Aunque Huawei parte de Android, a HarmonyOS Next le conviene ser más iOS. Tiene todo lo necesario para serlo

Huawei
mira
al
futuro
con
esperanza.
Lo
hace
gracias
a

la
vuelta
de
sus
móviles
5G,
y
también
por

un
ecosistema
cada
vez
más
amplio
basado
en
un
sistema
operativo
que
dominará
todos
los
lanzamientos
que
lleguen
de
aquí
en
adelante.
HarmonyOS
Next

comenzó
a
actualizar
móviles
del
gigante
chino
hace
unos
meses,
y
junto
a
versiones
anteriores

ha
derrocado
a
iOS
en
China.

A
pesar
de
su
nacimiento
derivado
de
Android,
el «sistema
de
sangre
pura»
de
Huawei
deshizo
todos
los
lazos
que
aún
lo
mantenían
vinculado
a
la
plataforma
de
Google.
Porque
en
realidad,
Huawei
es
más
Apple,
como

HarmonyOS
es
más
iOS
que
Android:
justo
lo
que
buscan
y
que
se
fundamenta
en
la
filosofía
moderna
de
la
compañía.

Huawei
mira
a
Apple,
para
bien

Los
últimos
teléfonos
de
Huawei
son
un
claro
reflejo
de
su
estatus:
un
plegable
triple
de
3.500
euros,
el

Huawei
Mate
XT
que
pudimos
probar;
un

Pura
70
Ultra
top
en
fotografía,
y
unos
lanzamientos
en
gama
media

con
mucho
aire
premium.
Huawei
es
más
Apple,
que
nunca,
y
lo
tiene
todo
para
serlo.

Empezando
por
sus
dispositivos,
claramente
influenciados
en
diseño,
también
en
enfoque
comercial.
Además,
se
atreve
a
dar
un
paso
más
que
la
californiana,
con
móviles
vanguardistas,
véase
el
citado
plegable.
Ni
que
contar
el
ecosistema
que
posee
dentro
de
las
fronteras
de
su
país,
con

vehículos
eléctricos
de
alta
gama,
entre
los
que

incorporan
sus
tecnologías
más
avanzadas.

Ordenadores,
tablets,
wearables…
en
China
poseen
un
portfolio
muy
significativo.

HarmonyOS
Next,
ahora

sin
vínculos
con
Norteamérica
(se
separó
de
Android
en
sus
componentes
críticos),
es
un
punto
de
apoyo
crucial.
Curiosamente,
se
cimenta
en
una
base
Open
Source
llamada
Open
Harmony,
pero
su
enfoque
comercial
(instalado
en
los
móviles
de
Huawei)
reúne
al
esto
de
equipos
como
hace
la
propia
Apple.
Hasta
desarrolladores
de
aplicaciones
se
atreven
a
catalogarlo

como «un
iOS».

Dicha
gestión
de
control
sobre
todos
los
dispositivos,
también
recuerda
a
la
firma
de
la
manzana.
Y
es
que
la

integración
entre
el
hardware
y
software
se
sostiene
de
la
misma
manera
en
las
dos
compañías:
vetada
para
comprar
chips
americanos,
Huawei
opta
por
sus
propios
procesadores,
diseñados
y
fabricados
en
China.

Por
el
camino,
Huawei
perdió
el
infinito
catálogo
de
aplicaciones
de
Android.
No
obstante,
al
contrario
que
otras
plataformas
—que
cayeron
en
el
olvido
precisamente
por
la
falta
de
apps— ‘Next’
ha
llegado
fuerte.
La
firma
china
quiere
tener
para
este
año
hasta

100.000
aplicaciones
en
su
tienda,
actualmente
posee

las
más
indispensables
para
sus
usuarios.

HarmonyOS
Next
es
un
ecosistema
cerrado
e
indica
una
ambición
notable,

pero
no
está
exento
de
algunos
interrogantes.
La
visión
de
Huawei
trasciende
los
móviles,
como
también
simboliza
la
búsqueda
de
independencia
tecnológica
de
su
país,
porque
fuera
de
él,
todavía
no
tiene
respuesta.

El
mercado
chino

es
el
pilar
de
HarmonyOS
Next,
en
cierta
manera

un
terreno
de
experimentación.
El

apoyo
gubernamental
y
la

demanda
de
tecnología
nacional
han
conseguido
impulsar
su
adopción,
aunque
fuera
de
su
tierra
natal
tiene
muchas
cuentas
pendientes.
En
esencia,
tiene
serias
aspiraciones
de
emular
el
modelo
de
Apple:
Huawei
reúne
los
recursos
para
lograrlo.
El
éxito
dependerá,
en
gran
parte,
de
superar
los

obstáculos
que
plantea
el
mercado
global.

Lo
confirmaron,
en
algún
momento

saldrá
de
sus
fronteras
—hablando
de
smartphones,
que
en
tablets
y
relojes
sí
está
disponible—
y

se
peleará
tanto
con
Android
como
con
iOS.
¿Mantendrá
el
soporte
para
APKs
de
Android?
¿Cómo
conseguirá
captar
al
usuario
europeo
sin
los
servicios
de
Google?
Hasta
que
llegue
la
hora,
esperaremos
con
atención,
no
todos
los
días
aparece
un
nuevo
iOS.

Imagen
de
portada
|
Composición
con
imágenes
de
Ricardo
Aguilar
e
Iván
Linares
para
Xataka

En
Xataka
Móvil
|

China
sigue
empeñada
en
su
desarollo
tecnológico.
Su
escudo
es
Huawei
y
este
gigantesco
campus
la
base
de
la
resistencia

En
Xataka
Móvil
|

El
renacer
de
Huawei
es
la
gran
esperanza
tecnológica
de
China:
vetos,
un
presente
con
polémica
y
un
futuro
de
vuelta
a
lo
global