«Las palomas son grandes vehículos de enfermedades»

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Con
el
objetivo
de
controlar
la
población
de
palomas
en
la
ciudad,
a
través
de
una
planificación
y
con
herramientas
que
no
sean
agresivas,
el
municipio
trabajó
en
un
proyecto
junto
a
la
firma
Ecokil.
En
este
sentido
el
ingeniero
Marcelo
Crosetti,
titular
Ecokil
Rosario,
y
Mariangeles
Dalpos,
desde
la
agencia
local,
presentaron
un
proyecto
que
dio
resultados
en
ciudades
europeas.

«A
pesar
de
su
aspecto
inofensivo,
las
palomas
son
grandes
vehículos
de
enfermedades,
sobre
todo
por
la
aplicación
de
deyecciones
que
realiza
alrededor
del
nido,
favoreciendo
la
proliferación
de
gérmenes,
bacterias
y
parásitos
como
también
vinchucas,
moscas
y
piojos
que
terminan
transmitiendo
enfermedades
infecciosas
como
la
clamidiasis,
la
histoplasmosis,
patología
generalmente
localizada
en
los
pulmones,
toxoplasmosis
y
tuberculosis,
son
algunas
de
las
enfermedades
que
promueve»,
explica
Crosetti.

Y
respecto
a
la
presentación
en
el
municipio,
indicó
que
el
objetivo
es
controlar
la
población
de
palomas
de
forma
ética,
respetando
las
leyes
vigentes
sin
el
uso
de
sustancias
químicas
o
biológicas
y
sin
agresiones
físicas
ni
captura,
además
mejorar
la
salud
de
las
aves
controladas
mediante
la
alimentación,
medicación
y
ubicación.

Se
trata
de
un
palomar
construido
en
el
municipio
que
cuenta
con
las
condiciones
adecuadas
para
cumplir
con
el
objetivo
previsto.
La
estructura
está
ubicada
en
la
zona
más
abordada
por
las
palomas,
en
el
predio
del
ferrocarril
frente
a
la
plaza
del
centro.

Dalpos
y
Crosetti
remarcaron
que
«el
rasgo
distintivo
de
las
palomas
es
su
peculiar
instinto
de
orientación,
tan
perfecto
como
el
de
las
aves
migratorias.
Una
vez
adaptada
a
un
palomar,
si
la
paloma
es
llevada
lejos
del
mismo,
es
capaz
de
regresar
al
ser
dejada
en
libertad,
aunque
tenga
que
recorrer
centenares
de
kilómetros».

El
control
poblacional
consiste
en
recoger
los
huevos
y
reemplazarlos
por
huevos
falsos.
La
pareja
seguirá
empollando
estos
huevos
falsos
durante
18
días,
evitando
así
una
nueva
puesta,
y
disminuyendo
la
cantidad
de
puestas
anuales
de
cada
pareja.

Cabe
destacar
que
en
experiencias
tomadas
en
Europa,
con
este
método
se
logra
una
disminución
del
70%
de
la
población
que
habite
el
palomar
en
aproximadamente
5
años,
vida
media
de
la
paloma
en
estado
silvestre.