He de reconocer que soy de los que cuando se estrenó en 2020 esperaba algo más de ‘Avenue 5‘. Quizás por ser la siguiente serie de Armando Iannucci, que había hecho algo delicioso con ‘Veep‘. El caso es que, siendo bastante divertida, se quedaba algo a medias en el tono habitual de sátira. Lo que hacía que la ficción de HBO Max resultaba algo decepcionante.
Aún así, tenía unos ingredientes suficientemente buenos como para que la segunda temporada, que estrena hoy la plataforma, prometiese. Sobre todo ante la sospecha de que estos episodios podrían ser el final del camino (aunque sus responsables se muestran optimistas) para el crucero espacial comandado por el capitán Clark (Hugh Laurie).
Asolados
Estos nuevos episodios arrancan unos cinco meses después del final de la temporada 1 y vemos a unos pasajeros optimistas porque solo quedan cuatro semanas para volver a la Tierra. Y no es que se hayan arreglado los problemas del rumbo de la nave… es que simplemente no se sabe, todavía, que la nueva previsión es de ocho años.
Este momento de la verdad es el punto central del primer episodio de la temporada 2 de ‘Avenue 5’, en el que ya desde el principio se ve un mejor ritmo y fluidez en todos los aspectos. Tanto a un nivel de personajes y actores como en la trama y los gags.
Esto incluye el hecho de que enseguida el guion nos vuelve a poner en situación y, al contrario que con otras series (sí, incluyendo comedias), no necesitas de un extenso «previously on» para recordar quién es quién y qué ha pasado. Estamos bien situados desde el principio.
Y, por si acaso, tenemos esta temporada el estreno de una serie de streaming basada en las peripecias y desventuras de la tripulación del crucero que, si bien corre el peligro a veces de ser un poco «pegote», se encuentra perfectamente integrado incluso en la trama (como es el caso del tercer episodio).
En líneas generales hay cierto cambio de rumbo, o más bien un reajuste por aquí y por allí en el que todo funciona mucho mejor que en la temporada anterior. Esto se traduce en mejores chistes sin quemar de más los característicos y peculiares personajes que pululan por la nave. Algunos con «roles» nuevos.
Esto es, también, porque se pliega más a los cánones de la comedia. Quizás se inclina demasiadas veces hacia dinámicas y tropos (esas huidas de responsabilidad del capitán, el dueño y su idiotez, etc.) que, si bien funcionan, corren el peligro de caer en lo manido.
Algo que está en lo más profundo de ‘Avenue 5’. Dentro de su cuerpo y carcasa de serie de HBO, nos encontramos con un alma de comedia clásica que hace que, en definitiva, la serie haya regresado de una manera desternillante.
