Una fábrica clandestina brasileña acaba de ser clausurada por la Policía Civil del estado de Santa Catarina por confeccionar réplicas ilegales de modelos de Ferrari y Lamborghini, que vendían a un precio muy por debajo del que tienen estos superdeportivos originales: entre 180.000 y 250.000 reales brasileños (unos 42.667 y 59.260 euros al cambio).
Que los deportivos italianos firmados por Lamborghini y Ferrari son objeto de deseo para cualquier amante de los automóviles que se precie está fuera de toda duda. No en vano, el Ferrari 250 GTO acaba de ser calificado como obra de arte por un tribunal, que ha prohibido por ley las réplicas de este deportivo clásico.
El problema, evidentemente, es su precio, pues no está al alcance de una gran mayoría de mortales. Pero, ¿y si pudieras tener un «Lamborghini Huracán» por menos de 60.000 euros? Pues ahí vieron negocio los dueños de este taller ubicado en la localidad de Itajaí (Santa Catarina, Brasil), que pretendían hacerse de oro a base de vender imitaciones de los modelos que comercializan ambas firmas transalpinas.
Ahora, el chollo se les ha acabado: la venta de estas copias ilegales llegó a oídos de Ferrari y Lamborghini, que no dudaron en denunciarlo ante la policía de esta región brasileña. Así, comenzó una investigación que finalizaba este pasado lunes, con el cierre del taller y la incautación de los ocho modelos que estaban perpetrando en ese momento. Los dueños ahora se enfrentan a un delito de propiedad industrial.
Lambo por fuera… pero con motor Chevrolet
Según la Policía Civil de Santa Catarina, este taller estaba regido por un padre y su hijo, según confirman en su perfil de Instagram, donde publican varias fotos de los modelos incautados hace un par de días, aún en fase de esamblaje.
Este cuerpo policial asegura que confiscaron varios chasis, moldes, herramientas y fibras utilizadas en la fabricación clandestina de las réplicas de estos superdeportivos de altos vuelos, algunos de los cuales son modelos que están actualmente en cartera de ambas marcas, como es el caso del Lamborghini Huracán.
En la publicación de esta red social, también afirman que cada una de estas copias se confeccionaba bajo pedido y que se vendía posteriormente a través de las redes sociales. Y lo cierto es que, al menos en lo que toca a la carrocería, las imitaciones estaban bastante conseguidas, aunque obviamente nada que tenían ver en cuanto a tecnología y motores con los cavallinos de Maranello o los toros de Sant’Agata Bolognese.
Y es que, según afirma la publicación argentina tn.com.ar, cuando la policía irrumpió en el taller, estaban en plena faena instalando en una de las unidades el motor de un Chevrolet Omega. Aunque, por desgracia este medio no entra en detalles sobre la mecánica, por lo que nos quedamos con la duda de si se trataba de la misma que equipaba el Opel Omega (un modelo que dejó de fabricarse en 2003) o de su evolución, hermana gemelo del Holden Commodore.
Sea como fuere, parece que estas réplicas, pese a no esconder poderosos V10 o V12 , y no superar los 300 km/h, tenían su público en Brasil…
Fotos: Policía Civil de Santa Catarina.