El equipo del pueblo

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Una de las primeras cuestiones que Gustavo Alfaro marcó a fuego apenas llegó a Boca fue que Carlos Tevez será su bandera. Lo dejó claro adentro y afuera. Y no lo dice sólo porque “es el jugador más emblemático”, sino también porque ve en él un sostén futbolístico. “Si algunos piensan que está terminado es porque no lo vieron entrenarse”, repite. El 10 y su experiencia son, además, los cimientos sobre los que Lechuga armará su equipo. Su equipo del pueblo. Y con Tevez como la punta del iceberg, el DT ya comenzó a desglosar nombres, posibilidades y esquemas, pese a que a la larga los números desembocarán en una misma cosa: el librito de Gustavo.

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Históricamente el 4-4-2 se le asigna casi por inercia a Lechuga. Sus equipos tienen una forma, un estilo, puede gustar o no, pero el sello no se mancha. Sin embargo, el primer 11 que paró en Cardales se asemejó más a un 4-2-3-1 con un doble cinco mixto (uno de marca y otro de juego) y una línea de tres volantes detrás del 9. Pero como decía el Coco Basile, los técnicos paran bien los equipos aunque el problema es que después los jugadores se mueven. Y así, ése 4-2-3-1 automáticamente en el retroceso se transforma en un 4-4-2. Lo mismo ocurre con el 4-4-1-1 que también ya probó en esta nueva etapa y con el que entró a la Libertadores en Huracán. Todo termina en el mismo lado, lo que no quiere decir que sea defensivo ni mucho menos que no sea efectivo. “Einstein decía que era mucho más fácil desactivar un átomo que un preconcepto”, es una de las frases que repite el DT.

El equipo del pueblo.

A diferencia de la mayoría de los clubes en los que estuvo a lo largo de sus 30 años de carrera, esta vez Alfaro tiene para elegir. Es decir, en otro momento, con presupuestos más precarios y planteles cortos, debía sacarle agua a las piedras. ¿De qué manera? Equipos compactos, utilitarios pero sobre todo eficaces: llegaba no demasiado, aunque convertía bastante. Ahora, sin embargo, Boca le abre una carta de propuestas no sólo desde los nombres propios, sino también desde las características de juego de esos nombres. Tiene para hacer dulce. Pero atención que así como esa abundancia puede ser una ventaja y jugarle a favor, al mismo tiempo puede provocar el efecto contrario si el método elegido no es el adecuado. Tampoco se hace fácil conformar un 11 cuando sobra material, jerarquía y, más que nada, caudillos. De hecho, al principio tal vez ése sea el desafío más importante que tenga por delante.

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Si bien el técnico de 56 años ya empezó a probar y a mover fichas, y si de hecho hasta paró un equipo, la realidad es que todo se está dando en un mientras tanto. Traducción: Alfaro no puede pensar en consolidar un equipo en el que Barrios, Nández y Pavón son titulares siendo que todavía no se sabe qué será del futuro de ellos tres, más allá de que seguramente los dos primeros se terminen yendo. Por eso este trío apareció en el primer equipo que Lechuga paró en la semana, pero sujeto a cambios, sabiendo además que Pérez también puede partir. Lo mismo ocurre con los refuerzos, porque por más que Marcos Díaz, Marcone y Campuzano son una realidad, aún no los pudo probar (sí a Junior Alonso) aunque se entiende que por lógica -salvo el arquero- vienen para jugar.

Alfaro no puede pensar en consolidar un equipo en el que Barrios, Nández y Pavón son titulares siendo que todavía no se sabe qué será del futuro de ellos tres.

En los ensayos se pudo ver a Andrada; Buffarini, Izquierdoz, Alonso, Mas; Barrios, Nández; Pavón, Tevez, Reynoso; y Benedetto. Una de las primeras conclusiones, más allá de que uno recién llegó, es que Andrada no se discute, al menos por ahora. Y luego que Buffa se adueña de un lateral, y que del otro Mas aparece como primera opción porque “a Fabra aún le falta” y porque Olaza está en veremos. El doble cinco seguramente cambie de raíz: salen dos, entran dos nuevos (Marcone, Campuzano). Y arriba es donde más hay para elegir, pero siempre con Tevez como bandera. Pavón por derecha, de punta y volanteando en el retroceso; Bebelo, que pasó de irse a pelear un lugar, haciendo la banda; y Benedetto de faro por encima de Ábila.

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Son pruebas, ideas que va analizando Alfaro, que avisó que Zárate es “crack”, que juega de lo mismo que Carlitos pero que pueden complementarse, al igual que Pipa y Wanchope porque “son compatibles”. El primer ensayo formal, con un contexto de competencia, será el miércoles en Mar del Plata con Unión. “Ahí se va a ir viendo algo de lo que buscamos”, dijo Lechuga, antes de probar El equipo del pueblo.