El
reciente
auge
de
IA
china
DeepSeek
ha
desatado
una
nueva
escaramuza
en
la
larga
guerra
tecnológica
que
mantienen
su
país
de
origen
y
los
Estados
Unidos
y
China,
si
bien
en
esta
ocasión
es
este
modelo
de
IA ‘open
source’,
que
tanta
atención
mediática
ha
atraído,
el
que
se
sitúa
en
el
centro
del
debate.
El
expresidente
Donald
Trump
calificó
el
surgimiento
de
DeepSeek
como
una «llamada
de
atención»
para
la
industria
tecnológica
estadounidense,
instando
a
una
mayor
competitividad
en
el
desarrollo
de
IA.
Sin
embargo,
también
señaló
que
la
competencia
en
el
sector
podría
resultar
beneficiosa
al
reducir
costos.
Reacciones
furibundas
Sin
embargo,
la
repentina
popularidad
de
DeepSeek
ha
generado
reacciones
mucho
más
furibundas
en
Washington,
hasta
el
punto
de
que
el
senador
republicano
Josh
Hawley
(del
mismo
partido
que
Trump)
ha
presentado
un
proyecto
de
ley
que
busca
prohibir
la
cooperación
entre
Estados
Unidos
y
China
en
el
desarrollo
de
IA…
así
como
penalizar
a
cualquier
ciudadano
estadounidense
que
descargue
o
utilice
DeepSeek.
El
proyecto
de
ley
de
Hawley
(PDF)
ha
generado
un
intenso
debate.
Mientras
algunos
consideran
que
bloquear
la
IA
china
es
crucial
para
proteger
tanto
la
propiedad
intelectual
de
las
empresas
estadounidenses
como
la
seguridad
nacional,
otros
argumentan
que
una
respuesta
drástica
podría
obstaculizar
la
innovación
estadounidense
y
empujar
a
China
a
desarrollar
tecnologías
aún
más
avanzadas
de
manera
independiente.
Puntos
clave
del
proyecto
de
ley
El
documento
establece
diversas
disposiciones
para
restringir
la
cooperación
entre
entidades
estadounidenses
y
chinas
en
el
ámbito
de
la
inteligencia
artificial,
abarcando
tanto
la
investigación
como
el
financiamiento
y
el
intercambio
de
información.
1.
Prohibición
de
cooperación
en
investigación
y
desarrollo
El
proyecto
de
ley
prohíbe
explícitamente
que
cualquier
persona
o
entidad
estadounidense
realice
investigaciones,
desarrolle
tecnologías
o
transfiera
conocimientos
en
inteligencia
artificial
a
China.
Esta
prohibición
se
extiende
a:
-
Colaboraciones
con
universidades
o
centros
de
investigación
chinos. -
Asociaciones
con
corporaciones
registradas
en
China
o
que
tengan
su
sede
principal
en
el
país
asiático. -
Trabajos
de
investigación
financiados
por
entidades
chinas
o
en
los
que
participen
ciudadanos
chinos
con
vínculos
con
el
Partido
Comunista
de
China.
2.
Restricción
a
las
importaciones
y
exportaciones
de
tecnología
IA
Con
el
objetivo
de
evitar
la
filtración
de
avances
tecnológicos
de
EE.
UU.
hacia
el
ecosistema
de
IA
chino,
a
partir
de
180
días
tras
la
promulgación
de
la
ley,
se
prohibirá:
-
La
importación
a
EE.
UU.
de
tecnología
o
propiedad
intelectual
en
IA
desarrollada
en
China. -
La
exportación
desde
EE.
UU.
de
tecnología
de
inteligencia
artificial
a
China. -
La
transferencia
dentro
de
China
de
tecnología
IA
de
origen
estadounidense.
3.
Sanciones
para
quienes
violen
la
ley
El
incumplimiento
de
estas
disposiciones
conllevaría
sanciones
severas,
incluyendo:
-
Multas
de
hasta
100
millones
de
dólares
para
las
empresas
infractoras. -
Multas
de
hasta
un
millón
para
individuos
que
participen
en
actividades
prohibidas. -
Revocación
de
contratos
y
financiamiento
federal
para
organizaciones
que
violen
la
normativa. -
Restricciones
migratorias
para
ciudadanos
extranjeros
involucrados
en
actos
ilícitos
conforme
a
esta
ley.
4.
Prohibición
de
inversión
en
IA
china
El
proyecto
de
ley
también
establece
que
ninguna
persona
o
entidad
estadounidense
podrá:
-
Poseer
participaciones
o
gestionar
inversiones
en
empresas
chinas
dedicadas
a
la
investigación
en
inteligencia
artificial. -
Proporcionar
financiación
o
créditos
a
entidades
chinas
que
desarrollen
IA.
Implicaciones
para
la
industria…
y
para
la
comunidad
de
desarrolladores
Si
la
ley
es
aprobada,
el
impacto
en
el
sector
tecnológico
podría
ser
significativo.
En
primer
lugar,
empresas
estadounidenses
como
Microsoft,
Google,
NVIDIA
y
diversas
startups
tecnológicas
han
tenido
históricamente
colaboraciones
con
investigadores
y
empresas
chinas
en
el
ámbito
de
la
inteligencia
artificial.
Esta
nueva
legislación
podría
forzar
la
reestructuración
de
alianzas
empresariales
entre
firmas
estadounidenses
y
chinas.
Sin
embargo,
lo
más
chocante
de
todo
es
el
hecho
de
que
la
normativa
parece
ignorar
la
existencia
de
modelos
de
IA
open
source…
entre
los
que
DeepSeek
es,
precisamente,
el
más
destacado
del
momento.
Uno
pensaría
que
el
legislador
parece
descartar
la
idea
de
que
una
IA
pueda
no
ser
un
software
cerrado
propiedad
de
una
empresa
y/o
gobierno.
A
efectos
prácticos,
estaría
prohibiendo
a
cualquier
desarrollador
estadounidense
realizar
cualquier
aportación
a
modelos
de
IA
basados
en
modelos
chinos…
o
en
los
que
se
puedan
basar
futuros
modelos
chinos.
Y,
por
supuesto,
impediría
desarrollar
modelos
en
los
EE.UU.
que
se
aprovechen
del
trabajo
ya
realizado
por
DeepSeek,
lo
que
parece
tener
poco
sentido
si
lo
que
se
busca
es
ganar
la
guerra
tecnológica
contra
China.