Si
a
principios
de
los
2000
te
encontrabas
de
viaje
por
China
y
querías
viajar
entre
Pekín,
la
capital
del
país,
y
Tianjin,
una
ciudad
vibrante
con
algunos
edificios
con
estilo
europeo,
debías
prepararte
para
la
congestión
vial
de
un
viaje
en
coche
o
elegir
un
servicio
ferroviario
lento.
A
diferencia
de
lo
que
ocurría
en
España
y
en
otras
partes
del
mundo,
el
gigante
asiático
no
tenía
trenes
de
alta
velocidad.
Esto
cambió
a
mediados
de
la
década
con
el
inicio
de
un
ambicioso
plan
para
mejorar
drásticamente
las
vías
de
transporte
del
país.
El
primer
servicio
ferroviario
de
alta
velocidad
se
inauguró
en
2008,
justo
antes
de
los
Juegos
Olímpicos
de
Pekín
celebrados
ese
año.
La
nueva
vía
permitió
conectar
Pekín
y
Tianjin,
separados
por
unos
120
km
de
distancia,
con
trenes
que
partían
cada
3
minutos
y
hacían
el
trayecto
en
aproximadamente
30
minutos.
Unos
17
años
después
de
aquel
hito,
el
país
del
Dragón
Rojo
tiene
más
vías
de
alta
velocidad
que
cualquier
otra
nación
en
el
mundo:
sus
trenes
más
rápidos
se
mueven
a
lo
largo
de
una
red
de
48.000
kilómetros.
China
apunta
a
alcanzar
los
60.000
km
de
vías
de
alta
velocidad
A
nivel
global,
España
es
el
segundo
país
con
más
vías
de
alta
velocidad.
Los
datos
del
Ministerio
de
Transporte
y
Movilidad
Sostenible
señalan
que
la
red
nacional
tiene
más
de
3.700
km.
En
tercer
lugar
se
encuentra
Japón,
con
más
de
3.100
km,
seguido
de
Francia
(más
de
2.700
km)
y
Alemania
(más
de
1.600
km).
En
la
actualidad,
como
podemos
ver,
China
se
encuentra
muy
por
delante
en
la
clasificación
de
redes
de
alta
velocidad
por
kilómetro
operativo.
Ahora
todo
parece
indicar
que
mantendrá
esa
posición
por
mucho
tiempo.
China
ha
comenzado
el
2025
estableciendo
una
ambiciosa
meta
a
futuro:
espera
tener
una
red
de
alta
velocidad
operativa
de
60.000
km
para
2030.
Los
datos
provienen
de
China
State
Railway
Group,
que
este
año
prevé
invertir
unos
590.000
millones
de
yuanes
(unos
76.275
millones
de
euros)
para
poner
en
funcionamiento
2.600
kilómetros
de
nuevas
vías
de
alta
velocidad.
La
inversión
en
este
ámbito
fue
superior
el
año
pasado:
los
datos
oficiales
hablan
de
850.600
millones
de
yuanes
en
2024
(unos
109.949
millones
de
euros).
Uno
de
los
aspectos
más
sorprendentes
del
sistema
de
transporte
de
alta
velocidad
chino
es
que
más
de
la
mitad
de
la
red
se
ha
completado
en
los
últimos
ocho
años.
En
2020,
más
del
70%
de
las
ciudades
con
una
población
de
más
de
500.000
habitantes
tenían
acceso
a
trenes
de
alta
velocidad.
El
último
tramo
en
ser
inaugurado
fue
el
de
Jining
–
Datong
–
Yuanping,
un
enlace
entre
la
provincia
de
Shanxi
y
la
región
autónoma
de
Mongolia
Interior.
Los
trenes
se
mueven
a
unos
250
km/h
a
través
de
varias
ciudades.
Como
hemos
visto,
no
solo
se
trata
de
tender
vías,
sino
de
contar
con
la
tecnología
y
la
capacidad
industrial
para
desarrollar
y
construir
trenes
de
alta
velocidad.
China
es
el
hogar
del
nuevo
Maglev,
que
puede
alcanzar
velocidades
de
vértigo.
Pero
hay
más.
Recientemente
se
presentó
el
primer
prototipo
del
CR450,
un
tren
que
puede
alcanzar
los
450
km/h
y
que
incorpora
una
variedad
de
mejoras
a
nivel
de
comodidad
para
los
pasajeros,
eficiencia
y
seguridad.
Debería
entrar
en
servicio
próximamente.
Imágenes
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(Wikimedia
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–
CC
BY-SA
4.0)
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