Quienes
tienen
jazmines
tienen
un
tesoro.
Estas
olorosas
flores
son
capaces
de
perfumar
intensamente
cualquier
estancia
y
exterior
con
una
intensidad
apabullante.
Igualmente,
su
belleza
es
colosal,
pues
sus
pequeñas
flores
blancas
llenan
de
vida
y
luz
cualquier
estancia
y
parterre,
y
lo
hacen
sin
demasiados
artificios,
pues
les
basta
con
unos
pequeños
pétalos.
Por
ello
contar
con
estas
plantas
cerca
es
una
buena
recomendación
de
cualquier
amante
de
la
jardinería.
La
buena
noticia
es
que
son
plantas
muy
fáciles
de
propagar
por
esqueje,
así
que
solo
es
necesario
tener
una
planta
madre
de
la
que
cortar
algunas
pequeñas
ramas.
Una
vez
localizada
esta
planta
madre
de
la
que
tomar
prestada
algunas
ramitas,
hay
que
cortar
las
que
se
deseen
propagar
con
medidas
de
al
menos
20
centímetros
de
largo.
La
reproducción
de
estos
esquejes
es
tan
sencilla
como
poner
estas
ramas
en
un
vaso
de
agua
o
un
jarrón
de
cristal
y
dejar
hacer
su
propio
proceso
a
la
naturaleza.
Eso
sí,
será
necesario
ir
reemplazando
el
agua
para
que
no
se
pudra
y
ayude
a
la
planta
a
echar
raíces.
Pasadas
un
par
de
semanas
se
empezarán
a
ver
las
primeras
raíces
asomar,
y
tendrán
que
dejarse
crecer
hasta
que
sean
suficientemente
largas,
como
para
plantarlas
en
maceta,
cambiando
siempre
el
agua
del
vaso
o
jarrón
de
cristal.
crear
un
huerto
urbano
Transplante
a
maceta
Una
vez
que
se
trasplanten
a
maceta
con
sustrato
universal,
será
importante
colocarlas
en
un
lugar
al
exterior
con
una
media
jornada
de
sol,
con
luz
directa.
Si
se
sitúa
en
el
interior
también
debe
garantizársele
a
la
planta
que
recibirá
suficiente
aporte
lumínico.
Esto
es,
unas
seis
horas
de
luz
solar
directa,
de
forma
que
la
planta
reciba
la
luz
necesaria.
Otra
recomendación
para
que
esta
planta
termine
teniendo
éxito
dentro
de
casa
o
fuera
es
garantizarle
una
zona
en
la
que
pueda
trepar
cercana
a
donde
esté
plantada,
ya
que
el
jazmín
es
una
trepadora,
siendo
capaz
de
llenar
murales
de
su
excepcional
aroma.
Foto
|
RDNE
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