Había probado las bases de maquillaje y los coloretes en formato cushion pero solo había oído hablar de los perfumes cushion y no había probado jamás este formato. Hasta que llegó a mis manos lo nuevo de Kenzo.
Su icónico perfume Flower by Kenzo, con rosa búlgara, violeta, vainilla y almizcles blancos se renovaba y se presentaba en una innovadora fórmula en gel para aplicarse tipo cushion (24,95 euros). Y yo, que amo el olor a talco y limpio que consigo con el formato tradicional, tenía que probarlo. Era mi oportunidad ideal de iniciarme en el mundo de los perfumes cushion con una fragancia que me gustaba de por sí.
Si la textura gel conseguía las mismas bondades, me lo llevaría dentro del bolso a todas partes. Y así ha pasado. Es mi mejor truco para retocar el perfume a lo largo del día como una pro. Y me parece ideal para meter en la maleta cuando voy de viaje. Mucho mejor que los formatos mini o roll-on que venía usando hasta ahora. Sobre todo porque ya no tengo que sufrir por que se me rompan o se salga el líquido.
El packaging es de lo más cómodo. Como si fuera una polvera, viene con espejo incluido y una esponjita para aplicarte el gel perfumado. Para usarlo, solo hay que aplicar una pequeña presión en la plata metálica.
La verdad es que se funde al instante con la piel y el olor aguanta bastante, pero el resultado es un poco más suave que el que aporta el perfume líquido. Sutil, pero perceptible. El efecto me recuerda mucho al que te deja una crema perfumada pero mejor conseguido. Algo que, para mi, que he recurrido muchas veces a estas cremas cuando no facturaba la maleta en los viaje es un puntazo.
Además, es super fresquito. Y, no pesa nada.
En definitiva, esta nueva forma de perfumarme me ha conquistado.
El producto fue facilitado para la prueba por Kenzo. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.