Los
pepitos
-también
conocidos
como
ximets
o
ximos
en
la
provincia
de
Castellón-
son
bombas
hipercalóricas,
pero
deliciosas.
Este
peculiar
bocadillo
relleno
de
titaina
y
frito
forma
parte
de
las
recetas
centenarias
de
cuaresma
que
surgieron
en
los
poblados
marítimos
de
Valencia
(es
decir,
en
El
Cabanyal,
El
Canyamelar
y
el
Grau)
por
la
necesidad
de
cubrir
las
necesidades
nutricionales
de
las
familias
durante
la
Semana
Santa
Marinera,
evitando
los
ingredientes
ostentosos
y,
sobre
todo,
el
consumo
de
carne.
Capellanets,
escabeches,
albóndigas
de
bacalao
(mandonguilles
d’abadejo)…
durante
esos
días
de
fervor
religioso,
procesiones
e
intensa
actividad
social
y
callejera,
el
pescado
protagonizaba
todos
los
platos,
que
eran
al
mismo
tiempo
económicos
y
sabrosos.
“Era
pura
necesidad,
porque
durante
Semana
Santa
Marinera,
que
es
la
gran
fiesta
de
los
barrios
marítimos
valencianos,
las
mujeres
se
encargaban
de
que
toda
la
familia
fuese
bien
vestida
a
las
procesiones
-explica
Felip
Bens,
autor
junto
a
Marisa
Villalba
del
libro
La
cuina
del
Cabanyal
i
dels
pobles
mariners
de
la
ciutat
de
València
(Editorial
Drassana)-.
Como
no
tenían
tiempo
de
cocinar,
preparaban
comidas
que
se
mantuviesen
en
buenas
condiciones
durante
varios
días
a
la
intemperie,
porque
antes
no
había
neveras.
Cocinaban
todo
días
antes,
y
disponían
las
viandas
en
bandejas,
encima
de
la
bancada.
Y
ahí
quedaban
para
que
cualquiera
tomase
un
tentempié
al
pasar
por
casa.
Y
no
solo
los
miembros
de
la
familia.
Era
muy
típico
encontrarte
a
vecinos
y
amigos
por
la
calle
y
decirles:
Pugeu
a
casa
i
feu-vos
uns
pepitos!
(¡Subid
y
comeos
unos
pepitos!).
Era
una
excusa
de
socialización
y
una
expresión
de
la
idiosincrasia
de
los
pueblos
marineros,
en
los
que
hasta
hace
cuarenta
años
toda
la
vida
se
hacía
en
la
calle.
A
las
casas
se
iba
a
dormir
y
poco
más”.
La
receta
El
relleno
tradicional
del
pepito
es
la
titaina,
el
delicioso
pisto
con
tonyina
de
sorra
(atún
salado)
que
se
elabora
desde
hace
siglos
en
estos
barrios
donde,
según
apunta
Casimir
Romero
en
su
libro
Cuina
Nostra
(editorial
Creaciones
al
Alimón),
se
dedicaban
a
secar
los
atunes.
No
obstante,
en
la
ciudad
de
Valencia
es
muy
habitual
encontrarlos
rellenos
de
un
pisto
sencillo
con
atún
claro
y
huevo
duro.
La
cebolla,
el
tomate
y
los
piñones
forman
también
parte
ineludible
de
esta
receta.
El
pan
que
se
utiliza
suele
ser
un
mollete
o
pan
de
leche
muy
suave
-mucho
más
rico
si
se
compra
en
una
panadería
de
toda
la
vida-.
Se
le
practica
un
agujero
en
uno
de
los
extremos
para
introducir
el
sofrito
de
titaina
o
pisto,
y
después
se
empapa
con
leche
y
se
reboza
con
clara
de
huevo
batida
antes
de
freírlo.
Dónde
probarlo
Sería
exagerado
decir
que
el
pepito
está
en
vías
de
extinción,
aunque
lo
cierto
es
que
cada
vez
es
más
raro
encontrarlos
en
las
vitrinas
de
los
hornos
tradicionales
valencianos
o
en
los
bares.
Probablemente
tenga
que
ver
con
el
hecho
de
que
su
elaboración
es
muy
laboriosa
y
que
las
tendencias
de
consumo
apuntan
cada
vez
más
a
tentempiés
algo
menos
calóricos.
No
obstante,
hay
lugares
donde
se
mantiene
la
tradición
frente
a
viento
y
marea.
El
emblemático
horno
bollería
Las
Comedias
de
Valencia
(calle
Comedias,
11)
o
el
Bar
Carmona
(Avenida
del
Cid,
92)
son
dos
de
ellos.
Además,
durante
los
últimos
años
hemos
descubierto
algunos
restaurantes
que
han
dado
una
nueva
vida
al
pepito,
como
en
la
Bodega
Els
valencians
(calle
dels
Valencians,
2),
en
el
Bar
Mistela
(calle
del
Riu
Nervión,
11)
o
en
Casa
Montaña
(Josep
Benlliure,
69)
o
La
Sastrería
(Josep
Benlliure,
42).
En
DAP
|
Receta
de
cremaet
En
DAP
|
Dónde
comer
en
Valencia