Con un Google Home o un Amazon Echo pueden detectar posibles paros cardíacos o controlar la respiración de los bebés. A distancia, sin necesidad de contacto. Ahora, una investigación de la Universidad de Washington ha ido más allá para detectar los pequeños cambios en la respiración y anticipar trastornos del ritmo cardíaco y arritmias.
Usando sencillos altavoces inteligentes como los de las marcas más conocidas, los investigadores han creado un sistema capaz de captar las vibraciones causadas por los movimientos cercanos a la pared torácica. Un trabajo que de implementarse, podría ser de tremenda ayuda para el campo de la telemedicina al ahorrar la necesidad de dispositivos de salud.
Los altavoces inteligentes de casa pueden ser de ayuda a los médicos
«¿Podemos usar el altavoz inteligente para algo más útil?», se pregunta Shyam Gollakota, profesor de informática de la Universidad de Washington y coautor del informe. Su respuesta es que sí. Mediante una actualización de software, estos altavoces podrían ampliar sus capacidades de salud.
Mediante señales inaudibles de audio en la habitación, un algoritmo podría «oír» como estos pulsos rebotan por nuestro cuerpo y cómo interactúan con los patrones de nuestros latidos. Con algoritmos e inteligencia artificial, el sistema es capaz de detectar irregularidades en nuestra frecuencia cardíaca. Es decir, el altavoz emitiría un sonido que no somos capaces de escuchar pero serviría para hacer rebotar estas ondas en nuestro cuerpo y utilizarlo para leer sobre nuestro ritmo cardíaco.
«Con este método no obtenemos la señal eléctrica del corazón que se contrae. Estamos viendo las vibraciones en la piel cuando el corazón late«, explica Anran Wang, investigador principal del estudio.
Utilizar la tecnología para adelantarse a los problemas cardíacos no es nuevo. El Apple Watch ofrece esta posibilidad. Pero ahora el trabajo de estos investigadores es lograrlo únicamente con los altavoces que tenemos en casa.
El proyecto inicialmente se presentó en 2019, con un prototipo de altavoz inteligente y con un estudio probado con 26 pacientes sanos y 24 hospitalizados, con problemas varios de fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca. Con este grupo se compararon los resultados obtenidos por su algoritmo con el de los sensores ECG profesionales. El resultado fue una desviación «irrelevante médicamente», según explican los investigadores.
Entre las pruebas se ha utilizado un dispositivo Alexa de hace varios años, pero con la llegada de altavoces inteligentes con mejores micrófonos se podrían obtener resultados más precisos.
Los resultados han sido publicados esta semana en la revista Nature y están a la espera de que la FDA, la administración norteamericana de comida y medicamentos, acepte la utilización de estos algoritmos.
Según explica el Dr. Arun Sridhar, profesor asistente de cardiología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington: «podemos monitorizar a un paciente y definir patrones que sean individualizados. Por ejemplo, podemos averiguar cuándo ocurren las arritmias para cada paciente específico. Este es el futuro de la cardiología. Y la belleza de usar este tipo de dispositivos es que ya están en los hogares de los pacientes».
Vía | Washington Post