El
Govern
de
la
Generalitat,
del
PSC,
y
los
Comuns,
han
llegado
a
un
acuerdo
para
doblar
la
tasa
turística
actualmente
presente
por
pernoctar
en
Cataluña.
Con
la
subida,
para
dormir
en
Cataluña
habrá
que
pagar
desde
dos
euros
para
dormir
en
un
camping
y
hasta
once
euros
para
hacerlo
en
un
hotel
de
lujo
de
Barcelona.
La
capital
aplica
desde
el
año
pasado
un
recargo
extra,
al
que
el
acuerdo
prevé
que
se
puedan
sumar
otros
municipios
si
así
lo
desean.
La
tasa
variara
entre
los
1,20
y
los
6
euros,
según
el
tipo
de
alojamiento,
sin
contar
el
extra
que
quiera
cargar
cada
Ayuntamiento.
Los
partidos
han
acordado,
además,
que
el
25%
de
la
recaudación
tendrá
que
ser
destinada
a
políticas
de
vivienda.
No
es
poco
dinero.
Cataluña
recaudó
en
2023
unos
85
millones
y
superó
los
90
millones
el
año
pasado
gracias
a
este
gravamen.
Según
explica
Bernat
Coll
en
El
País,
si
el
volumen
de
negocio
de
la
industria
turística
mantiene
el
ritmo
actual,
el
Govern
rozará
los
200
millones
de
euros
anuales
de
recaudación.
para
viajar
seguro
este
verano
Una
medida
polémica
La
medida,
que
se
ha
presentado
hoy,
será
aprobada
próximamente
por
el
Govern,
pero
no
cuenta
con
el
respaldo
de
Esquerra
Republicana,
el
tercer
socio
con
el
que
contó
la
investidura
de
Salvador
Illa.
La
tasa
turística
es
ya
una
medida
usada
en
todo
el
mundo
para
evitar
la
masificación,
pero
lo
cierto
es
que
su
capacidad
disuasoria
está
en
entredicho.
Baleares
fue
la
primera
CCAA
de
España
que
impuso
una
tasa
turística,
ya
en
2016,
pero,
aunque
su
cuantía
no
ha
dejado
de
aumentar,
la
llegada
de
turistas
ha
seguido
subiendo.
Paradójicamente,
la
recaudación
de
las
tasas
suele
destinarse
a
organismos
que
promueven
más
turismo.
Es
lo
que
ocurre
de
hecho
en
Cataluña,
donde
el
dinero
ha
estado
llegando
al
Fondo
para
el
Fomento
del
Turismo.
El
nuevo
acuerdo
prevé
que
este
fondo
pueda
utilizarse
a
merced
de
los
entes
locales
para
otro
fines,
como
la
“vivienda,
la
promoción
económica
y
la
dinamización
cultural”.
En
breve
dormir
en
Cataluña
será
más
caro,
pero,
probablemente,
seguirán
llegando
demasiados
turistas.
Imagen
|
Victòria-s