Siempre me han gustado mucho los higos, ya que en la casa de campo de mis padres hay varias higueras que siempre nos han endulzado el final de las vacaciones de verano. Merece la pena hacer el esfuerzo de no devorarlos para usarlos como ingrediente en platos salados, y combinan de maravilla con quesos. Procurad elegir higos firmes pero maduros, para aprovechar mejor su sabor.
En un cuenco pequeño, mezclar la mostaza con el vinagre balsámico, el zumo de limón, la melaza, la sal y una pizca de pimienta negra recién molida. Incorporar el aceite con suavidad, batiendo ligeramente a mano hasta conseguir una textura homogénea.
Lavar y secar los higos, con cuidado. Quitarles el rabito y trocearlos en cuartos. Lavar y escurrir bien la rúcula y las espinacas, troceándolas si las hojas fueras muy grandes. Abrir las nueces y trocearlas.
Disponer sobre una fuente las hojas de rúcula y espinacas mezcladas. Distribuir por encima los higos, las nueces y el queso de cabra desmenuzado groseramente. Aliñar con la vinagreta al gusto y salpimentar si fuera necesario.
Con qué acompañar la ensalada
Para una receta como esta ensalada de higos, me gusta emplear una fuente que no sea muy profunda, la presentación queda así más vistosa y evitamos que los ingredientes se pierdan por el fondo. Es un primer plato estupendo, o incluso puede servirnos de cena ligera, eso sí, mejor acompañado de buen pan.
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