Uno de los mayores miedos de las madres es el frío. Le tienen tanto miedo que se pasan el día abrigando a sus hijos con jerséis y bufandas, con gorros y guantes, para que no les entre ni una «mota» de frío en el cuerpo. Por la noche, les ponen unos magníficos pijamas y les tapan hasta el cuello para que duerman bien calentitos.
Sin embargo, ese miedo de las madres choca frontalmente con uno de los mayores miedos de los niños: la ropa que abriga. Si les pones un jersey lo más habitual es que al rato se lo quite. La bufanda aguanta aún menos, y el gorro sólo mientras les hace gracia.
Los guantes son molestos, porque no les dejan hacer nada y por la noche, ¡ay! la noche, la manta, edredón o nórdico acaban en los pies de la cama y los niños en el lado opuesto, como huyendo, con el pijama subido, la barriga al aire y sus madres aterrorizadas al verles así. Por eso, para ayudarles en esta escena hoy respondemos a la pregunta: ¿Qué hacer cuando tu hijo se destapa por las noches?
Preguntarte por qué se destapa
Esta es la respuesta a la pregunta. Si ves que tu hijo se destapa por las noches, antes de empezar a comprar sacos inmovilizadores, sábanas fantasma que atrapan al niño o pijamas modelo oso polar tenemos que preguntarnos por qué se destapa. Seguro que pronto llegaremos a la conclusión de que se destapan porque tienen más calor que nosotros.
Les abrigamos igual que nos abrigamos nosotros, sino un poco más, por si acaso, y resulta que ellos tienen menos frío que nosotros de noche y lo que estamos haciendo es que no duerman cómodos, con tanto calor.
Lo tengo comprobado. Le pones a un niño un pijama gordito y lo tapas con el edredón y en una o dos horas lo tienes llorando completamente sudado. A la noche siguiente le pones un pijama más fino, pero lo vuelves a tapar con el edredón y a las dos horas empieza a moverse, a quejarse, y cuando lo miras ves que tiene la espalda mojada y la almohada también húmeda.
En alguna de esas noches, por el calor que ha pasado, llega a despertarse con una tos seca horrible, la llamada tos de perro o tos laríngea. Esa tos que te dice que se le han inflamado las cuerdas vocales produciendo un ruido de respirar agónico, el ruido del aire al pasar por la garganta, casi sin espacio por donde pasar para llegar a los pulmones. Curiosamente, el tratamiento de choque para esa laringitis es sacar al niño al frío: le rodeas con una manta, lo sacas al balcón para que respire aire fresco y poco a poco se va reduciendo la inflamación.
Sigo con las pruebas caseras, lo dejas con un pijama más bien fino y lo tapas con el edredón, pero no hasta arriba, sino de manera un poco holgada y solo hasta la mitad del tórax y ahí sí parece que duerme bien. Así, hay días en que se destapan más y días en que se destapan menos, pero al menos no sudan.
¿Hablo de bebés?
No, no hablo de bebés. Hablo de niños capaces de destaparse sin problemas cada noche. Niños de más de un año y quizás menos de cinco o seis años (porque por esas edades empiezan a destaparse menos). Si hablara de bebés os comentaría lo que os dije ya en otra entrada: cuanta menos ropa blanda mejor y taparle con una sábana, pero no con manta. Si hablamos de un lugar muy frío, donde hace falta manta, en esa misma entrada aishazd nos dejó una gran idea: poner al bebé en los pies de la cuna y poner la ropa de manera que cubra solo el cuerpo. De ese modo nunca le tapará la cara. A medida que el bebé crece, se va subiendo la ropa de cama de manera que le cubra de nuevo solo el cuerpo.
En el momento en que ves que empiezan a destaparse, vale más ponerles un pijama gordito y ropa de cama más liviana. Si no se destapan, bien. Si se destapan, también bien.
Y finalmente llegan a la edad en que a veces se destapan y a veces no. Entonces vendría lo que os he comentado más arriba, el consejo de ponerles un pijama más bien fino y taparles con manta, edredón o nórdico, pero no hasta el cuello, y dejándolo holgado.
Qué pasa si sudan
Si nos pasamos, si les abrigamos mucho para que no pasen frío puede pasar que pasen demasiado calor y suden. Entonces sí hay peligro. Sudan, se destapan porque tienen calor y entonces se quedan descubiertos con un pijama mojado. Eso sí que da miedo, y no el frío. Ahí es cuando el niño puede cogerte lo que no tiene.
Por qué ya no le tengo miedo al frío
Yo no le tengo miedo al frío. Primero porque soy un hombre, y normalmente lo tememos mucho menos que las mamás, y segundo porque la experiencia me ha demostrado que no debo temerle. Mis hijos se han pasado, desde que nacieron, los inviernos descalzos. Yo poniéndoles zapatillas, luego, cuando se las quitaban, calcetines, y al final todo les sobra. Descalzos en verano y descalzos en invierno. «¿Y no se resfrían?», me dice la gente. «Pues no», les respondo. No más que cualquier niño.
Pero es que eso no es todo, mis tres hijos, los tres, han tenido una afición que yo desconocía en los niños: desnudarse a la que podían. Más o menos entre los 2 y los 3 años, los tres se han dedicado, día sí, día también, a quitarse la ropa en casa siempre que han podido. Al principio no te hace mucha gracia: es invierno, va descalzo y ¡encima desnudo! Pero al final, cuando ves que lo hacen todos los días y siguen vivos, cuando ves que tienen mocos, se desnudan, y lejos de morir se curan, pues acabas pasando del tema. «¿Te mola ir desnudo? Pues desnúdate, hijo».
Así que cuando un hijo se destapa, pues señal de que tiene calor. Luego pasa el tiempo, se hacen un poco más mayores y, como os he dicho, dejan de hacerlo. Para regocijo de sus madres, amanecen tapados. Así que tranquilidad, no temáis tanto al frío y si se destapan preguntaos por qué, seguramente les estáis abrigando demasiado.