La escritora Beatriz Sarlo finalmente recibió la vacuna contra el coronavirus, dos meses después de haber revelado que le acercaron una propuesta de manera particular para ser inmunizada “por debajo de la mesa”, y haberse negado.
Entrevistada en El Corresponsal por Nelson Castro, la ensayista contó que tramitó el turno a través de la web y celebró que “todo haya funcionado correctamente”. Eso sí, aclaró que no sabe si le suministraron la dosis de Sputnik V, la de AstraZeneca o Sinopharm. “Me vacuné hace cuatro días, y me da lo mismo qué vacuna me pusieron. La verdad es que no sé cuál me tocó”, dijo. Y cuando le preguntaron por qué no consultó, explicó: “Yo soy completamente ignorante de cualquier cuestión médica y de las cosas que no sé prefiero no hablar”.
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Sarlo aprovechó para dar más detalles del ofrecimiento que recibió en febrero, cuando le llegó un mail donde la invitaban a formar parte de una campaña de difusión del gobierno de Axel Kicillof, donde buscaban reclutar personalidades públicas que quieran darse la vacuna rusa y contarlo para generar confianza en la población. “Me llamó la atención la informalidad, la falta de logos de entidades oficiales, lo sentí como un llamado de una mafia de la que no formo parte”, contó.
Además de indignarla, el escándalo de las vacunas VIP también dañó el círculo personal más cercano de la ensayista. “Perdí amigos por denunciar las vacunaciones VIP”, reveló durante su diálogo con Castro.

Sarlo también se refirió a la controversia que surgió tras la designación a mediados de 2019 de la por entonces fórmula presidencial del Frente de Todos, y la incógnita sobre quién tiene realmente el poder en la Argentina. “Alberto Fernández fue un gran segundo de Néstor, pero de Cristina no es un segundo”, aseguró la escritora sin titubeos.
Sobre las causas de corrupción kirchnerista que están en danza por estos días, señaló: “La síntesis de lo que hemos vivido durante estos últimos días es que lo que hay en marcha es una reforma judicial, que quiere cumplir en primer lugar un deseo de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Ella no quiere ningún indulto ni tampoco una amnistía para las causas que le conciernen. Más bien quiere la declaración universal de su inocencia, y si esto se concreta lo que ella querría después es que no se hable más de lo que ha sido absuelta”.
Con respecto al preocupante escenario económico que tal vez se agrave por las nuevas restricciones decretadas por el Gobierno, sobre todo para los comercios, la ensayista señaló: “El año pasado iniciamos el confinamiento creyendo que íbamos a poder actuar del mismo modo en la política, en la universidad, en todo. Pero ahora ya sabemos que está todo cambiado”.