Los casos de coronavirus se dispararon este miércoles en Australia al explotar un brote de la variante Ómicron, lo que llevó al Gobierno a convocar una reunión de de emergencia, mientras que Nueva Zelanda informó el primer caso de posible transmisión comunitaria de la más contagiosa variante.
La ola de casos de Australia ya tiene los centros de testeos abarrotados, obligó a imponer la vacunación e hizo que al menos uno de los estados del país recortara drásticamente el número de cirugías programadas.
Las nuevas infecciones en Sydney y en el circundante estado de Nueva Gales del Sur se dispararon a más de 11.000, luego de que el pasado martes se registraran 6.000.
«Mientras Ómicron continúa avanzando, veremos que la presión (sobre los hospitales) será mayor, pero los estados y territorios están trabajando muy estrechamente en sus planes para lidiar con esos desafíos»Scott Morrison
El estado de Victoria, donde queda Melbourne, registró un récord de 3.700 casos, más de 1.000 por encima del récord previo, del pasado martes.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que el gabinete adelantará al este jueves una reunión inicialmente prevista para el viernes para discutir la situación.
«Mientras Ómicron continúa avanzando, veremos que la presión (sobre los hospitales) será mayor, pero los estados y territorios están trabajando muy estrechamente en sus planes para lidiar con esos desafíos», dijo Morrison a periodistas, informó la cadena pública ABC.
El estado de Australia Meridional, en el sur de Australia, dijo este miércoles que limitará las cirugías programadas y hará obligatoria la vacunación anticovid para los trabajadores de la salud.
«Ómicron se está moviendo demasiado rápido», dijo el premier del estado, Steven Marshall, que agregó que era necesario disponer los recursos para el «muy inminente» aumento de las hospitalizaciones.
Más del 75% de los australianos está plenamente vacunado.
Australia no ha sido de los países más golpeados de la pandemia, y acumula solo 2.200 muertos por el virus en una población de 26 millones.
Los centros de testeo, sobre todo en Nueva Gales del Sur, están completamente desbordados, y la gente debe esperar varias horas para hacerse la prueba.
La vecina Nueva Zelanda, en tanto, reportó este miércoles el primer caso de posible transmisión comunitaria de la variante Ómicron, un hombre que había viajado al extranjero y que dio positivo luego de cumplir con una cuarentena.
Sin embargo, autoridades de salud dijeron que el hombre no eran altamente contagioso y que aún no había evidencia completamente concluyente de que ya hubiera circulación local de la variante, aunque no se podía descartar.