Cuando nos ponemos a pensar en los menús de celebración de las fiestas y, concretamente, en el plato fuerte solemos centrarnos en el elemento principal y dejamos de lado el acompañamiento. Entonces entran en juego las ensaladas, que son muy buenas opciones, pero hay vida más allá de ellas. Para muestra estas 31 guarniciones originales con las que hacer de tus platos una fiesta.
Confiamos en que, entre tanta variedad de recetas, encuentres alguna guarnición que encaje con ese ave, carne, pescado, marisco o similar al que ya tienes echado el ojo y que será el protagonista de tus menús estas fiestas.
Esta reunión de 31 guarniciones originales con las que hacer de tus platos una fiesta arranca con la patata, uno de los productos más populares cuando de guarnecer se trata. Es económica, versátil, agradecida, admite muchos tipos de cocción y gusta a todos o casi todos. No es de extrañar que la usemos tanto en nuestro país y fuera de él.
En otros países existen maneras de preparar la patata como guarnición que nos encantan. En EEUU y el Reino Unido son muy aficionados a los tater tots, unos cilindros de patata crujientes por fuera y cremosos por dentro, mientras que en Alemania son tradicionales los kartoffelpuffer o tortitas de patata. Ambas guarniciones se pueden tener preparadas con antelación y mantenerlas calientes en el horno a falta de ser llevadas a la mesa y triunfar.
Estéticamente insuperables son las rosas de patata al horno que entran por los ojos y despiertan pasiones. ¿Imaginas tu mesa adornada con ellas? No vamos a negar que son un poco laboriosas, pero el toque de estilo y distinción que aportan es bien merecedor de ese pequeño esfuerzo que requieren.
Más sencillas en cuanto a elaboración son las patatas caramelizadas a la naranja y vino tinto y el gratinado de patatas con provolone al romero y laurel, pero no por ello menos sabrosas. Lo mismo ocurre con otras verduras que no necesitan más que ser introducidas en el horno y esperar a que adquieran su punto de cocción deseado.
Retiramos un par de capas de hojas de la base de las alcachofas y cortamos el tallo, que podemos reservar para otra elaboración. Buscamos poder colocar la alcachofa sobre su base, así que procuraremos que la parte inferior de las alcachofas quede plana.
Cortamos la parte superior de las alcachofas, retirando las puntas duras y sin miedo de cortar demasiado. Colocamos las alcachofas boca abajo y las presionamos, con fuerza como si les diéramos un puñetazo, con la palma de la mano para que se abran y las hojas se separen unas de otras.
Volteamos las alcachofas de nuevo y las colocamos en una bandeja de horno. Sazonamos la parte superior de cada una de ellas y las rociamos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Es importante que sea de buena calidad, pues esto se notará en el resultado final.
Introducimos las alcachofas en el horno, precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo, y las asamos durante una hora (dependerá del tamaño y la calidad de las alcachofas). Retiramos la bandeja del horno, dejamos reposar 10 minutos y servimos las alcachofas calientes, ya sea como guarnición o como entrante.
El paso por la sartén y un baño en buen aceite de oliva le sienta de maravilla a muchas verduras que conforman guarniciones deliciosas. La fritura confiere una textura exterior espectacular a muchas verduras, pero especialmente a las alcachofas que podemos preparar por si solas alcachofas crujientes o en tempura de azafrán.
Esta última técnica le va de fábula también a otras verduras solas o mezcladas como el ratatouille en tempura, a los tomates, mirad qué pintón el de estos tomates verdes fritos en tempura y juzgad por vosotros mismos, y las borrajas que rebozadas son sorprendentes.
Las mezclas de distintas verduras funcionan muy bien. Uno de nuestros platos más tradicionales, el pisto, así lo demuestra. Podemos darle aires exóticos y preparar un pisto marroquí con dátiles, afrancesados y llamarlo ratatouille o italianizar la mezcla en una sabrosa caponata siciliana. ¿Con cual te quedas?
Cuando de verduras se trata, no podemos obviar la parrillada. Deliciosa por si sola, pero sublime como guarnición. Si quieres aprender a hacer la parrillada de verduras perfecta no tienes más que seguir nuestros consejos. Otras recetas de guarnición que nos tienen robado el corazón son los pimientos del piquillo confitados, las cebollitas glaseadas al vino dulce, el brócoli con salsa de mango y anacardos y el salteado de coles de bruselas con boletus.
Con fruta también podemos guarnecer nuestros platos y ¡de qué manera! No hay más que echar un vistazo en estos higos confitados al Oporto y en esta guarnición de fresas y piñones para imaginar lo bien que casan con todo tipo de platos, especialmente con asados. Ambas recetas aportan exotismo, equilibrio, frescor y contraste al conjunto, lo que las convierte en unas guarniciones muy originales e interesantes.
Por último, para cerrar nuestras 31 guarniciones originales con las que hacer de tus platos una fiesta, proponemos aventurarse con los chutney. Son versátiles, se pueden preparar con antelación, duran mucho tiempo, combinan con muchos platos (especialmente con carnes y aves) y también se pueden usar para acompañar los quesos del aperitivo o el postre. Vamos, una joya.
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