Clubhouse ante ‘Las Guerras Clon’ de Silicon Valley: las copias de redes sociales cada vez llegan antes

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Clubhouse está siendo una de las sensaciones de 2021. Se trata de una red social que ya cuenta con más de un millón de usuarios y en las que la gran estrella es el audio en habitaciones. Existe un moderador que da paso a todo aquel usuario que quiera hablar, por lo que se pueden dar conversaciones de verdad. Pese a que se esté conociendo a nivel público ahora, fue en la primera mitad de 2020 cuando, con financiación de Andreessen Horowitz, se lanzó de forma muy cerrada.

Tan cerrada que al principio solamente se abrió para inversores de startups de Silicon Valley, y de hecho, sigue funcionando en exclusiva en iOS con invitación. Lo irónico es que días después de salir en medios como TechCrunch y The New York Times, ya tenía una especie de clon, CatchUp, una aplicación de Facebook creada por el NPE Team, un equipo de la compañía que se dedica a explorar posibilidades con I+D.

Meses después, con la idea de Clubhouse más asentada, Twitter lanzó Spaces, una función para su aplicación que no era más que otro clon, integrando en su plataforma salas de audio.

Las Guerras Clon comenzaron mucho tiempo atrás

Spaces

Spaces

Spaces es la misma idea de Clubhouse integrada en Twitter.

Si algo nos han dejado claro los últimos años de las redes sociales es que estamos en Las Guerras Clon, pero no de Star Wars, sino de Silicon Valley. Es algo que podemos ver en el cementerio de aplicaciones de Facebook. La mayoría nunca llegaron a ser conocidas ni a salir de Estados Unidos, pero su breve existencia explica bien el mundo en que vivimos.

Es el caso de Facebook Camera, un rival de Instagram que se lanzó cuando la compra de Instagram ya se había hecho oficial. El equipo de Camera le contó a un ingeniero de Instagram que «su trabajo era matarles». Una vez Instagram se asentó en Facebook, Facebook Camera murió. Facebook falló en sus intentos de comprar Snapchat, pero mientras tanto intentó tener algo similar con Poke, una app que permitía enviar mensajes efímeros de un solo uso.

Frente a otras empresas tecnológicas que sólo se han dedicado históricamente a mejorar uno o varios productos, las redes sociales demuestran ver que en una sociedad líquida todo es casi tan efímero como una historia de Instagram y hay que cambiar el producto prácticamente cada día

No siempre se han podido ganar las batallas, pero a menudo sí las guerras. En el caso de Facebook, si bien no pudo comprar Snapchat ni oponer resistencia con Poke, acabó venciendo en la contienda al lanzar las Stories en Instagram, Messenger y WhatsApp, y haciendo ubicuo el contenido efímero. El mayor ejemplo de que todo en Silicon Valley tiende a igualarse es que incluso una red social con tanta personalidad como Twitter se acabó uniendo a esa tendencia con los ‘Fleets‘, que personalmente me sigue pareciendo que no pegan demasiado en la red.

Con Lasso, Facebook intentó frenar temporalmente a Tiktok, y tras no conseguirlo ha pasado a trazar una estrategia más agresiva insertando con calzador Reels, un clon integrado al que le está pasando lo mismo que a las Stories al principio, cuando se llenaban de contenidos de Snapchat por tener mejores filtros. En Reels abunda el contenido de Tiktok, algo que no gusta a Instagram, que ya ha mencionado que el contenido no nativo que tenga marca de agua de Tiktok tendrá menos visibilidad.

La práctica de copiar no es nueva ni reciente. Solamente hay que recordar los casos de Google Buzz o Google+, clones a su vez de Twitter y de Facebook. Aportando novedades y enfoques interesantes respecto a ellos, pero buscando los mismos objetivos de publicación.

Solo llevo dos semanas y ya le he sacado partido profesional a Clubhouse: tres españoles nos cuentan su caso particular

Ahora se clona mucho antes de que el producto principal tenga un gran éxito

Catchup

Catchup

Facebook ya contaba con CatchUp antes de que Clubhouse saliera de círculos cerrados.

Si algo ha cambiado respecto a muchos de los ejemplos que hemos puesto es que ahora las grandes redes sociales comienzan a clonar, copiar o inspirarse en funciones de nuevos competidores desde mucho tiempo antes de que supongan una amenaza seria o creen una tendencia para la que no están preparados.

El modelo de las redes sociales de Silicon Valley se parece cada vez más al atribuido a China: ese de copiar o inspirarse sin ningún rubor

Es fácil hacer los cálculos. Cuando Facebook adquirió Instagram, ésta tenía 30 millones de usuarios (y aun así parecía mucho dinero los 1.000 millones que pagaron por ella). En el momento en que Instagram integró las Stories copiando la idea de Snapchat, la red social de Evan Spiegel tenía ya más de 150 millones de usuarios cada día. Lo mismo ocurría con Twitter cuando Google lanzó Buzz o con Facebook (a una escala mucho mayor) cuando lanzaron Google+.

Como decíamos, hoy en día es diferente. Facebook lanzó CatchUp antes de que Clubhouse saliera del círculo de inversores. Y en noviembre, cuando Twitter anuncia Spaces, su clon, Clubhouse solamente tenía 600.000 usuarios, según The New York Times. Ahora, el mismo medio dice que Facebook está trabajando en un competidor real (más que CatchUp, que ya ha sido olvidada), cuando los fundadores de Clubhouse mencionan que la aplicación «solamente» tiene dos millones de usuarios semanales. Nueva era.