La
tradición
de
“San
Yaco”,
como
le
decían
los
habitantes
piemonteses,
cumple
105
años
en
ese
sector
de
la
colonia
Milesi,
conocido
como
LA
FLOR,
denominación
dada
al
conjunto
edilicio
e
institucional
que
allí
está
en
pie.
El
nombre,
lo
proporcionó
la
creación
la
cooperativa
de
tamberos
en
1937,
el
que
se
trasladó
después
al
bar,
al
club
y
al
hoy
repuesto
comedor
de
campo.
El
domingo
28
de
julio
de
2024,
se
desarrollará
la
programación
de
la
fiesta
patronal
que
se
resume
en
solo
un
par
de
actividades
esenciales.
A
la
hora
11:15
se
realizará
la
celebración
religiosa,
a
cargo
del
párroco
de
Brinkmann,
Pbro.
Daniel
Maine,
para
dar
paso
luego
a
la
procesión
con
la
imagen
de
San
Santiago
que
está
depositada
en
la
capilla
reinstalada
en
2019.
A
continuación,
se
servirá
el
almuerzo
familiar
en
el
salón
del
club
La
Flor,
con
un
posterior
baile
popular
que
contará
con
la
actuación
de
Néstor
Baldo,
el
“Showman
del
Cuarteto”.
El
valor
de
las
tarjetas
es
de
$
16.000
(sin
bebidas)
y
se
las
puede
reservar
a
los
teléfonos
(03564)
15561613
(Clemar
Scalerandi)
o
a
los
whatsapp
(3562)
442557
(Néstor
Sola)
y
(3562)
568783
(Carolina
Beltramino).
Se
recrea
mínimamente
una
tradición
que
tuvo
su
nacimiento
en
1919,
cuando
Santiago
Tomatis
levantó
una
capilla
en
honor
a
San
Santiago
Apóstol,
en
la
esquina
de
su
campo,
en
gratitud
al
santo
de
su
nombre
por
haberse
salvado
de
un
accidente
sufrido
con
una
chata
tirada
por
caballos.
En
su
entorno,
se
fueron
creando
luego
un
bar,
la
cooperativa
de
Tamberos
“La
Flor”,
con
su
cremería
que
le
dio
nombre
al
sector.
El
club,
fue
una
agradable
consecuencia,
casi
inmediata,
para
los
vecinos
de
los
alrededores.
La
Fiesta
Patronal,
muy
activa
desde
la
década
del
30
hasta
fines
de
los
70
cuando
llegó
la
inundación
y
forzó
un
fuerte
éxodo
rural.
La
emergencia
climática
exigió
la
construcción
de
caminos
mejorados
para
retirar
la
producción
láctea
y
la
creación
del
primer
camino
rural
ripiado
de
toda
la
provincia,
por
lo
que
demandó
para
posibilitar
su
ensanchamiento,
derrumbar
la
capilla
en
1987.
Se
construyó
una
ermita
en
1989
para
albergar
al
santo
y
en
2009,
por
decisión
de
sus
vecinos,
se
repuso
la
fiesta
que
perdura
hasta
el
presente,
con
la
particularidad
que,
en
2019,
en
el
centenario
original
de
la
capilla,
la
Municipalidad
de
Brinkmann
edificó
una
réplica
de
aquel
pequeño
templo
inicial,
recobrando
una
fisonomía
algo
parecida
a
la
de
aquellos
tiempos.
