Los enfrentamientos en Sudán crecieron a menos de una semana del fin de la última tregua, con combates alrededor del cuartel general de la policía de Jartum, que cayó en manos de los paramilitares con un saldo de al menos 14 civiles muertos, hecho que pone en dificultades al Ejército en la capital del país, sumido en un sangriento conflicto desde el 15 de abril.
Por otra parte, un grupo rebelde abrió un nuevo frente en el sur del país, en la frontera con Etiopía, al lanzar un ataque contra el ejército, indicaron habitantes de Kurmuk, un pueblo de esa zona, informó la agencia de noticias AFP.
Tras dos meses y medio de guerra contra el Ejército dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) anunciaron en la noche del pasado domingo una «victoria en la batalla por el cuartel general de la policía» en la capital e Sudán, Jartum.
«No se trataba «de una victoria militar, sino de un ataque flagrante contras las instituciones del Estado que protegen a los civiles»
«Controlamos totalmente» las instalaciones e «incautamos un gran número de vehículos, armas y municiones», añadió el grupo en el comunicado.
Esta toma de control «tendrá un impacto importante en la batalla de Jartum», dijo a la agencia francesa un exoficial del Ejército, que requirió el anonimato.
Este cuartel, en la zona meridional de la ciudad, «garantiza el control de la entrada sur de la capital» a las RSF, según la misma fuente.
Incluso si los paramilitares no logran mantener el control de esta posición estratégica, los videos difundidos por sus sistemas de propaganda muestran a sus hombres recuperando muchas municiones y armas.
El Ejército respondió en un comunicado que no se trataba «de una victoria militar (…) sino de un ataque flagrante contras las instituciones del Estado que protegen a los civiles».
El saldo de muertos por los bombardeos y una tregua
Al menos «14 civiles, entre ellos dos niños, murieron» el pasado domingo en los alrededores del cuartel de la policía, informó una red de militantes que intenta organizar los servicios de emergencia y las evacuaciones hacia los pocos hospitales que todavía funcionan en el sector.
Unos «217 heridos llegaron, 72 de ellos en estado crítico y 147 fueron operados» tras haber sido alcanzados por «balas perdidas, bombardeos o disparos de cohetes» en los barrios residenciales, precisó el comité.
El pasado martes finalizó una tregua de 72 horas firmada el sábado 17 de este mes entre los dos generales que se disputan el poder en Sudán para facilitar la llegada de ayuda humanitaria.
Las dos partes «acordaron permitir libertad de movimiento y entrega de ayuda humanitaria en todo Sudán», a pesar de que las anteriores treguas fueron sistemáticamente violadas.
El alto el fuego entró en vigor un día antes de una conferencia internacional en Ginebra patrocinada por Arabia Saudita para recabar más ayuda, informó la prensa internacional.
Hace una semana, al abrir una conferencia de donantes, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a brindar ayuda humanitaria para Sudán al alertar que el país africano se está hundiendo «en la muerte y la destrucción» a una velocidad «sin precedentes»,
El comienzo de la escalada armada
El conflicto estalló el 15 de abril entre el Ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), lideradas por el general Mohamed Hamdan Daglo.
Las hostilidades estallaron en el marco de un aumento de las tensiones en torno de la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas.
Eso era parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo Gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del entonces presidente Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de estado de octubre de 2021, tras el cual cayó el primer ministro de unidad, Abdallah Hamdok.
La ONG Acled da cuenta de más de 2.800 muertos en esta guerra, un balance que se considera muy por debajo de las cifras reales ya que ninguno de los bandos informa de sus pérdidas.
En lo que va de conflicto, más de 2,5 millones de personas han tenido que dejar sus casas. Más de medio millón cruzó las fronteras, sobre todo hacia Egipto, en el norte, y Chad, al oeste, según la ONU.
Antes del conflicto, el país africano ya era uno de los más pobres del mundo, y ahora, 25 de los 45 millones de habitantes ya no pueden sobrevivir sin ayuda humanitaria.