la
plancha
para
quitar
la
capa
de
sal
y
líquido
de
la
cocción
de
los
crustáceos,
ya
que
tendrá
lista
la
plancha
para
el
siguiente
uso,
incluso
aunque
sea
un
entrecot
o
chuletón,
sin
que
tenga
ningún
olor
a
mar,
de
forma
muy
sencilla.
Tampoco
podemos
dejar
de
mencionar
una
tapa
mítica
con
este
producto,
las
gambas
a
la
gabardina.
Comenzamos
recortando
un
papel
de
hornear,
de
la
medida
de
la
plancha
en
que
vayamos
a
cocinar
las
gambas.
Después
haremos
las
gambas
a
la
plancha
sobre
este
papel,
que
deja
pasar
perfectamente
el
calor
pero
protege
a
la
plancha
de
olores,
líquidos
y
evita
que
se
peguen
los
alimentos.
Sobre
el
papel,
colocamos
las
gambas,
todas
alineadas
y
mirando
en
la
misma
dirección.
Así,
cuando
les
demos
la
vuelta
a
mitad
de
la
cocción
tendremos
claro
a
las
que
ya
hemos
dado
la
vuelta,
evitando
que
alguna
se
haga
solo
por
un
lado.
En
la
zona
donde
la
cabeza
y
el
cuerpo
de
la
gamba
se
juntan,
ponemos
unos
granillos
de
sal
gruesa,
como
podéis
ver
en
el
collage
de
más
abajo.
Después,
añadimos
un
chorrito
o
hilo
de
aceite
de
oliva
virgen
extra
y
dejamos
que
se
cocinen,
a
fuego
máximo,
durante
dos
minutos.

Pasado
ese
tiempo,
damos
la
vuelta
a
las
gambas
con
unas
pinzas,
y
dejamos
que
se
cocinen
por
el
otro
lado
otro
minuto
o
dos
minutos
más,
dependiendo
del
calibre
y
grosor
de
las
gambas,
sacándolas
a
una
fuente
y
degustándolas
inmediatamente.
Sobre
la
plancha,
quedará
el
papel
de
hornear
manchado,
que
podemos
arrugar
y
tirar,
quedando
la
plancha
limpia
y
lista
para
el
siguiente
uso.
Con
qué
acompañar
las
gambas
a
la
plancha
perfectas
Para
acompañar
las
gambas
a
la
plancha
perfectas
que
hoy
os
enseñamos
a
preparar
sin
manchar
nada,
os
propongo
una
cerveza,
o
una
copa
de
vino
de
Jerez
muy
frío,
y,
ya
que
estamos
de
aperitivo,
podemos
continuar
con
otro
plato
excelente
como
las
almejas
a
la
marinera,
para
completar
el
menú
de
recetas
al
horno.
En
DAP
|
Recetas
con
gambas
En
DAP
|
Recetas
con
langostinos