El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que el país tiene la «obligación moral» de regular más las armas de fuego y que debería «sentir culpa social» por no haberlo hecho, al cumplirse el décimo aniversario de la masacre en el colegio Sandy Hooks.
«Tenemos la obligación moral de aprobar y hacer cumplir leyes que puedan evitar que estas cosas se repitan», afirmó el mandatario en un comunicado.
«Deberíamos sentir una culpa social por tardar demasiado tiempo en lidiar con este problema», añadió, según informó la agencia de noticias AFP.
En ese sentido, recordó que aprobó una ley para impedir a personas potencialmente peligrosas comprar armas y que dictó decretos sobre las llamadas ‘pistolas fantasma’, es decir, aquellas que se pueden fabricar de forma casera con impresoras 3D.
«Estoy decidido a prohibir los rifles de asalto y los cargadores de gran capacidad», afirmó el mandatario demócrata sobre una medida que el Partido Republicano rechaza.
Ten years ago, 26 Newtown families said goodbye to their loved ones for the last time.
20 first-graders and 6 educators died at the hands of a lone gunman.
We still struggle to fathom such loss. But in this darkness, may we find the strength to finish the work left undone.
— President Biden (@POTUS) December 14, 2022
Biden lleva tiempo prometiendo que restablecerá la prohibición de los rifles de asalto, el arma utilizada por el asesino en la tragedia de Sandy Hook.
Pero la oposición republicana y el poderoso lobby de las armas, la NRA, se oponen a reimponer la prohibición que estuvo en vigor entre 1994 y 2004 porque consideran que viola la Constitución estadounidense.
El 14 de diciembre de 2012, poco después de asesinar a su propia madre, Adam Lanza mató a 26 personas en la escuela primaria de Sandy Hooks en Newtown, Connecticut, una localidad del noreste de Estados Unidos.
De las 26 víctimas, seis eran mujeres adultas, trabajadoras de la institución educativa, y 20 niños de entre seis y siete años.
Tras la matanza, Lanza se suicidó.
La policía, en ese entonces, describió la escena como un salón de clases de primer grado convertido en un campo de exterminio, y desde Sandy Hook hubo al menos 300 tiroteos en escuelas de Estados Unidos.