Pocas veces las empresas pequeñas han visto la oportunidad de mejorar su capacidad de inversión como ahora por el Gobierno con su plan de Digitalización de Pymes 2021-2025 que, según se anunció en su día, movilizará más de 4.000 millones de euros hasta 2023. Pero tenemos un problema con la digitalización de las pymes y podemos perder una oportunidad histórica.
Tengo la sensación de que la digitalización se ha convertido en un nuevo eslogan, un mantra si queréis, como en su día fue Internet, la pyme tiene que estar en Internet y tener su página web. Pero el principal problema es que muchas pequeñas empresas no ven las ventajas de digitalizarse o cómo pueden mejorar sus beneficios con la ayuda de la tecnología.
Porque lo que sobre todo faltan son consultores. Gente que ya haya implantado con éxito en otras empresas similares soluciones que a corto y medio plazo hayan mejorado el margen de beneficio de la pyme. Y que propongan herramientas eficientes para cada tipo de negocio.
Digitalizarse no es solo empezar a vender online o conectarse desde casa para trabajar
Y en una segunda fase tienen que implantarse de forma eficiente. Se trata de acompañar a las empresas y sus empleados, que muchas veces son una barrera en la adopción de la tecnología, hasta que tengan asimilado todo el proceso.
La cuestión es que muchas veces la digitalización implica decir a la pyme que lo que lleva haciendo igual desde hace años es ineficiente. Y a nadie le gusta que le digan que lo está haciendo mal, aunque lo sepan. Por eso proponer cambios suele suponer una barrera, al menos de entrada.
Si no se hace así nos encontraremos que se realizarán las inversiones y se convertirán en poco tiempo en un gasto. Y lo peor de todo, se habrán malgastado los recursos sin sacarles todo el rendimiento posible.
