Siete series imprescindibles para ampliar tu imaginario feminista

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A finales del siglo XX, las series y películas protagonizadas por mujeres eran una minoría respecto al hábito de ver a un hombre presidiendo la carátula de un VHS. Títulos como ‘Sexo en Nueva York’, ‘Xena la Princesa Guerrera’ o ‘Buffy Cazavampiros’ rompían una lanza en pro de la visibilidad de la mujer en la pantalla, pero lo hacían bajo la mirada masculina.

Esas series fueron creadas por hombres que moldearon a su antojo los roles femeninos de sus tramas, cayendo de nuevo en los estigmas perpetuados durante el siglo pasado. Las mujeres de la ficción solo estaban para cuidar a la familia, ser el móvil de una historia de amor romántico o ser la pimienta de un thriller donde se necesita un poco de sexo para romper con el suspense.

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Si la realidad audiovisual es creada por hombres nos estamos perdiendo el discurso de la otra mitad de la población mundial; estamos consumiendo una ficción pensada por y para hombres. Sin embargo, cada vez vemos más contenido creado y protagonizado por mujeres. Títulos como ‘Orange is the new black’, ‘Muñeca Rusa’, ‘Jessica Jones’, ‘Better Things’ o ‘Broad City’ resultan disruptivas no por su discurso (que también) sino por las voces que lo cuentan. Vamos a repasar siete series imprescindibles que han ampliado el imaginario femenista:

‘Killing Eve’

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Quédate con este nombre: Phoebe Waller-Bridge. Ella es la guionista que ha dado un puñetazo sobre la mesa al crear uno de los mejores thrillers de espionaje de la historia de la televisión y, además, protagonizado por mujeres: Sandra Oh y Jodie Comer. Si te gustan las tramas detectivescas es imposible que no te enganches a esta deliciosa obra maestra donde la asesina en busca y captura se carga a sus víctimas con una horquilla del pelo.

‘Girls’

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Probablemente la primera serie postfeminista del siglo XXI. Lena Dunham narra cómo es ser mujer menor de 30 en una ciudad como Nueva York donde el dinero apenas alcanza para llegar a fin de mes. El resultado es la antítesis a lo que nos vendió Darren Star con ‘Sexo en Nueva York’ a finales de los 90. Al contrario de lo que nos vendía Carrie Bradshaw, las mujeres no necesitamos empoderarnos a través del consumo o las citas en restaurantes carísimos con altos ejecutivos.

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El universo femenino se parece mucho más a lo descrito en ‘Girls’ donde las protagonistas superan sus complejos, se dan de bruces con las expectativas vitales y crecen a través de las relaciones interpersonales.

‘SMILF’

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La serie creada, producida y protagonizada por Frankie Shaw habla de cómo la maternidad afecta a la vida profesional y personal de las mujeres cuando no existe conciliación. La situación económica y la poca ayuda con la que cuenta la protagonista visibilizan lo complicado de ser madre soltera. ‘SMILF’ no solo nos muestra un rol femenino poco habitual sino que, además, denuncia realidades como la que vive la protagonista que cría a su hijo en un apartamento de 30 metros cuadrados sin apenas intimidad para cambiarse un tampón.

‘La maravillosa Sra. Maisel’

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Amy Sherman-Palladino, guionista de ‘Las Chicas Gilmore’, vuelve a la carga con una ficción para Amazon que cuenta la historia de una mujer que en plena década de los 50 busca a hacerse un hueco como monologuista. ¿Te imaginas a Betty Draper rompiendo su rol de perfecta esposa para criticar en un stand up las miserias del machismo y las contradicciones de su propia vida? Pues algo así es lo que sucede con Miriam Maisel (Rachel Brosnahan).

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Aunque al inicio nos la presenten como el perfecto complemento de su marido rápidamente nos damos cuenta de que, por mucho que los cánones sociales miren hacia él, ella es la protagonista.

‘Glow’

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La serie de Netflix está basada en el programa de los 80 ‘Gorgeous Ladies of Wrestling’ donde mujeres de todo tipo peleaban cuerpo a cuerpo para que la clase media americana se divirtiese frente al televisor. Sin embargo, ante una premisa aparentemente cosificadora surgen personajes complejos capaces de establecer relaciones afectuosas fuera del ring de boxeo. Pone sobre la mesa un contexto misógino que lleva a sus protagonistas a quererse a sí mismas y entre sí, con el único objetivo de sobrevivir a los desprecios de su jefe.

‘El cuento de la criada’ (‘The Handmaid’s Tale’)

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La historia escrita y producida por Margaret Atwood narra una escalofriante distopía donde las mujeres son meros elementos biológicos que son utilizados para repoblar la República de Gilead de bebés. Así, Offred (Elisabeth Moss) y el resto de mujeres fértiles son secuestradas para convertirse en esclavas sexuales de los comandantes del nuevo estado. A través de los recuerdos de Offred vemos como, antes de la implantación del régimen, era una mujer independiente que de la noche a la mañana se ve privada de su libertad por su condición reproductora.

‘Big Little Lies’

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Durante los años 90 y parte de los 2000 el discurso feminista imperante pasaba por tratar de ser madre, profesional y amante. Vamos, consistía en no renunciar a nada y tratar de llegar a todo para sentirse válida y empoderada. Lynette Escabo de ‘Mujeres desesperadas’ o Claire de ‘Modern Family’ representan ese tipo de mujer que vive agobiada entre sus metas laborales y la vida familiar.

En ‘Big Little Lies’ esta premisa pasa a un tercer plano y sus protagonistas se definen a través de la imperfección y los errores. No son los aciertos y los éxitos de sus vidas lo que interesa mostrar sino la capacidad de equivocarse y apoyarse para aprender a levantarse de nuevo. La serie de HBO supuso un cambio de paradigma precisamente por eso, porque fue capaz de mostrar cómo mujeres con vidas y condiciones sociales muy distintas se unen por un sentimiento común: la lucha contra la violencia de género a través de la sororidad.