Biden se despidió de los demócratas y les dejó una misión: “Necesitamos preservar nuestra democracia”

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El
presidente
de
los
Estados
Unidos
cerró
la
primera
noche
de
la
Convención
Nacional
Demócrata
con
un
fuerte
respaldo
a
su
vicepresidente,
Kamala
Harris.


Hillary
Clinton
 lo
llamó
 “un
campeón
de
la
democracia”
,
y
dijo
que
le devolvió
la 
“dignidad,
decencia
y
competencia” 
a
la
Casa
Blanca. Kamala
Harris
,
en
una
aparición
sorpresiva
antes
de
los
discursos
del
prime
time,
le
agradeció
su “histórico
liderazgo”
.
Su
mujer,
la
primera
dama, Jill
Biden
,
su
pilar
en
la
vida,
dijo
que había
“cavado
profundo
en
su
alma”
al
dar
un
paso
al
costado
y
respaldar
a
Harris
.


Biden
pisó
el
escenario,
abrazó
a
su
hija,
se
secó
las
lágrimas
de
los
ojos,
se
acercó
al
podio,
recibió
una
larga
ovación
 de
su
público,
se
despidió
honrando
una
vieja
promesa:
irse,
abrirle
el
paso
a
una
nueva
generación
.
Su
mensaje,
enérgico
y
a
la
vez
nostálgico,
combinó
un
amplio
repaso
de
su
legado
con
elogios
para
su
sucesora,
y
una misión
fundamental
para
el
país
en
la
elección
presidencial:
preservar
la
democracia
.


“¡Gracias,
Joe!
¡Gracias,
Joe!”
,
le
gritó
el
público,
mientras
ondeaba
cárteles
al
aire
con
el
mensaje: “Amamos
a
Joe”
Un
estadio
repleto,
vibrante,
le
rindió
homenaje
envuelto
en
una
energía
renovada
que,
paradójicamente,
el
propio
Biden
desató
al
renunciar
a
su
candidatura
y
dar
un
paso
al
costado
a
favor
de
Harris
 y
su
nuevo
compañero
de
fórmula,
Tim
Walz.
Ambos
se
abrazaron
al
final
del
discurso
sobre
el
escenario.



“¡Amigos!
¿Están
listos
para
votar
por
la
libertad?
¿Están
listos
para
votar
por
la
democracia,
por
Estados
Unidos?”
,
arengó
Biden
a
los
demócratas
apenas
arrancó,
al
pasarle
la
antorcha
a
su
vicepresidenta. “Déjenme
preguntarles,
¿están
listos
para
elegir
a
Kamala
Harris
y
Tim
Walz?”
,
insistió.

Biden no
fue
tímido
al
repasar
su
gestión
:
dijo
que
había
salvado
a
la
democracia,
que había
logrado “uno
de
los
cuatro
años
de
progreso
más
extraordinarios
de
la
historia”
,
y
que
con
su
liderazgo
los
norteamericanos
estaban “construyendo
un
mejor
país”
.


“¡Gracias
Joe!”
,
insistió
el
público. “Agradézcanle
a
Kamala
también”
,
respondió
Biden.Biden
hizo
un
largo
repaso
de
los
logros
de
su
gestión,
desde
la
recuperación
a
la
pandemia
del
coronavirus,
las
leyes
aprobadas
por
el
Congreso,
y
el
fortalecimiento
de
las
viejas
alianzas
de
Washington
y
de
la
OTAN,
crítica
en
la
defensa
de
Ucrania
a
la
invasión
de
Rusia.
Luego,
el
presidente
dio
vuelta
la
página,
y
puso
la
mirada
en
el
futuro.



“Amo
mi
trabajo,
pero
amo
más
a
mi
país”
,
dijo. “Necesitamos
preservar
nuestra
democracia”
,
remarcó,
y
le pidió
a
la
gente
el
voto
 para
Harris
–a
quien
cubrió
de
elogios–
y
Walz para
derrotar
a
Donald
Trump
.


“Es
dura,
tiene
experiencia
y
una
enorme,
enorme
integridad.
Su
historia
representa
la
mejor
historia
de
Estados
Unidos.
Y,
como
muchos
de
nuestros
mejores
presidentes,
también
es
vicepresidenta”
,
bromeó.

Biden cerró
su
mensaje
con
su
habitual
mensaje
de
unidad,
insistiendo
en
que
nunca
ha
sido
más
optimista
sobre
el
futuro
del
país
,
que
Estados
Unidos
es
una
nación
de
posibilidades,
y
que
nada
es
imposible
si
el
país
está
unido.


“Les

lo
mejor
de
mí”
,
dijo,
citando
una
canción,
antes
del
final.


Los
demócratas
despidieron
a
Biden
en
la
primera
noche
de
su
convención
en
Chicago
,
una
fiesta
partidaria
que
un
mes
atrás
estaba
diseñada
para
abrirle
el
camino
a
su
reelección,
y
que se
transformó
en
la
coronación
de
Harris,
con
un
clima
y
un
mensaje
diferentes
.
El
discurso
y
la
fugaz
aparición
de
Biden
–apenas
terminó,
se
fue
de
vacaciones
con
su
familia
a
California–
fueron
un
testimonio
del
histórico
giro
político
que
vivió
Estados
Unidos,
la
herida
que
dejó
la
brutal
campaña
interna
para
presionarlo
a
dar
un
paso
al
costado,
y
de
una
paradoja
inédita
que
dejó
esta
elección:
Biden
es
un
presidente
admirado,
y
un
candidato
desairado.