‘Queen America’: Facebook desaprovecha a Catherine Zeta-Jones en una comedia que no termina de explotar su potencial

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Por alguna razón Facebook, que nos cuela notificaciones por casi cualquier tontería aunque tengamos el 90% de ellas desactivadas, tiene casi escondidas sus series originales. No es que sea como Youtube, que silenciosamente te incluye sus Originals (como ‘Cobra Kai’) en la página de portada de la web. No, si quieres ver algo de Facebook Watch no solo no tienes que saber que existe sino que tienes que buscarlo.

Esto es lo que me ha pasado con dos de sus series: ‘Sorry for your loss‘, una joya protagonizada por Elisabeth Olsen (de la que espero hablaros dentro de unos días), y la que hoy toca hablar: ‘Queen America‘, comedia protagonizada por la oscarizada Catherine Zeta-Jones y cuyos tres primeros episodios ya están disponibles en la red social.

Jones interpreta a Vicki, consagrada a formar concursantes de los concursos de belleza. Es dura, tenaz y no se conforma con segundos puestos. Tras triunfar en la última edición de Miss Oklahoma, se encontrará ante el reto de transformar a Samantha (Belle Shouse), una chica de pueblo que llegó a ser finalista del certamen, en la próxima Miss America US. Todo esto no sin muchas dudas.

La serie presenta la doble faceta de Vicki: una mujer que trabaja por ser perfecta, independiente y que se dedica a que sus clientes sean la mejor versión de sí mismos pero que en su vida personal deja que desear. Sumida por su visión del mundo, nuestra protagonista verá lo difícil que le resulta conectar (y ayudar) con su hermana y su sobrina, una joven adolescente con sobrepeso.

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Es curioso cómo una de las temáticas que hemos tenido este año en algunas de las series nuevas de este año ha girado no tanto alrededor del feminismo y la era del «me too» sino también en torno a la belleza canónica y los problemas (más allá de salud física, claro) que acarrea tener algún desorden alimenticio o, directamente, obesidad. ‘Queen America’, toca todos estos palos a través de esta historia sobre todo lo que hay que sacrificar para triunfar en el mundo de la belleza.

De hecho, el primer episodio es un gran ejemplo de cómo hacer bien todo lo que ‘Insatiable‘ (con la que tiene cierto parecido) hizo mal. Por un lado tiene este toque de humor negro sobre los sacrificios de la belleza y los problemas de peso pero, esta vez, son bastante más contundentes (y menos siniestramente ambiguos) en su mensaje. Por el otro no se queda en la intención, sino que logra ejecutar muy bien la historia.

También es interesante ver cómo son conscientes, a través de Samantha, de la razón por la que existen cosas tan en principio banales como los concursos de belleza. Para muchas, la única oportunidad de ser algo en la vida, lo que implica mucho sacrificio y soportar un ambiente extremadamente tóxico.

Parece paradójico que una serie en la que sus protagonistas trabajan para ser la mejor versión de sí mismos no logra explotar todo el potencial que tiene. ‘Queen America’ tiene todos esos ingredientes, toques y atisbos leves de genialidad que pueden llevarla muy lejos… pero el resultado es bastante inferior al esperado.

Queen America Shouse

Queen America Shouse

A pesar de no terminar de convencer como «señora sureña» (yo no tengo tanto «oído», pero la crítica americana critica mucho su falso acento entre otras cosas), Catherine Zeta Jones hace un gran papel y es en sus momentos de furia cuando llena la pantalla y sostiene la serie.

Una serie cuyo principal escollo se encuentra en el guion. ‘Queen America’ tiene ese dilema de guionista primerizo (es la primera serie de Meaghan Oppenheimer, su creadora) de no saber muy bien cómo conducir la trama y cómo desarrollar su humor. Y esto la lastra. Tiene buenas intenciones pero no termina de estar bien manejada.

Yo, que tengo una gran fijación porque me cuenten una buena historia, siempre que empiezo una serie tengo que determinar qué me ofrece en estos primeros episodios (tres, en este caso) que me hagan volver la semana siguiente. ‘Queen America’ deja suficientes posos interesantes como para seguir. En este caso me interesa más la parte familiar de Vicki que la profesional. Lo que me temo es que la balanza va en contra de esto.