Es 1995, acaba de llegar ‘Dos policías rebeldes’ al videoclub y por un módico precio te la puedes quedar durante todo el fin de semana, con cuidado de devolverla rebobinada. Charlas con el encargado (alguien que todos quisimos ser o fuimos en algún momento, una suerte de IMDb del momento) y antes de marchar echas un vistazo a la sección de terror con sus secuelas imposibles claramente inventadas para engañar a algún pardillo. Ese pardillo solías ser tú, porque dejarse engañar también era parte de la gracia. Eras feliz.
Cuando el VHS reinaba
No voy a hacer en este post como que vivimos peor ahora que en la época de ir al videoclub: tenemos todas las películas que queramos a golpe de click y tantas cosas que deseamos ver que intentar abarcarlas todo es una tarea absurdamente imposible. Y, sin embargo, había algo mágico en ese acto casi mesiánico de ir al videoclub, vagabundear, mirar, charlar y, finalmente, alquilar, que no puede ser igualado por el streaming.
Ahora, este vídeo de Don McHoull que recopila los greatest hits del cine en el videoclub (que no «del videoclub») nos lleva a esta época gracias a películas y series como ‘Clerks’, ‘Friends’, ‘Rebobine, por favor’, ‘Futurama’, ‘Stranger things’, ‘Capitana Marvel’ o ‘Scream’ entre muchísimas otras. Y es que un videoclub era más que un trámite por el que no quedaba otra que pasar: era un pequeño templo del cine en el que sentirse seguro.
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Siendo honestos, por mucho que nos partamos el pecho defendiendo el concepto del videoclub, casi nadie volvería a esa época más que como ejercicio de hipsterismo: el streaming es menos mágico pero más sencillo, amplio y, por qué no, con menos secuelas falsas que intentan engañarte. A Netflix le falta encanto, pero al menos no tienes que rebobinar ‘Roma’ después de verla.