Amnioscopia: ¿qué es y en qué consiste esta prueba en el embarazo?

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La amnioscopia es una prueba que se realiza hacia el final del embarazo, a partir de la semana 37 o cuando el parto se retrasa. Con ella se comprueba el estado del líquido amniótico y si existe hipermadurez fetal. Mediante el color del líquido amniótico observan si hay presencia de meconio, lo que podría ser perjudicial para el bebé.

Según la Guía de Práctica Clínica para la Atención al Parto Normal, “la amnioscopia es un procedimiento que se practica para evaluar la cantidad y/o el color del líquido amniótico (LA) con el fin de detectar alteraciones que pudieran indicar compromiso fetal. Sin embargo, es una intervención invasiva no exenta de complicaciones y con un número significativo de falsos resultados. Estas circunstancias determinan que el balance beneficio-riesgo sea dudoso”.

El meconio es una sustancia viscosa y oscura que se forma en el intestino del feto y es expulsado al nacer como primeras heces. Su presencia en el líquido amniótico es un riesgo para el bebé, pues el bebé podría aspirarlo y esta sustancia entraría en sus pulmones.

El síndrome de aspiración de meconio (SAM) es un trastorno respiratorio causado por la inhalación de meconio del líquido amniótico dentro del árbol bronquial. Como consecuencia, podría provocar complicaciones graves como una infección e incluso la asfixia en el bebé.

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¿Cómo se realiza la amnioscopia?

La prueba consiste en introducir un amnioscopio, a través de la vagina y del cuello uterino. Es como un tubo con un orificio por el que pasa un haz de luz que ilumina la bolsa del líquido amniótico, obteniendo una visión directa de él para observar si está limpio y cristalino.

Para realizarla, el cuello del ´útero tiene que tener una dilatación de al menos uno o dos centímetros. Es una prueba molesta para la madre, similar al tacto vaginal.

Si el líquido amniótico presenta un color  no transparente (amarillo, marrón o verde) alerta de un posible riesgo para el feto si continúa el embarazo, y hay que estudiar en este caso la posibilidad de provocar el parto.

Riesgos de la amnioscopia

La amnioscopia puede tener complicaciones como la rotura prematura de la bolsa de líquido amniótico mientras se realiza la prueba, así como un despegamiento de la membrana placentaria.

Por su parte, es una práctica cuestionada puesto que es bastante subjetiva. Su principal inconveniente es que solo puede verse la parte inferior de la bolsa amniótica y no su totalidad. Además, la presencia de meconio por sí sola no implica sufrimiento fetal, y la prueba debe ser complementada con un registro de los latidos del corazón del bebé.

En la actualidad, la amnioscopia no está indicada como una práctica rutinaria durante el parto.

Contraindicaciones de la amnioscopia

La amnioscopia no está indicada si existe placenta previa, en gestaciones de menos de 35 semanas, por el riesgo de que desencadene el parto de forma prematura, o en aquellos casos en los que exista sangrado o infección activa.

Foto | Depositphoto

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