La situación provocada por la COVID-19 sigue siendo dramática para algunos sectores que no han podido retomar su actividad económica con normalidad. En ocasiones, parece que todo gire en torno al turismo, pero hay muchos sectores y con ellos, trabajadores que están sufriendo en estos momentos la pérdida de su empleo.
Las academias de enseñanza no reglada, escuelas de baile, canto, pintura, música, idiomas, etc. continúan padeciendo restricciones que están llevando a la desesperación a miles de trabajadores autónomos, que no han podido reiniciar con normalidad sus actividades desde el pasado 14 de marzo y, además, tampoco pueden realizar convenios de actividades extraescolares con centros de enseñanza reglada.
Desde UPTA, consideran vital que se ponga en marcha un mecanismo urgente de rescate, como el cese de actividad extraordinario, con el que los profesionales de la educación, cultura, ocio y tiempo libre puedan tener unos ingresos mínimos, y no así no observar cómo desaparecen de nuestras calles centros privados de formación, ante la situación de incertidumbre y desconfianza que se está generando en el consumidor.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, “estos son algunos de los sectores que más están sufriendo la crisis económica producida por la COVID-19 y parecen ser olvidados por parte de las administraciones, y ni el Ministerio de Educación ni el de Inclusión, han establecido medidas para dotar a estos colectivos de alguna ayuda que consiga aliviar su situación económica”.
Las Comunidades Autónomas deben poner en marcha medidas específicas para todos aquellos sectores que no hayan podido abrir de nuevo sus negocios. En el ámbito local, UPTA exige a los Ayuntamientos que bonifiquen todo tipo de impuestos a estos trabajadores autónomos, puesto que su actividad económica está paralizada y sin expectativas de poder desarrollarse durante este curso 2020-2021.
La enseñanza online es la salida por la que se optó durante el confinamiento. Pero hay ciertas actividades que los niños y más mayores desarrollaban fueran del colegio que también eran necesarias. Estos trabajadores no cuentan con las mismas ventajas (y desventajas) de los profesores de la enseñanza reglada.
Éste es sólo un ejemplo más de lo angustioso que resulta la actual situación donde no todos los empleados pueden recibir algún tipo de ayuda. Además, las perspectivas de encontrar un nuevo empleo no son buenas. ¿Qué solución hay para estos profesionales tan importantes para la educación de los niños?
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