Durante el parto, las mujeres pasamos por una enorme transformación en cuestión de horas, en la que no solamente ocurren esos notorios cambios en nuestro cuerpo, sino también, en nuestra mente.
Quizás imaginabas los primeros días como madre de forma diferente o notas que el sentimiento que ahora en invade no es el que esperabas, lo que hace que te preguntes, ¿por qué estoy triste? Te contamos todo acerca del famoso «baby blues» o leve depresión postparto.
Tu mente tras el parto
Durante el embarazo, probablemente al igual que millones de mujeres en el mundo, imaginaste el día de tu parto como un día lleno de emoción y alegría. ¿Y cómo no hacerlo? ¡Por fin vas a tener a tu bebé en tus brazos tras una larga espera! Finalmente ha llegado la fecha en la que no has dejado de pensar los últimos meses.
Y aunque desde luego es un día muy emocionante y lleno de felicidad por la llegada del nuevo miembro de la familia, es posible que tus sentimientos no sean exactamente de alegría. De hecho, aunque muchas mujeres sienten el flechazo en el momento en el que ven a su bebé o se sienten extasiadas al escucharle llorar por primera vez, no siempre es así.
Pero no te preocupes, esto que sientes es muy normal. Acabas de pasar por uno de los momentos más importantes, trascendentales y transformadores de tu vida como mujer: has dado una nueva vida. Y eso no es cualquier cosa.
Baby blues o leve depresión postparto
Una vez que el parto ha terminado, tu mente y tu cuerpo se encuentran en un estado muy sensible, frágil y emocional. Las hormonas continúan haciendo su trabajo y aunque tu cuerpo ha terminado de gestar a tu bebé, poco a poco seguirás transformándote y recuperándote.
Todos esos cambios hormonales que vives durante y después del parto, pueden generar cierto desorden en tu organismo. Tus niveles de estrógeno y progesterona aumentaron de manera excesiva después de nacer tu bebé y desde luego, estos influyen en tus emociones, provocando estado de ánimo inesperados.
En algunos casos, muchas mujeres experimentan una serie de sentimientos negativos o de tristeza durante los primeros días después de su parto, como:
- Irritabilidad
- Fatiga
- Accesos de llanto sin razón
- Pérdida del apetito
- Dificultades para conciliar el sueño
- Aumento de la susceptibilidad
Si te identificas con todos o la mayoría de estos durante los tres o cinco días posteriores a tu parto, no te preocupes. Estás experimentando una leve depresión post parto, o lo que se conoce como “baby blues”.
Este puede desaparecer en cuestión de horas o de 10 a 15 días después de tu parto y es algo muy normal debido a todo el proceso por el qué pasó tu cuerpo. De hecho, se considera un síntoma muy normal del postparto en el caso de las madres primerizas.
¿Qué hacemos ante ello?
Si presentas baby blues o una leve depresión postparto no te alarmes ni te sientas culpable por no estar radiante o llena de felicidad esas primeras semanas. Sé amable contigo misma y piensa en todo el trabajo y esfuerzo por el qué pasó tu cuerpo para crear y dar vida a tu bebé.
Como lo mencionaba, estos sentimientos son normales y con el paso de los días, mientras te vayas reconociendo y sintiendo más cómoda contigo misma y con tu bebé, tendrás mayor seguridad y esto hará que el baby blues vaya desapareciendo.
Algo que puede ayudarte mucho durante esta etapa para que te sientas un poco mejor, es contar con el apoyo de tu pareja, familia y amigos, y especialmente, pedir ayuda. Pasar esas primeras semanas en un entorno de amor, comprensión y respeto hará que la adaptación a tu nuevo papel de madre sea más ligero.
Dale tiempo al tiempo y trata de descansar lo más que puedas durante esas primeras semanas, pues mucho influye también cómo se sienta tu cuerpo en tu estado de ánimo. Sé que es difícil dormir suficiente los primeros meses con el bebé, pero haz lo posible por ponerte como prioridad. Tú también importas y para poder cuidar, tienes que atenderte a ti también.
Pero atenta si los síntomas no mejoran o desaparecen
Ahora, mientras que una leve depresión o baby blues después del parto es normal, si los días transcurren y tu estado de ánimo no mejora, entonces estamos hablando de una posible depresión postparto, como la que hemos mencionado en otras ocasiones.
Además de presentar los síntomas del baby blues, otras señales de alerta que nos dicen que podemos estar viviendo una depresión postparto son las siguientes:
- No sientes un vínculo o conexión con tu bebé.
- Has perdido el interés en aquellas cosas que te hacían feliz o te agradaban.
- Todo el tiempo estás triste.
- Presentas episodios de llanto incontrolable.
- Tienes un enorme sentimiento de culpa.
- Tus hábitos alimenticios cambian de forma drástica y se van a los extremos: comes en exceso o pierdes totalmente el apetito.
- Te sientes nerviosa la mayor parte del tiempo.
- Te da miedo quedarte a solas con tu bebé.
- Tienes mucha dificultad para dormir, o por el contrario, duermes en exceso.
- No sientes interés por tu bebé, pareja, familia o amigos (aislamiento social).
- Has pensado en hacerte daño a ti o a tu bebé.
- Tienes la sensación de tener «pensamientos muy rápidos» que no puedes controlar ni parar.
- Presentas cambios exagerados en tu estado de ánimo (te sientes muy muy mal o muy muy enfadada).
- Sientes que no eres o no serás una buena madre.
- Tienes ideas de arrepentimiento sobre haber sido madre.
Aunque los síntomas pueden variar de mujer a mujer, si presentas varios o la mayoría de estos síntomas pide ayuda de inmediato. La depresión postparto tiene solución, no estás sola y asistiendo a terapia psicológica y con el apoyo de tu familia podrás superarla.
Tú también importas
Recuerda que durante el postparto, y el resto de tu vida como madre, aunque tus hijos ahora sean una de tus prioridades, tú también debes seguir siéndolo. Date tiempo para ti, cuídate, ámate, deja de lado las culpas y no tengas miedo de pedir ayuda.
El baby blues o leve depresión postparto es una pequeña etapa natural de todo tu proceso de readaptación después del parto, por lo que no debes sentirte culpable si las primeras semanas no estás radiante de alegría. Estás aprendiendo a ser mamá, sé amable y gentil contigo misma.
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