Quién está detrás de los chistes que cuentan Alexa y el Asistente de Google Home

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A través de respuestas a nuestras preguntas cotidianas que nos facilitan el día a día, recetas de cocina, conocer quién es el próximo invitado de Broncano o la alineación del Atlético de Madrid, las inteligencias virtuales de Google Home y Alexa ya amenizan nuestras jornadas. Y lo hacen añadiendo comentarios, juegos de palabras, adivinanzas y gracias que parecen más propias de otra época. De cuando todo era más blanco porque nadie se cuestionaba los límites del humor o a qué colectivo se podía ofender.

Tanto Amazon como Google nos aderezan la existencia a través de sus dispositivos con chistes que empatan con los de Jaimito. ¿De dónde salen? ¿Hay un algoritmo que compite con Chiquito? Nos ponemos en contacto con los departamentos correspondientes de Amazon y Google para que pongan luz a la pregunta 2.0 del humor: ¿Quién escribe esos chistes?

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“Los humanos escriben y programan los chistes, pero no hay intervención humana cuando alguien pide un chiste al Asistente”

Aunque anteriormente ya disponíamos de esta función en nuestros smartphones, fue entre junio y octubre de 2018 cuando los asistentes virtuales consiguieron colarse en nuestros hogares. De la mano de sus altavoces inteligentes, Google y Amazon supieron sintetizar en un solo ente los chascarrillos populares de los abuelos, los chistes de los cuñados y las canciones de los más pequeños. Y todo ello mientras que a la par te dicen si está lloviendo en Kuala Lumpur, en qué cine de Lugo aún se puede ver ‘Mujercitas’ y quién fue el expulsado de la última gala de ‘Operación Triunfo’. Nada se les escapa.

Cuando el equipo que trabaja en el Asistente de Google realizó la personalidad de su inteligencia artificial, obviamente decidieron incluir algo similar al sentido del humor que tenemos los seres humanos. Pero claro, en una época donde la comicidad ha quedado enmarañada en medio de un debate perpetuo, lo que menos puede desear una empresa top mundial es un ruido constante (aunque muchas veces esos huracanes estén limitados a las redes sociales). Ese factor unido al de la necesidad de localizar la jerga para adaptarla al folclore de cada país, provocó el estilo cómico del que hoy hace gala nuestro “Ok Google”.

Así nos lo explica Emma Coats, responsable del equipo de Personality del Asistente: «La edad y perfil de los usuarios del Asistente es variada. Nuestro objetivo es ofrecer chistes que puedan gustar a una gran variedad de personas y que no ofendan a nadie. Obviamente, tratamos de añadir chistes que sean localmente relevantes como en el caso de España, los de Jaimito. En otros países, son otro tipo de bromas las que gustan, y tratamos de acomodarnos”.

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Pero estos pequeños gags no solo se producen cuando de manera directa le pedimos a nuestro Asistente que colabore en nuestro humor, también se producen tras las típicas preguntas o peticiones con las que bombardeamos a estos dispositivos inteligentes. Preguntar a Alexa, Siri o el propio Asistente de Google cuál fue su primer amor, quién le cae mejor dentro de la competencia o incluso pedirle que nos cante un rap, ya es parte de su día a día. Y esto es algo con lo que también cuentan sus desarrolladores:

“El equipo que escribe las bromas es también el que prepara este tipo de respuestas, siempre teniendo en cuenta las costumbres y tradiciones culturales para asegurar que el Asistente es «local», divertido y que puede ayudarte. Este equipo también prepara respuestas que puedan sorprender y gustar a los usuarios teniendo en cuenta referencias culturales muy locales, como por ejemplo, cuando el Asistente canta una jota para los usuarios españoles”.

Respecto al factor random que tiñen las intervenciones del Asistente de Google o si, por el contrario, se cuenta con un factor humano detrás de la elección de chistes, la respuesta brilla lejos del ‘Black Mirror’ en el que nos estamos empeñando en vivir: “Si le pides al Asistente que te cuente un chiste, compartirá, de manera aleatoria, uno de la colección que el equipo ha preparado. Y puede que se añaden o eliminen chistes de vez en cuando”.

“Decenas de miles de usuarios le han pedido a Alexa que se case con ellos. Y cientos de usuarios han dicho «Alexa, te quiero»”.

Según nos cuentan desde el equipo de Amazon Alexa, su dispositivo inteligente ha contado “más de cinco millones de chistes a usuarios españoles”. Una cifra desorbitada de chascarrillos que en los años 80 hubieran supuesto miles de discos de platino para Eugenio o Arévalo. Pero además de ello, el asistente virtual ha tenido que responder “miles” de peticiones de matrimonio, ha cantado “100.000 veces el cumpleaños feliz”, ha narrado “cientos de miles de anécdotas” y, por supuesto, ha reaccionado ante algunas de las cuestiones más recurrentes: “Alexa, autodestrúyete”. “Alexa, habla como Yoda”. “Alexa, cruza la pasarela”. “Alexa, sueño contigo”.

“Puedes pedirle a Alexa categorías específicas de chistes como Jaimito, Chuck Norris, Joaquín y más. Alexa se mantiene actualizada en tendencias locales. Por ejemplo, puedes preguntarle quién es su influencer favorito, si le gusta o no Andreu Buenafuente, si le gustan los Premios Goya o cuál es su concursante favorito de Operación Triunfo”.

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Como ya ocurre con Google y su Asistente, en el caso de Alexa también hay “equipos dedicados a desarrollar y evolucionar su personalidad”. Y en ello, obviamente, van implícitos los “chistes y canciones originales” con las que sorprende el dispositivo inteligente de Amazon. Tal y como nos explican, “Alexa tiene un repertorio casi infinito de chistes” bajo la premisa fundamental de poder ofrecer a cada usuario “un tipo de chiste específico” que se amolde a los datos que maneja de los clientes.

“Cuando pensamos en la personalidad y en los chistes de Alexa, ella necesita saber las cosas que más le importan a los clientes españoles, y tener la personalidad y el conocimiento de un local – conoce sus vacaciones, ciudades, figuras clave, tiene celebridades favoritas, libros, poemas. Tiene un enorme depósito de chistes cursis y conoce sus dichos («refranes»).”.

El objetivo que manejan desde el equipo de Amazon Alexa es que el propio asistente virtual nunca desfallezca en la progresión de su inteligencia: “Queremos que Alexa tenga muchos de los atributos que valoramos en Amazon, como ser inteligente, útil y humilde, sin dejar de resultar divertida. Este es un proceso continuo y a medida que Alexa se vaya haciendo más inteligente, seguirá evolucionando a su vez”. Mientras tanto, el folclore y la idiosincrasia popular y cómica irán manifestándose para nuestra sorpresa y, a veces, regocijo. Porque a veces lo único que necesitamos es a alguien que disipe el mal ambiente. Aunque sea un altavoz con un “enorme depósito de chistes cursis y refranes”.