La
cúrcuma
tiene
mucha
fama
como
suplemento
por
sus
propiedades,
discutidas
y
discutibles,
pero
a
mí
me
interesa
más
como
especia
para
emplear
en
la
cocina,
donde
siempre
es
más
recomendable
aprovechar
los
nutrientes
de
los
alimentos,
y
no
tanto
a
través
de
pastillas.
Es
perfecta
para
dar
color
y
aroma
a
una
hortaliza
tan
simple
como
el
calabacín,
que
braseado
en
sartén
o
cazuela
adquiere
una
textura
muy
apetecible.
Brasear
consiste
en
cocinar
un
alimento
sin
prisa
aprovechando
sus
propios
jugos,
con
un
poco
de
líquido,
para
que
no
llegue
ni
a
freírse
o
tostarse,
ni
tampoco
quedar
como
hervido.
Podemos
cocinarlo
en
este
caso
hasta
que
quede
muy,
muy
tierno,
casi
deshecho,
o
dejando
el
calabacín
con
un
punto
más ‘mordible’,
eso
va
en
cuestión
de
gustos.
Cuanto
más
fino
lo
cortemos,
antes
se
cocinará.
Calentar
un
poco
de
aceite
de
oliva
en
una
cazuela
o
sartén
amplia
con
la
cebolla
picada
y
un
poco
de
sal,
a
fuego
medio-bajo.
Dejar
que
se
poche
y
añadir
un
poco
de
cúrcuma
cuando
empiece
a
estar
transparente.
Añadir
el
ajo,
remover
rápidamente
y
echar
el
calabacín
con
el
resto
de
cúrcuma,
subiendo
el
fuego
y
removiendo
bien.
Regar
con
el
vino
y
dejar
que
se
evapore
el
alcohol.
Salpimentar,
con
generosidad
en
la
pimienta,
y
dejar
que
el
calabacín
coja
algo
de
color
antes
de
echar
el
caldo
o
agua,
lo
justo
para
que
se
cubra
el
fondo
de
la
sartén

Cocinar
fuego
medio-bajo
hasta
que
la
verdura
esté
muy
tierna,
vigilando
que
no
se
pegue
al
fondo.
Servir
con
más
pimienta
y/o
cúrcuma
y
semillas
de
alcaravea
al
gusto.
Con
qué
acompañar
el
calabacín
braseado
Saciante
gracias
al
agua
y
fibra
que
contiene
el
calabacín,
esta
receta
podemos
tomarla
como
plato
único
para
una
cena
que
nos
deje
satisfechos
pero
que
no
sea
pesada,
ligera,
o
podemos
tomarlo
como
primer
plato
de
un
menú
más
completo.
También
es
una
excelente
guarnición
para
proteínas
magras,
como
un
pescado
al
papillote
o
pollo
a
la
plancha,
y
podemos
añadirle
proteínas
con
unos
huevos
a
la
plancha
o
o
tofu
salteado.
En
Vitónica
|
Crema
de
calabacín
y
garbanzos
En
Vitónica
|
Ensalada
de
cintas
de
calabacín
con
avellanas
y
queso
parmesano