Ganaba 390.000 dólares al año como gerente de programas en Google y lo dejó: no había más que escalar. Quería estar con su familia

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Florence Poirel es una mujer que ganaba unos 390.000 dólares al año en Zúrich, Suiza, como gerente sénior de programas en Google, hasta que decidió dejar su puesto en 2024. 

Esta mujer, que ahora tiene 37 años, no estaba descontenta con su trabajo, ella ha contado su historia a CNBC y, a diferencia de otras personas que deciden renunciar a sus puestos, afirma que no estaba agotada ya que su equipo de trabajo y el ambiente en general eran buenos. 

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Pero decidió cambiar de aires: «Me di cuenta de que pasar tiempo de calidad con las personas que quiero es lo más importante«, ha explicado. Por ejemplo, su pareja es un hombre al que conoció en Google, que tiene 17 años más que ella y con el que lleva en una relación desde 2017. 

Teniendo en cuenta la diferencia de edad, Poirel pasó a plantearse que tenía que disfrutar de su relación pronto y no esperar a que los años pudieran mermar la salud de su pareja y por tanto las oportunidades de hacer cosas en pareja.  

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«Ya no necesitaba seguir escalando»

Según ella, tenía dinero ahorrado (aunque Suiza sea un país más caro que España, su salario también era excepcionalmente alto, de acuerdo a su testimonio) y podía invertirlo para dejar el trabajo antes de tiempo y asegurarse de todos modos que tendrá dinero en su vejez. 

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Además, en el trabajo sintió que «no necesitaba seguir subiendo la escalera» en referencia a la ambición por subir de puesto. Había llegado al punto en que era suficiente, y estaba feliz y libre para hacer otra cosa», dice. 

El dinero ahorrado que es de más de un millón de euros, para el estilo de vida en Suiza, cree que le dará para poder vivir menos de dos años, pero quiere disfrutar del descanso. 

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Ahora dice que, aunque llegó a pensar que podría aburrirse en algún punto, por ahora sigue sin estar «particularmente ansiosa por volver a trabajar», tras un año y medio fuera de Google. Al contrario, dice que hace muchas cosas todos los días y que no tiene tiempo de poder aburrirse. 

Cómo ha sido su carrera laboral

Pasó más de una década en Google, comenzando en sus oficinas de Dublín, Irlanda, y ascendiendo de forma constante a través de nuevos equipos y promociones. En 2017, se trasladó de Dublín a Zúrich, donde asumió funciones de gestión de proyectos y, finalmente, de alta dirección, aumentando su salario a 390.000 dólares para 2024. 

Ella cree que esto fue posible gracias a que se atrevió a arriesgar. Trabajaba en 2013 en un puesto de marketing en Bélgica que odiaba. Le dijo a un compañero que se sentía insatisfecha, y él le respondió con la frase en francés «qui ne tente rien n’a rien» (quien nada arriesga, nada tiene). 

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El lunes siguiente, renunció porque consideró que debía echar valor y hacer algo diferente para poder estar más contenta con su día a día. Decidió mudarse a Dublín, Irlanda, el centro tecnológico en Europa, sin trabajo ni contactos. Todo según su testimonio. Poco después de llegar, consiguió un puesto temporal en Google, donde ganaba unos 60.000 dólares. 

En cuanto a dejar su empleo, ella sabe que «decir que no a este tipo de ingresos puede ser abrumador, sin duda», afirma Poirel. Ahora afirma que «si bien podría volver al trabajo, lo hará bajo sus propios términos, ya sea trabajando a tiempo parcial o haciendo solo lo que le resulte gratificante». 

Su máxima ahora, entro de su privilegio, es que la vida es corta y hay que disfrutarla ya que le parece «demasiado triste pasar la mayor parte de ese tiempo en el trabajo cuando podemos disfrutarlo en la naturaleza con amigos, familia, seres queridos y haciendo cosas que nos hacen verdaderamente felices». 

Imagen | Foto de Lenin Estrada en Unsplash

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