El aprendizaje es un proceso que dura toda la vida, aunque durante los primeros años de vida, este es especialmente importante. Todos los niños aprenden de forma única (existen múltiples formas de aprender), y por ello es tan importante adaptarnos a cada uno de ellos.
Además, existen muchos tipos de aprendizajes; uno de los más importantes, y que conoceremos hoy, es el aprendizaje significativo, esencial en el ámbito académico pero también emocional, relacional…
Este tipo de aprendizaje es aquel muy difícil de olvidar, y el que construye cada niño de forma activa. Pero, ¿cómo se construye y se desarrolla? ¿Cómo podemos potenciarlo como madres y padres? ¿Por qué es tan beneficioso? Descubre esto y mucho más.
La metodología significativa
El aprendizaje que abordamos aquí es el que se elabora, o se construye, a través de la metodología significativa. En el ámbito educativo, esta se define como aquella que permite construir el propio aprendizaje y, además, dotarlo de significado.
De esta forma, mediante este tipo de metodología, es el propio niño (o alumno) quien es agente activo de su propio proceso de aprendizaje, es decir, se responsabiliza del mismo y participa en él. En otras palabras: lo construye para después interiorizarlo y comprenderlo.
¿Qué es el aprendizaje significativo?
Como hemos visto, a través de la metodología descrita, se produce el aprendizaje significativo, que es aquel que se interioriza realmente, es decir, que se aprehende (que se toma con conciencia).
Este tipo de aprendizaje es difícil de olvidar, y cuando los niños lo interiorizan realmente, se mantiene como parte de sus capacidades. Por ello es tan importante fomentarlo, porque es un aprendizaje que perdura y que tiene un sentido para el niño. Pero, ¿cómo se elabora exactamente?
¿Cómo se produce el aprendizaje significativo?
El aprendizaje significativo se produce de la siguiente manera: el niño relaciona un nuevo concepto, conocimiento o información, con una estructura cognitiva que ya tiene en su cerebro.
Así, se da cuando una nueva información conecta con un concepto importante y preexistente en la estructura cognitiva del niño, es decir, con algo que ya sabe y conoce.
¿Qué implica todo esto? Que las nuevas ideas, conceptos y conocimientos que vaya adquiriendo el niño serán aprendidos de forma significativa, en la medida en la que otras ideas o conceptos importantes se muestren disponibles (y relacionados con los nuevos aprendizajes) en su estructura cognitiva.
¿Cómo fomentar el aprendizaje significativo?
Como padres, madres, educadores, terapeutas… podemos acompañar a los niños en este proceso de aprendizaje, facilitándoles el camino.
Pero, ¿de qué manera podemos hacerlo? Os dejamos algunos ejemplos para empezar a trabajar en ello:
Crea un rincón para cada aprendizaje: aprender a través de ambientes
Hablamos del aprendizaje por ambientes, que es una guía para el desarrollo del niño; implica generar espacios y lugares que van más allá de lo meramente físico, y de lo «estándar». Así, incluye puntos de encuentro, donde los niños pueden relacionarse y donde fluye más comunicación de lo que podría parecer a simple vista.
Implica crear, por ejemplo, un rincón de lectura en casa (o en el aula), otro de construcción, otro de aprendizaje de letras y números, otros para entender conceptos de la naturaleza, etc. Es decir, cada espacio invita a aprender una área concreta.
Por ello, opta por crear estos espacios en casa; si tu hijo sabe que cada área está destinada a un tipo de aprendizaje (¡no hace falta hacer muchos! algunos se pueden sintetizar), le será más fácil relacionar el ambiente con el aprendizaje específico y, por lo tanto, asociar ideas e ir construyendo un aprendizaje significativo y con sentido.
Haz que relacione conceptos con sonidos, colores…
Otra idea clave para fomentar el aprendizaje significativo en tu hijo es fomentando que relacione diferentes conceptos con otros sentidos o elementos.
Por ejemplo, si quieres enseñarle los nombres de los animales, ayúdale a que descubra qué sonido hace cada animal (a través de vídeos, imitando el propio sonido…). También, que relacione el animal con un color, con una textura de piel, con un olor…
Todo esto facilitará que tu hijo se forme una idea mucho más enriquecida de lo que es cada animal, y si por ejemplo, un día vais de visita a una granja, podrán relacionar cada animal con: su nombre, su color, su olor…
Es decir, con información previamente aprendida, lo que fomenta y permite construir un aprendizaje cada vez más significativo.
Hazle preguntas sobre temas que le interesen
Esta acción suscitará la atención de tu hijo, y mejorará su motivación a la hora de aprender. Y como ya sabemos, la motivación es la base de casi todos los aprendizajes; si la primera existe, lo segundo es mucho más fácil y enriquecedor.
Así, te animamos a hacerle a tu hijo preguntas sobre cosas que le interesen, y también animarlo a que descubra cosas nuevas, a que se cuestione las cosas, desarrollando así también su pensamiento crítico y reflexivo.
Utiliza recursos estimulantes
En línea con el punto anterior, cuyo objetivo era aumentar la motivación de tu hijo, te traemos otra idea que también persigue el mismo propósito: utilizar recursos estimulantes y diferentes a la hora de enseñarle cosas a tu hijo.
Hablamos de recursos como: películas, libros, material manipulativo, música, material sensorial… ¡La variedad está servida! Además, hoy en día encontramos múltiples recursos y actividades, cada vez más innovadoras, ya sea en bibliotecas, en internet, en las tiendas, etc.
Beneficios del aprendizaje significativo
¿Qué beneficios tiene el aprendizaje significativo para tu hijo? Algunas de sus ventajas son:
- Es una herramienta que fomenta la participación y la implicación del niño en su propio aprendizaje (lo que favorece que esta «activación» también se produzca en otras áreas).
- Incrementa la motivación, porque el niño es capaz de apreciar sus avances.
- Favorece los resultados en la escuela (a nivel académico).
- Es un aprendizaje que puede implementarse en cualquier ámbito de la vida (casa, escuela…), y que es útil en todos ellos.
- Exige una mayor implicación por parte del niño.
- Estimula la curiosidad.
- El niño se siente realizado personalmente mientras aprende, al notar que forma parte de su propio proceso.
- Es un aprendizaje que difícilmente se olvida, porque tiene un sentido teórico y práctico (y muchas veces, también emocional).
- Puede favorecer el desarrollo del pensamiento crítico.
- Favorece la autoestima, al sentirse el niño cada vez más capaz y con conocimientos que adquieren un sentido.
Es importante tomar consciencia de estos beneficios del aprendizaje significativo, ya sea dentro y fuera del aula, es decir, en cualquier contexto, porque ello nos permite ver la importancia de potenciarlo.
Como padres y madres, también somos agentes activos en el desarrollo de nuestros hijos, y por ello, podemos acompañarlos en este camino tan bonito que es el de aprender y enriquecerse de todo aquello que el ambiente les ofrece.
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