Para tener un parto feliz: siete cosas que deberías evitar durante el trabajo de parto

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Tras esperarlo durante tanto tiempo, comienzas a notar señales de que comienza a ponerse en marcha la primera fase del parto. Ha llegado el día; por fin vas a conocer a tu bebé y deseas que todo vaya sobre ruedas.

Tú eres una parte clave del proceso y hay algunas cosas que puedes hacer, o mejor dicho que puedes evitar durante el trabajo de parto hacer para que el proceso fluya de la mejor manera posible.

Evita ponerte nerviosa

Ante los primeros síntomas de que ha llegado la hora, como la expulsión del tapón mucoso o rotura de bolsa, mantén la calma, aunque te encuentres en un sitio público. Los nervios no son buenos compañeros en este momento, así que relájate y empieza a organizarte para lo que vendrá.

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Procura tener la bolsa del hospital (la tuya y la de tu bebé) ya preparada para que no te pille a último momento y corras el riesgo de dejarte nada. Llama a quien sea necesario para avisarle que se acerca el momento y valora tus síntomas para calcular el momento de ir al hospital (ver siguiente punto).

Si tienes hijos mayores, es momento de que pongas en aviso a quienes vayan a encargarse de su cuidado mientras tú estés en el hospital.

No te apresures en ir al hospital

Hay síntomas como un manchado o un encajamiento de la cabeza del bebé que no implican que el parto vaya a ser inminente, incluso aún puede tardar días en producirse.

Incluso desde el comienzo de las contracciones «reales» de parto (más dolorosas, rítmicas y regulares) pueden pasar varias horas hasta que se produzca el nacimiento, y es preferible que pases el mayor tiempo posible dilatando en casa que en el hospital. Puedes darte un baño para aliviar el dolor de las contracciones (si no has roto aguas) o una ducha.

Cuando tengas contracciones rítmicas, progresivas e intensas que llegan a un ritmo de dos o tres contracciones cada diez minutos, es hora de ir al hospital.

Si se produce una rotura de bolsa, tampoco implica que tengas que salir corriendo a urgencias si tienes una gestación a término. Lo habitual, si no han comenzado aún, será que en las próximas horas comiencen las contracciones de parto. Controla si el líquido es claro, utiliza una compresa grande o toalla para que empape el líquido y tómate con calma lo de acudir al hospital. Si el líquido es de color verde, amarillento o tiene sangre, hay que acudir de inmediato al hospital por si el bebé tuviera algún problema.

Evita quedarte inmóvil

Una de las peores cosas para relajarte es quedarte inmóvil en la cama. En cambio, poder moverte libremente, caminar, deambular por la casa o por la sala de partos, o usar una pelota de fitness para balancear la pelvis te ayudará a afrontar mejor la sensación dolorosa.

Si te apetece, incluso bailar, es un buen método natural para facilitar el parto. Los movimientos de la madre ayudan a que el bebé se coloque y con su propio peso, contribuya a ablandar el cuello del útero para provocar el nacimiento. Además, te lo pasas bien, te distrae y te ayuda a relajarte.

Evita a las personas tóxicas

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En un momento así, rodéate solo de las personas más íntimas con las que te sientes a gusto. Y cuantas menos sean, mejor. Idealmente con tu pareja, o sino con tu madre, con tu hermana o tu mejor amiga…

No necesitas personas negativas ni mucho menos personas que hagan comentarios desafortunados, o que molesten. Rodéate de gente con buena predisposición para darte apoyo, confianza y buena compañía.

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Evita interferir en el proceso

Gran parte del éxito del parto se centra en la confianza que tenga la madre durante el proceso. En condiciones normales, el trabajo de parto va avanzando sin necesidad de realizar ninguna intervención. En realidad no hay mucho que debas hacer. Simplemente, haz caso a las señales que te envía tu cuerpo, relájate, respira y acompaña el proceso.

Evita mirar el reloj

Salvo para controlar el tiempo entre las contracciones y cuánto duran, olvídate del reloj. Si están pendiente de las horas que llevas dilatando, solo conseguirás ponerte ansiosa. Sólo céntrate en tu proceso, si quieres descansa, descansa; si quieres comer, come, y solo piensa que ya queda menos para conocer a tu bebé.

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Si no te sientes a gusto, no te lo guardes

El día del parto es uno de los más importantes de tu vida, y de la de tu bebé. Es importante que tus deseos sean escuchados y que te sientas cómoda y cuidada por médicos, enfermeras y el resto del personal. No dejes que te intimiden ni tomen decisiones por ti. Si has entregado tu plan de parto, y has hablado previamente sobre cómo será tu parto, debería respetarse. Asimismo, si surge cualquier inconveniente, pide que se te informe.

Esperamos que estos siete consejos te resulten útiles para tener un buen parto. Tú puedes contribuir a que el proceso fluya de la mejor manera posible y que el nacimiento de tu hijo sea un feliz acontecimiento.

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