Un
parque
en
Seúl
se
transforma
cada
noche
en
un
escenario
inesperado.
A
partir
de
las
siete
de
la
tarde,
entre
farolas
y
sombras,
surge
la
figura
de
un
policía
con
uniforme
impecable.
Habla
con
voz
firme,
lanza
un
mensaje
y,
de
repente,
se
desvanece
en
el
aire.
Dos
minutos
después,
reaparece
para
repetir
la
misma
escena.
No
se
trata
de
un
agente
de
carne
y
hueso,
sino
de
un
holograma
a
tamaño
real
que
se
ha
convertido
en
la
nueva
atracción
y
medida
de
seguridad
del
barrio.
La
apuesta
comenzó
en
octubre
de
2024
como
un
experimento
de
la
comisaría
de
Jungbu
y
del
ayuntamiento
de
Seúl.
El
parque
seleccionado
no
era
casual:
situado
junto
a
la
popular
área
gastronómica
de
Euljiro,
era
escenario
habitual
de
incidentes
ligados
al
consumo
de
alcohol,
como
explica
el
periódico
local
The
Scoop.
La
policía
buscaba
un
modo
de
reforzar
la
seguridad
sin
desplegar
más
personal
en
turnos
de
difícil
cobertura.
Así
surgió
la
colaboración
con
una
empresa
tecnológica,
que
diseñó
un
sistema
capaz
de
proyectar
cada
noche
a
un
agente
virtual
para
recordar
que
el
lugar
estaba
vigilado.
Un
holograma
contra
el
delito
El
dispositivo
utiliza
un
proyector
que
lanza
la
imagen
de
un
policía
sobre
una
placa
de
acrílico
transparente
a
tamaño
real.
Cada
noche,
el
holograma
aparece
durante
unos
segundos
y
vuelve
a
repetirse
cada
dos
minutos.
Su
presencia
no
se
limita
a
lo
visual,
ya
que
con
voz
clara
transmite
siempre
el
mismo
aviso,
que
recuerda
a
los
transeúntes
la
vigilancia
permanente
de
la
zona:
“Hola,
somos
la
comisaría
de
Jungbu
en
Seúl.
Esta
zona
cuenta
con
un
sistema
de
CCTV
inteligente.
Este
sistema
está
en
funcionamiento
para
que
la
policía
pueda
responder
en
tiempo
real
si
se
produce
un
incidente
de
violencia
u
otra
situación
de
emergencia.
La
comisaría
de
Jungbu
seguirá
trabajando
con
el
distrito
para
crear
una
comunidad
más
segura.
Gracias”.
Los
primeros
datos
recopilados
muestran
que
la
apuesta
no
ha
pasado
desapercibida.
Según
cifras
de
la
comisaría
de
Jungbu,
entre
octubre
de
2024
y
mayo
de
2025
los
incidentes
registrados
en
el
parque
se
redujeron
en
torno
a
un
22%
respecto
al
mismo
periodo
del
año
anterior.
El
descenso
se
notó
sobre
todo
en
situaciones
de
origen
espontáneo,
como
altercados
o
discusiones
vinculadas
al
consumo
de
alcohol.
Para
la
policía,
este
efecto
inicial
demuestra
que
el
holograma
ha
servido
para
cubrir
huecos
en
la
vigilancia
habitual.
Los
responsables
del
proyecto
insisten
en
que
la
idea
nació
de
una
necesidad
muy
concreta.
El
agente
Kim
Hyun-don,
de
la
comisaría
de
Jungbu,
explicó
en
una
entrevista
con
el
canal
surcoreano
KLAB
que
el
parque
estaba
rodeado
de
bares
y
locales
de
ocio
y
que
muchos
vecinos
preferían
evitarlo
de
noche
por
temor
a
encontrarse
con
personas
ebrias.
“Pensamos
que
un
policía
visible,
aunque
fuese
virtual,
podía
dar
seguridad
a
los
ciudadanos
y
al
mismo
tiempo
disuadir
a
quienes
pudieran
causar
problemas”,
señaló.
Para
la
policía,
el
holograma
es
un
experimento
arriesgado,
pero
también
una
oportunidad
de
innovar
en
prevención.
No
todos
los
ciudadanos
interpretan
el
holograma
de
la
misma
forma.
Mientras
algunos
lo
perciben
como
una
presencia
que
aporta
seguridad,
otros
creen
que
la
medida
perderá
eficacia
con
el
tiempo.
Una
vecina
entrevistada
por
The
Scoop
advirtió
que
“para
reducir
realmente
los
incidentes
hacen
falta
patrullas
frecuentes
o
un
cambio
en
la
dinámica
del
barrio”.
En
paralelo,
los
comentarios
en
internet
oscilaron
entre
la
broma
y
la
sorpresa:
varios
usuarios
lo
describieron
como
un
“fantasma
policial”,
aunque
otros
celebraron
la
originalidad
del
experimento.

Policía
Metropolitana
de
Seúl
El
proyecto,
pese
a
sus
buenos
resultados
iniciales,
no
está
libre
de
problemas.
Los
responsables
admiten
que
la
tecnología
es
sensible
a
factores
externos:
en
días
de
calor
extremo
o
de
frío
intenso,
el
proyector
puede
fallar.
También
hay
vecinos
que
se
quejan
de
que
la
voz
del
holograma
no
se
escucha
bien
cuando
hay
ruido
en
la
calle.
A
esto
se
suma
una
duda
más
profunda:
si
al
principio
impresiona
y
disuade,
con
el
tiempo
podría
volverse
parte
del
paisaje
y
perder
su
impacto.
El
“policía
holográfico”
de
Seúl
se
ha
convertido
en
un
experimento
llamativo
dentro
del
debate
sobre
cómo
reforzar
la
seguridad
en
espacios
públicos.
Su
eficacia
inicial
demuestra
que
la
tecnología
puede
aportar
soluciones
creativas,
aunque
las
dudas
sobre
su
permanencia
siguen
abiertas.
Queda
por
ver
si
este
modelo
se
consolidará
como
una
herramienta
estable
o
si
quedará
como
una
anécdota
en
la
historia
urbana
de
la
ciudad.
Imágenes
|
Policía
Metropolitana
de
Seúl



































