“Atrevido” es el título del primer álbum de Trueno, uno de los máximos referentes del freestyle y la música urbana de Argentina, con proyección en toda Hispanoamérica.
En sus palabras: “Atrevido para mí es más que un concepto del disco; es un reflejo de cómo soy, de cómo me porto yo. Hay dos tipos de atrevimiento: el del mal y el del bien. El atrevimiento del mal son los wachos atrevidos que bardean. Yo soy un wacho atrevido, pero no de los que bardean. Soy un atrevido que se anima a hacer lo que se pone en la mente, a atreverse y a romper el hielo.”
Junto a talentosos colegas como Nicki Nicole, con quien comparte “Mamichula”, el track que cierra el álbum y cuenta con Bizarrap como parte de la producción, cuyo video rodado en Buenos Aires se estrena hoy con el lanzamiento del disco.
O como WOS –su antecesor directo en las coronas de las principales competencias en español de freestyle que, terminada esa etapa, ha proyectado su carrera musical con gran contundencia–, con quién entregan la energía imparable de “Sangría”.
O como el artista mexicano Alemán para ser nuestro “G.P.S.”, la mejor guía caminando a todo flow por el barrio de La Boca en Buenos Aires, recordando que a veces es mejor callarse porque “por la boca muere el pez”.
Cada rima compartida suena natural porque acá no hay nada impuesto: “Cuando estaba eligiendo los featurings para el disco me fijé más que nada en que me representen, más allá del mainstream, de que el artista suene o no, y de cómo hacen su música. Yo lo que busco es la representación de persona a persona y los featurings que tengo me representan todos en una gran parte, cada uno de una manera diferente”, dice Trueno.
Si el freestyle y el verso improvisado que lo lleva de la calle al club son el origen de su arte –y ahí está Mateo como “Trueno niño” en la apertura y el cierre del álbum, con unos muy pocos años de edad rapeando proféticamente sobre lo que hoy está pasando–, este movimiento discográfico era el camino lógico, mientras sigue sumando repercusión en redes sociales, plataformas digitales y el escenario: “El proceso de mi disco fue como una transición del freestyle a la música, porque yo estaba muy metido en las competencias, pero al mismo tiempo sabía que tenía mucho para decir.”
Su nueva manera de decir fue re-presentarse al mundo con este material: a fines de febrero de este año publicó justamente el tema que da título a su álbum. Le siguió un mes después, ya en plena pandemia, “Azul y Oro” (más de 25 millones entre audio y lyric video), la canción que más representa a ese barrio que lleva tatuado en la piel.
Además de la lírica, ya están ahí las claves de los otros siete tracks que se dan a conocer hoy: el sonido de Trueno. A los beats de sus compañeros Taiu y Tatool, responsables de la producción de todos los tracks como parte de la productora y sello NEUEN, se suma el sonido orgánico de instrumentos tan variados como: guitarras, tres, mandolina, bajo eléctrico, contrabajo, cajón peruano, violín, piano y bandoneón.
Reinan el hip-hop, el rap o el trap, conviniendo con citas rítmicas y melódicas de otras músicas: del tango al dancehall, del folklore nativo al rock and roll, atreverse a la mezcla es siempre la clave para irrumpir, como ese rayo del arte del álbum sobre el puente de su barrio, en la escena urbana. Participan como co-productores en tracks también Yesan (“20.1.9”), Xovox (“Rain II”), Oniria (“Atrevido”) y Evlay (“Sangría”).
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Fuente: CMTV