Picamos los frutos secos a cuchillo, dejando trozos de diversos tamaños. Calentamos la mantequilla en un sartén y añadimos los frutos secos troceados junto con las semillas de sésamo. Tostamos a fuego medio alto, removiendo constantemente. Cuando los frutos secos empiecen a tomar color, añadimos la avena y removemos mientras se tuesta.
A continuación añadimos las uvas pasas y la miel y seguimos removiendo para que se reparta bien entre todos los ingredientes. Cuando la mezcla esté crujiente retiramos del fuego y dejamos enfriar. Con la bajada de temperatura la granola se volverá más crujiente y la podremos guardar en un bote hermético hasta el momento de consumir.
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Con qué acompañar la granola sin horno
La granola sin horno es perfecta para la hora del desayuno. Regada con leche fresca y acompañada de nuestra bebida favorita y fruta fresca constituye una comida nutritiva y energética con la que arrancar el día y mantener el apetito bajo control hasta la hora de la comida.