Son más de 8.000 los pueblos que hay en España, pero es evidente que siempre hay alguno que nos da ese pellizquito al alma y que nos sentimos como en casa. Eso es lo que precisamente le ha sucedido a nuestra compañera Pepa García, de Trendencias, una viajera incansable que se ha recorrido España de punta a punta y tiene claro cuál es ese pueblo que le llega al corazón.
Amante de los roadtrips a pie de playa, Pepa es de las que siempre «ha sido de respirar mar y llevar la piel llena de salitre». Un autentico vicio viajero donde no le faltan pueblos favoritos, pero siempre tiene uno «al que volvería mil veces».
Se refiere, ni más ni menos, que al idílico Cadaqués, en la Costa Brava y a apenas un par de horas de Barcelona, donde la postal mediterránea de casas encaladas, azules inmaculados y aspecto de pueblo marinero se entrelaza en sus calles empedradas.
Imposible no rendirse a los encantos de un pueblo que incluso inspiró a Salvador Dalí, uno de nuestros artistas más universales y que, a pesar de haber nacido en la cercana localidad de Figueres, se sentía muy vinculado a Cadaqués.
Cargado de luz, de calma y de ambiente chill que ahora inunda el pueblo, Cadaqués es un pequeño rincón en el que desconectar y caminar, dejándose caer también por el legado de Dalí como es la Casa Museo de Salvador Dalí.
Con uno de los litorales más bonitos de la Costa Brava –y eso allí son palabras mayores–, Cadaqués presume de un azul turquesa y limpio en sus playas, que permite ver incluso las rocas del fondo del mar.
Todo un despliegue de color que se salpica en verano con los blancos encalados de las fachadas, con los azules de ventanas y postigos, y con los estallidos de morados de las buganvillas que salpican Cadaqués a cada paso y que suponen todo un placer para la vista.
Fotos | Visitcadaquesoficial
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