Una de las grandes dudas que muchos teníamos con la segunda temporada de ‘Sky Rojo’ es si iba a servir para poner punto y final a la serie de Netflix. Esther Martínez Lobato, cocreadora de la misma junto a Álex Pina, comentó antes del estreno de la primera que «ahora mismo la serie está rodada en dos temporadas de ocho capítulos cada una con un final que existe«, pero también dejaba la puerta abierta a nuevas entregas.
Una vez vistos sus ocho episodios, no puedo decir que la segunda temporada de ‘Sky Rojo’ se sienta como un cierre definitivo para la historia. Sí que podría dejarse así en el caso de que Netflix no quiera seguir adelante con ella, pero espero que no sea el caso, ya que la serie da al fin un paso definitivo tras andar dando bandazos durante demasiado tiempo.
Dejando los vaivenes atrás
Cuidado, he procurado evitarlo al máximo, pero a partir de aquí quizá encuentres algún spoiler de la temporada 2 de ‘Sky Rojo’
Tal y como se explicita en el episodio final, ‘Sky Rojo’ nos está contando la guerra que surge entre tres prostitutas que intentan darse a la fuga y tres proxenetas que llevan bastante tiempo explotándolas. Hay quien llegó a ver cierta indecisión a la hora de condenar a los segundos en la primera temporada, criticando con dureza a la serie por ello.
Por mi parte, siempre entendí ese elemento más juguetón como una forma de no permitir un posicionamiento más cómodo por parte del espectador. Es verdad que todo acaba siendo blanco o negro en situaciones extremas, pero a los responsables de ‘Sky Rojo’ parecía interesarles más el contraste que la verosimilitud. Tomárselo en serio no era una opción razonable, pero dejarse llevar por el desenfreno sí.
Como ya os comenté, eso es algo que se iba aclarando en el tramo inicial de la segunda temporada, donde el problema estaba más en que esas alternativas de poder entre los personajes no se manejaban con la suficiente eficacia, por no hablar de algunas reacciones de sus protagonistas que era casi imposible creérselas.
Esos vaivenes se dejan de lado en la parte final de temporada, donde todo se encamina en una dirección mucho más clara, acertando incluso a la hora de complicarlo más en lo referente a las motivaciones de sus personajes masculinos principales. Esa determinación le sienta muy bien a la serie, permitiendo que su vertiente más seria funciona con mucha mayor fortuna de lo visto hasta ahora.
Fiel a sus virtudes
Además, lo hace sin traicionar a las motivaciones de sus personajes. Sí, no hay ni rastro de sutileza, pero sería un error esperar algo así viendo la apuesta que hace la serie, y eso limita sobremanera sus matices más de denuncia. A cambio, su naturaleza como entretenimiento desfasado alcanza otro nivel, ya que todo se siente mucho más irreversible en lugar de dejar la sensación de estar estirando todo más de lo debido.
Tampoco me olvido de ‘Sky Rojo’ llega aquí a un punto de no retorno. Se acabaron las idas y venidas para abrir el camino de cara a un enfrentamiento definitivo que espero que lleguemos a ver. Para ello simplemente ha sido necesario dar con un motivo para que todos sus personajes se posicionen. Muchos ya habían llegado a ello, pero faltaba que fuese algo total.
Sin querer entrar en detalles, creo que la forma elegida para conseguirlo es la más acertada, ya que también deja abierta la posibilidad de una revelación de última hora cambie una última vez las cosas. Pero una última vez, ya no sirve que parezca una cosa, luego sea otra y más tarde algo diferente. Toca apostarlo todo a la carta de la intensidad y este final de segunda temporada me ha dejado con ganas de que suceda.
En resumidas cuentas
El tramo final de segunda temporada de ‘Sky Rojo’ ha resultado más satisfactorio que el inicial. Al fin se ponen todas las cartas sobre la mesa y se llega a un punto de no retorno en lo referente las motivaciones de sus protagonistas. Ahora ya está todo claro menos si Netflix va a querer sacar adelante una tercera tanda de episodios.