La pandemia desatada por el coronavirus nos ha cambiado posiblemente para siempre algunos comportamientos. Desde llevar mascarilla por la calle o en lugares públicos hasta la forma en la que nos relacionamos con otras personas ya no es como antes, así como la desinfeccion de los coches ha cobrado una importancia inédita.
El Ministerio de Sanidad ha lanzado una advertencia sobre los productos y procedimientos que se utilizan para suprimir la presencia del coronavirus en los vehículos, puesto que pueden resultar nocivos.
Cuidado con las desinfecciones con UV-C y ozono
Prácticamente la totalidad de talleres, concesionarios y servicios relacionados con el mundo del automóvil ofertan la desinfección de los coches, ya sea como medida de seguridad o simplemente ofertas con propósitos comerciales.
Algunos de estos establecimientos están utilizando radiaciones ultravioleta-C para la desinfección, pero el organismo de Salvador Illa ha señalado que «por el momento se desconoce si la radiación UV-C puede reducir la población del virus de manera suficiente para una desinfección óptima».
Estos tipos de radiación no se pueden aplicar en presencia de personas, señalando que en cualquier caso las medidas más efectivas son la higiene de manos, el uso constante de mascarillas, uso de detergentes y desinfectantes y, sobre todo, el distanciamiento social.
Para aquellos negocios que estén recurriendo a la desinfección de vehículos como parte de sus programas de trabajo, Sanidad ha querido hacer hincapié en aquellos procesos de desinfección realmente efectivos contra el virus como alternativa a los tratamientos basados en el uso de radiación ultravioleta-C.
Los procedimientos que no recurren a radiación UV pueden realizarse de tres maneras. La primera es la limpieza manual con productos biocidas, incidiendo de manera directa sobre un número limitado de puntos (volante, manillas, palanca de cambios, freno de mano, salpicadero…). Es un procedimiento, sencillo, rápido y económico, pero cuyo gran inconveniente es que es imposible acceder a todos los elementos del coche, así que no se puede garantizar una desinfección completa.
El segundo procedimiento y que más se ha puesto de moda son los tratamientos con ozono. En este caso, al tratarse de un gas, sí se trata de procedimientos que llegan a todos los rincones del interior, pero el ozono no es un viricida reconocido por el Ministerio de Sanidad. Sí está siendo evaluada su efectividad en la Unión Europea, pero aún no está determinado cuánta cantidad ni durante cuánto tiempo hay que aplicar el ozono.
Pero la efectividad del ozono no es su mayor problema: la cuestión es que el ozono es muy tóxico. En concentraciones bajas puede irritar los ojos y las vías respiratorias produciendo tos, ataques de asma y dolor de cabeza. En concentraciones altas puede afectar de forma severa a los pulmones, alterar el sistema inmunológico y en casos extremos producir la muerte, según Sanidad.
Por ello es muy importante que los tratamientos con ozono sean aplicados por personal cualificado y debidamente protegido y que sólo sea utilizado en entornos ventilados. Los coches tratados con ozono tendrán que permanecer sin utilizar durante un periodo de seguridad.
En último lugar están los procesos mediante la fumigación de biocida, consistentes en la aplicación mediante la nebulización de un producto autorizado por Sanidad en el interior del coche. No es tóxico y es tan efectivo como la desinfección manual junto con el alcande del ozono, pero sin utilizar productos tóxicos que requieran de un periodo de reposo o aclarado tras su aplicación.
Estos productos pueden eliminar virus, bacterias y hongos con una efectividad demostrada sin riesgo para la salud de los humanos. Los biocidas basados en peróxido de hidrógeno y ácido periacético aplicados mediante un protocolo estricto y utilizando el sistema de climatización del coche de una manera preestablecida puden desinfectar todos los rincones del vehículo.
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