Para los cereales, la cosecha 2019/2020 ya está jugada

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Después de conocida la decisión del Gobierno nacional de aumentar las retenciones al 12 por ciento para los cereales, indicábamos en nuestros informes que había dos factores que podían compensar el efecto negativo del aumento sobre los márgenes bruto de los distintos cultivos.

Una era la mejora de los precios internacionales y la otra, aumento de los rendimientos en umbrales por arriba de rindes normales.

De estos dos factores de mercado, el primero ya se produjo y de hecho se está consolidando la suba, al menos para el primer cuatrimestre del 2020. Y en cuanto al tener mejores rendimientos, las lluvias oportunas de fines de diciembre revirtieron una sequía que comenzaba a ser muy preocupante.

Análisis del impacto en maíz. En promedio, el precio en base al análisis teórico realizado con los precios de mercado FOB, al 13 de enero, el cambio de cuatro pesos por dólar a una retención fija de 12 por ciento implica una caída “teórica” en los precios que van en el rango del 8,7 a 9,8 dólares por tonelada.

Sin embargo, los precios del maíz no cayeron en función de la caída teórica antes mencionada.

Vemos entonces que en el caso del maíz, los precios de mercado están en línea con el precio que recibe hoy el productor, aun descontando el impacto negativo del aumento a 12 por ciento de las retenciones. Esto significa, en la práctica, que los precios no sufrieron la baja como consecuencia del aumento de las retenciones.

El mercado no acusó el efecto negativo del aumento de las retenciones por dos motivos: los operadores comerciales ya lo habían descontado mucho antes de la asunción del nuevo Gobierno, y además se debe tener en cuenta la firme demanda mundial del cereal que arrastró a la suba del precio internacional. Eso impactó sobre la tendencia sostenida a firme de nuestro mercado.

Ante el temor de la suba de los productores del 12 por ciento al 15 por ciento, debemos mencionar que hoy la exportación ya tiene compradas, vendidas y registradas 18 millones de toneladas, cifra equivalente al 50 por ciento del saldo exportable estimado.

El aumento de las retenciones citado equivale a cinco dólares por tonelada; no es de esperar que por querer recaudar 90 millones de dólares adicionales, el gobierno decida aumentar las retenciones: el costo político será mucho mayor que el aumento en la recaudación.

Impacto en trigo. Vemos que la caída “teórica e hipotética” en el precio va en un rango de 11,4 a 12,3 dólares por tonelada. En el caso del trigo hacemos la salvaguarda que la coyuntura actual de mercado, (léase compras de exportación e industria molinera, volumen de ventas de los productores, compromisos de ventas al exterior), está provocando una firmeza inesperada en el mercado para esta época del año, cuando la cosecha recién finaliza.

Un trigo disponible arriba de 200 dólares por tonelada era impensado dos semanas atrás.

Para este cultivo aumentar las retenciones ahora no tendría sentido pues el saldo exportable ya está comprometido, registrado y vendido.

Para poder tener un análisis más certero del impacto real y la magnitud del aumento de las retenciones del 12 al 15 por ciento, habría que estar pensando en la próxima cosecha 2020/21. Por caso, el precio del trigo nuevo 2020/2021 está cotizando a 170 dólares por tonelada, una caída de 30 dólares con respecto al precio actual del trigo disponible. Y ya podemos anticipar que el impacto negativo será mucho mayor para la percepción del productor.

Otro tema clave a considerar, en los momentos previos a la siembra, es cómo se comportaran los precios de los insumos, si consideramos que hay muchos con materia prima importada y otros que se producen con variables de la economía local.

En síntesis, un nuevo análisis del margen bruto con todos los precios nuevos conocidos, de servicios, insumos y fletes, podrán acercarnos a cuál podría ser el resultado económico proyectado del productor y su comparación con lo sucedido en esta cosecha.

Vamos a una nueva estructura del costo de producción que deberá ser analizada con sintonía fina por parte de los productores.

Fuente Agrovoz