Y llegamos al penúltimo episodio de la primera temporada de ‘Perry Mason‘. La serie noir de HBO ha pisado el acelerador con un tramo final en el que estamos asistiendo al gran juicio sobre Emily Dodson (Gayle Rankin) y, si bien en el Capítulo 6 las cosas no pintaban muy bien, nuestro abogado defensor (Matthew Rhys) parece gozar de unas pequeñas victorias en el tribunal.
Tras tres episodios dirigidos por Deniz Gamze Ergüven, Tim Van Patten vuelve a tomar los mandos de la dirección en un capítulo guionizado por el dramaturgo Howard Korden, quien ya trabajase con Patten en ‘Boardwalk Empire‘.
Perry encuentra en este episodio victorias pequeñas pero todavía insuficientes debido a que sigue triunfando el principio de que la explicación más sencilla es la más posible y que, por su parte, los conspiradores han atado todo bastante bien. Esto no implica que no haya habido algún que otro descubrimiento durante la casi una hora de episodio.
Ganar y perder
Porque de hecho es en este capítulo donde tenemos la imagen más clara de lo que pasó a Charlie Dodson. Incluyendo por qué (y de qué) murió, qué ha tenido que la Iglesia Radiante en ello, y cuál es la implicación de Ennis. La gran virtud de este episodio es que no abruma con tanto dato (aunque el juicio es un poco información tras información) y que no da por segura la victoria de la verdad.
En muchos sentidos, este Capítulo 7 es un episodio demoledor para los personajes principales de la serie, que se ven arrebatados de aquella roca que les sostiene y que no están seguros de salir adelante. Perry ha perdido la casa familiar y está convencido de que, a pesar de empezar a tener las cosas más o menos resueltas, cualquier paso en falso supondrá un fracaso.
Las tres mujeres y el sepulcro
Es un capítulo que, además, comienza con una joven Alice (Tatiana Maslany) y su madre con el coche agotado, sin gasolina, en mitad de la nada. Una escena que descorre otro velo sobre la relación entre la madre y la hija y todo eso que habrán tenido que hacer a lo largo de los años. Ahora están en un momento decisivo: el anunciado día de la resurrección.
Como si del capítulo 16 del Evangelio según San Marcos se tratase, tres mujeres se dirigen al sepulcro. Este acto de la resurrección de Charlie Dodson no es otra cosa que su última esperanza cuando su credibilidad ya está cercana a lo nulo. Emily solo quiere a su hijo; Alice ve que es lo único que puede redimirla a ojos de su quebrada iglesia y sus fieles; para la tercera mujer, su madre (Lili Taylor), es la última jugada para evitar la ruptura definitiva entre ella y su hija.
Y en esos últimos minutos de episodio: con un bebé sollozando, una madre desquiciada y esa primera escena que se ve reflejada ante una Alice que, por primera vez en años, se ve libre.