Aunque en muchas obras de fantasía los dragones son majestuosas monturas o fieros guardianes de tesoros, de vez en cuando nos encontramos con algunas historias que le pegan un giro completo a los mundos con dragones, y en ‘Drifting Dragons’ (‘Kūtei Doragonzu’) nos encontramos uno curiosísimo.
Este anime se estrenó en Netflix en 2020, y nos muestra los entresijos de una tripulación especializada en cazar dragones.
Enrolados en un barco dragonero
El manga de Taku Kuwabara comenzó a publicarse en 2016 y se ambienta en un mundo de fantasía con toques steampunk y un worldbuilding muy característico. Tenemos grandes barcos voladores al más puro estilo ‘Final Fantasy’ y, sobre todo, enormes dragones con los que comparten el cielo.
No es una si es una de las pocas naves en activo, y cada tripulante tiene sus propias razones para estar abordo: ganar dinero, una gran aventura… o comerse toda la carne de dragón que le quepa a uno en el buche.difíciles de cazar y hace falta una tripulación especializada para hacerlo.
El Quin Zaza es uno de las pocas naves en activo, y cada tripulante tiene sus propias razones para estar abordo: ganar dinero, una gran aventura… o comerse toda la carne de dragón que le quepa a uno en el buche.
Los primeros capítulos de ‘Drifting Dragons’ sirven para introducirnos a la novata Takita, que acaba de enrolarse como dragonera, Mika, Jiraud, Vanabelle, y al resto de la tripulación. A través de sus aventuras vamos conociendo un poco más las motivaciones de cada uno y las dinámicas del barco y toda el trabajo que hay más allá del simple «cazar dragones» al más puro estilo de unos balleneros de fantasía.
Uno de los mejores ganchos de la serie es precisamente estas dinámicas, y ver cómo los personajes van saliendo de sus cascarones, sobre todo ver a los novatos tomando más confianza según avanza la trama.
Pero sobre todo, lo mejor de ‘Drifting Dragons’ es el inmenso mundo al que nos introduce y todo su lore. Más allá del barco dragonero vemos el impacto que tienen los dragones en el mundo y lo importantes que son en muchos aspectos.
Desde crear tapices con su piel, o las diferentes gastronomías del mundo, ‘Drifting Dragons’ presta una atención especial a diferentes pueblos y culturas y su rico universo’. Y si. a veces también da un hambre que da calambre cuando ves todos los platos diferentes que se puede preparar con carne de dragon.
Viendo el mundo en el que se ambienta el anime, se entiende perfectamente por qué Polygon Pictures ha desarrollado la serie con su animación CGI. Gran parte de la historia se sitúa dentro del barco ballenero, que esta lleno de detalles, engranajes, tuercas y recovecos por todas partes, y son elementos que ganan mucho al tirar de este tipo de animación (y que también facilitan el trabajo a los animadores).
Y lo mismo pasa con los magníficos dragones y sus intrincados diseños. Cuando entramos en planos abiertos nos encontramos algunas escenas realmente impresionantes. Lo que pasa es que por desgracia los que salen mal parados son los personajes.
El CGI se queda muy limitado en muchas ocasiones a la hora de reflejar las expresiones de los personajes. Si se hubiera optado por una mezcla de técnicas quizás habría salido mejor el resultado, pero en conjunto seguimos teniendo un anime bastante resultón y que nos deja muchos momentos con animación realmente bonita.
Con todo, ‘Drifting Dragons’ es una serie de fantasía muy ligera y que nos ofrece un enfoque diferente a las historias de este género con 12 capítulos que incluso se pasan demasiado rápido.