Criada por el río Ebro, esta ciudad de Tarragona presume de castillo, catedral y de un paseo en barco único

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Presume
Tortosa,

boca
del
Delta
del
Ebro,
de
muchas
cosas.
Y
no
le
faltan
razones
para
hacerlo.
Capital
del
Bajo
Ebro,
su
ubicación
hace
de
ella
una
ciudad
del
todo
histórica,
ya
ocupada
por
los
íberos
y
que
con
los
siglos
ha
ido
forjando
un
impresionante
patrimonio
donde
se
han
plasmado
las
tres
culturas
que
han
configurado
la
identidad
moderna
de
España.

Incluyendo
una
judería,
Tortosa
con
sus
casi
40.000
habitantes
es
ahora
un
destino
privilegiado
en
la
provincia
de
Tarragona,
además
de
la
sede
episcopal
de
un
obispado
que
extiende
sus
ramificaciones
a
las
vecinas

provincias
de
Castellón,
Lleida
y
Teruel
,
debido
a
su
gran
importancia
durante
la
Edad
Media.

En
aquellos
compases
de
mediados
del
siglo
XIV
se
hunde
el
origen
de
la
catedral
de
Santa
María,
que
tardó
más
de
cuatro
siglos
en
rematarse,
y
que
hace
del
gótico
y
del
barroco
sus
estilos
predilectos.
A
ello
hay
que
sumar,
viendo
la
importancia
geoestratégica
de
Tortosa
–no
olvidemos
que
hablamos
del
último
gran
paso
del
río
Ebro
antes
de
llegar
al
delta–,
la

presencia
del
Castillo
de
San
Juan
.

También
conocido
como
Castillo
de
la
Zuda,
esta
fortificación
ya
fue
erigida
por
los
romanos,
aunque
sería
posteriormente
reforzada
por
los
musulmanes.
Es
de
esta
época
la
gran
obra
de
la
construcción,
incluyendo
la
zuda,
un

enorme
pozo
en
profundidad

y
diámetro
que
articulaba
una
red
de
galerías
subterráneas,
de
las
que
hoy
se
conservan
los
restos
del
antiguo
molino
y
de
varios
hornos.

Una
auténtica
catacumba
que
en
la
actualidad
sirve
como
Parador
de
Turismo,
y
que
se
puede

visitar
sin
problemas

en
su
parte
histórica.

De
esta
manera,
adentrarse
en
Tortosa
es
hacerlo
en
más
de
dos
milenios
de
historia
que
van
salpicando
una
población
donde
el
trazado
medieval
aún
inspira
sus
calles,
donde
se
encuentran
auténticas
rarezas
como
la
Lonja
de
Tortosa,
un
edificio
levantado
en
el
siglo
XIV
y
que
es
hoy
la

única
de
las
antiguas
lonjas

de
la
Corona
de
Aragón
que
sigue
en
pie.

Tortosa Des De L Ebre

Tortosa Des De L Ebre


Vista
de
Tortosa
desde
el
río
Ebro.
©Turisme
Terres
de
l’Ebre

Sin
embargo,
puede
que
la
curiosidad
más
singular
de
Tortosa
–y
hablamos
de
una
ciudad
que
tiene
unas
cuantas–
es
la
travesía
en
un
pequeño
laúd
que
aún
hoy
se
puede
realizar
para
cruzar
el
río.
Enriquecida
y
florecida
por
su
posición
privilegiada
en
la
orilla
del
río
Ebro,
Tortosa
fue
un

próspero
mercado
de
intercambio

y
el
cruce
del
río,
como
es
lógico,
una
fuente
más
de
riqueza.

Esos
vestigios
ahora
se
aprovechan
para
hacer
una
singular
ruta
por
el
cauce
del
Ebro
a

bordo
del
laúd
Lo
Sirgador
,
una
embarcación
destinada
al
agua
dulce
y
a
los
fondos
poco
profundos,
que
realiza
una
ruta
regular
que
permite
disfrutar
de
la
fachada
fluvial
de
la
ciudad,
así
como
del
bosque
de
ribera
que
está
en
la
cercana
isla
de
la
Xiquina.

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gastronómica
hecha
con
pasión
por
el
equipo
de
DAP.

Un

auténtico
planazo

que
puede
completarse
con
rutas
en
las
que
agregar
música
en
directo
y
catas
de
vinos,
convirtiendo
las
travesías
a
bordo
de
Lo
Sirgador
en
una
de
las
grandes
tentaciones
de
Tortosa.

Imágenes
|
©Turisme
Terres
de
l’Ebre

En
DAP
|

Un
viaje
a
Tarragona
para
conocer
los
vinos
de
Conca
de
Barberá:
redescubriendo
la
uva
trepat
más
allá
del
rosado

En
DAP
|

Entre
viñedo
y
calles
medievales,
el
precioso
pueblo
del
Priorat,
en
el
corazón
de
Tarragona,
sobre
un
acantilado