El cold open de la temporada 3 de ‘Barry‘ es bastante representativo del camino que va a seguir la serie de HBO Max. En ese inicio se nos muestra a nuestro protagonista desaliñado, evidentemente hastiado, en mitad de un encargo. Antes de ir a ejecutar al objetivo, el contratante le dice que ha cambiado de idea, que ha perdonado al susodicho.
Esta idea del perdón (y lo que conlleva) es uno de los pilares sobre los que se construyen estos nuevos episodios de la que sigue siendo una de las mejores series no solo de HBO sino de la actualidad. Por lo menos en cuanto a comedias.
Una huida hacia delante
Si bien podríamos pensar, tal como acabó la temporada anterior, que esta comenzaría momentos después, Bill Hader y Alec Berg son de algún modo conscientes de que tres años son muchos y prefieren comenzar un tiempo indeterminado después.
De esta manera, estamos en con un salto en la vida de los personajes con, por ejemplo, Fuches (Stephen Root) en paradero desconocido, Gene (Henry Winkler) todavía en shock por la gran revelación y Sally (Sarah Goldberg) a punto de estrenar su propia serie para una plataforma de streaming.
Es un escenario raro, incluso podríamos decir desconcertante. No solo porque estamos ante situaciones bien distintas sino que, de paso, la serie es mucho más sombría en tono. Sigue habiendo humor, pero por lo general es bastante más sobrio, como queriendo reflejar todo el tormento por el que están pasando los personajes.
En este sentido, ‘Barry’ no se olvida de lo anterior. No es un borrón y cuenta nueva sino más bien una huida hacia delante hasta que no se pueda más y haya que afrontar realmente las consecuencias de todas las dos temporadas anteriores. Y no me refiero a lo más obvio (que también) sino de ciertas asignaturas pendientes en este viaje del protagonista a ser alguien con una ocupación no criminal.
Una serie más oscura… y divertida
Quizás lo más interesante es constatar la evolución de Barry como personaje. No tanto porque realmente cambie, sino por cómo el guion quiere explorar más y más la mente del protagonista (y compañeros) Sigue siendo una persona de impulsos y sin un plan oculto. Es bastante claro en sus intenciones y eso es lo que hace interesante al personaje.
‘Barry’ ha abrazado un tono más sombrío como consecuencia de la máxima de que uno no puede realmente comenzar de cero. Que puede haber perdón, pero olvidar es otra cosa. Y sobre esos mimbres funciona realmente bien la serie.
Todas las virtudes que nos enamoraron en las dos temporadas de la serie siguen estando bien presentes, incluyendo la excelente actuación no solo de Hader sino del resto del reparto, que vuelve a reclamar su sitio en los próximos premios Emmy.
Pero también, y sin meternos en spoilers, tenemos momentos, por lo menos en los primeros seis episodios, que son simplemente geniales, de estos casi de aplaudir. Todo esto hace que, en definitiva, la temporada 3 de ‘Barry’ sobresalga bastante de entre la oferta actual. Un regreso que no defrauda para nada.